Llevan años en política, desde la fundación de Podemos. Y antes, como activistas de los derechos de las mujeres, de la infancia y de los trabajadores. Clara Serra (Madrid, 1982) e Isabel Serra (Madrid 1989) siempre militaron en facciones diferentes del partido. La mayor, errejonista convencida; la pequeña, anticapitalista hasta hace un año y hoy militante en la facción pablista, pelearán por las listas a la Comunidad de Madrid.
Este martes, el equipo técnico que dirige Podemos Comunidad de Madrid desde la dimisión de Ramón Espinar filtró el nombre de Isabel como su elegida para liderar la candidatura autonómica de Unidos Podemos. La lista quedó descabezada cuando el pasado jueves 17 de enero, Íñigo Errejón consumó su "traición" anunciando el día del quinto cumpleaños del partido que se presentaría como líder de otra lista, la de Más Madrid.
La plataforma inventada por Manuela Carmena para deshacerse de "cuotas de partidos" en su intento de revalidar como alcaldesa de la capital era un proyecto personalista de la ex jueza. Pero de inmediato, con el fichaje del ex número dos de Podemos, se convirtió en una enmienda a la totalidad del llamado "espacio del cambio".
Ese jueves, Errejón optaba por montárselo por su cuenta, darse total libertad y evitar, entre otras cosas, que le impusieron en su lista a una número dos diferente de su elegida: Clara Serra.
Pero ahora la andanada de venganza que le lanza Pablo Iglesias convierte la lucha ideológica -"radicales" de Podemos frente a "pragmáticos" de Manuela- o partidaria -"Podemos y sus confluencias" contra "el partido de Íñigo"- en algo aún más mundano: una pelea entre hermanas.
"Un proceso con primarias"
Isabel Serra asegura, en declaraciones a este periódico, que aún no ha tomado "una decisión definitiva". Que quiere "ver cuál es la propuesta concreta de la dirección" y que, en función de eso, dará el sí. Y todo, siempre, después de "unas primarias, como marcan los estatutos".
Clara Serra, por su parte, fue una de las únicas voces que defendió el movimiento de Errejón de aquel jueves de enero. "Tenemos que seguir juntos, la dirección de Podemos tiene que negociar", aseguró al mismo tiempo que Iglesias interrumpía su baja de paternidad para expresar su "tristeza y dolor" contra la decisión de su examigo. Cuando todavía se le llamaba "traidor" en los pasillos de la sede de la calle Princesa, cuando llovían los memes, vídeos y datos para desacreditar a quien había "desarmado el trabajo de más de un año de todos los inscritos de Madrid".
Clara ya había recibido la andanada de Iglesias previa a la ruptura. El secretario general trató de imponerle a Errejón una número dos de Izquierda Unida en su lista, Sol Sánchez, hoy descartada en la pelea al entrar como diputada en el Congreso... precisamente en sustitución de Errejón, obligado a dejar el acta "para no añadir más ruido a este conflicto".
Ahora sí va a haber ruido, y de índole personal, pues quien ha sido elegida para sentarse a negociar con Íñigo para tratar de armar una candidatura conjunta -si es que da tiempo, porque el plazo de presentación de candidaturas finaliza en mes y medio- es Isabel Serra. O pelean por el número dos de la lista de Errejón o lo hacen en las urnas.
Errejón, contento
En las filas de Más Madrid estaban expectantes ante el proceso para elegir el candidato que la formación de Iglesias prometió el día en el que el líder volvió a interrumpir su baja para poner orden. El Consejo Ciudadano Estatal del 30 de enero, por teléfono en manos libres, el secretario general se despachó a gusto describiendo el movimiento de Errejón pero aplazó la venganza y admitió, a requerimiento de sus secretarios autonómicos, que tendrá que ser un aliado. Lo que no aclaró es si antes o después de ir a las urnas.
Ahora, el entorno de Errejón cree que la batalla se está ganando, porque la elección de Isabel Serra se interpreta como la claudicación casi definitiva. No es suficientemente conocida, no es "un fichaje de relumbrón" como se llegó a filtrar, y además su perfil es "demasiado izquierdista" para aglutinar votos transversales que construyan una mayoría.
Ella, por su parte, presenta como aval no sólo su intenso trabajo por los derechos de los menores y las mujeres, sino su actual cercanía a la dirección de Iglesias tras haberse enfrentado en el pasado al Jemad, Julio Rodríguez, por liderar el partido en la capital cuando aún militaba en Anticapitalistas. Así lo ha aplaudido Irene Montero este martes en el Congreso: "Su trabajo desde la Asamblea es espectacular, llevamos mucho tiempo en coordinación con ella y el grupo parlamentario, es una magnífica opción".