No han pasado siquiera dos meses desde que echó a rodar la legislatura andaluza. "Se dedican a embarrar", diagnostica la mitad naranja del Ejecutivo. Una crítica que atañe a Vox... pero también al PSOE. En el entorno de Juan Marín, vicepresidente, describen una especie de pinza entre los socialistas y la formación de Abascal que se dedica a "torpedear" la labor del nuevo Gobierno.
Distintos dirigentes de Ciudadanos mencionan un efecto espejo. Cuando Vox ataca, el PSOE se rasga las vestiduras y magnifica el suceso con el objetivo de convertirlo en debate. "No es un problema grave, pero quita tiempo a la hora de gestionar asuntos importantes porque te ves obligado a desmentir, contestar...", relata un portavoz autorizado.
En Madrid -insisten en que no es "victimismo"-, la Ejecutiva liberal describe un grueso parecido entre esta "pinza" y la que construyó Rajoy con Podemos para invisibilizar a Rivera. Cuando la izquierda acusa a Ciudadanos de haber permitido "la influencia de la extrema derecha en el poder", ellos devuelven: "Con sus escaños, el PSOE podía haber evitado el pacto entre PP y Vox". Recién investida la Junta, el entorno de Susana Díaz intentó trasladar que propuso a Juan Marín ser el presidente y que cristalizara la opción Borgen. "Es absolutamente mentira", niegan los de Rivera.
Un par de dirigentes de Ciudadanos, en conversación con este diario, culpan precisamente al PSOE del auge de Vox en Andalucía: "Fueron ellos quienes les dieron el protagonismo en campaña. Ahora se lo siguen dando en el Parlamento".
Para muestra -y más allá de lo declarativo- un botón. Vox concibe que los psicólogos que hacen los peritajes en las investigaciones referidas a la violencia de género responden a patrones ideológicos establecidos por "la izquierda". Por eso, el juez Serrano, su portavoz, intentó que la Administración les facilitara las identidades de estos profesionales. Algo que no ha conseguido.
Con la polémica a punto de disiparse, el PSOE ha registrado para esta semana una pregunta en el Parlamento andaluz relacionada con esta misma cuestión. Un hecho que, a ojos de Cs, resucitará el altercado de forma estéril. Las fuentes consultadas reiteran: "¡Se hacen el juego!". De ahí que acusen a los de Susana Díaz de hacer casi más oposición a Vox que al propio Gobierno.
Rivera, en su última entrevista con este diario, ya dejó entrever una "pinza" PSOE-Vox similar a la que denunció en su día entre PP y Podemos. Aunque le restó importancia desde un punto de vista electoral: "Veo a Sánchez hablando más de Vox que de cualquier otra cosa. Lo intentaron en la campaña andaluza, pero se pegaron un tortazo. Si fuera estratega socialista, preguntaría: '¿Esto funciona?'. Los veo sectarios".
Una dirigente de Ciudadanos manda el siguiente recado a Abascal: "Después de cuarenta años de Gobierno socialista en Andalucía, se dedican todo el día a torpedearnos. Creo que su actitud no responde a lo que quería la mayoría de sus votantes".
La formación liberal no quiso posar con Vox a la hora de construir el nuevo Gobierno, lo que escoció especialmente a Abascal. Desde entonces, el partido en el extremo derecho del tablero ha cargado duro contra Rivera. Los naranjas, por su parte, siempre insisten en que ellos no tienen nada que ver con Vox: "El acuerdo sólo concierne al PP".
Vox empezó su envite contra Ciudadanos con una campaña contra la consejera de Igualdad, Roció Ruiz, por haber criticado la Semana Santa en un artículo que firmó antes de su entrada en política.