Pedro Sánchez ha intervenido en un nuevo mitin de precampaña, esta vez en Valladolid, presentando a Luis Tudanca, como candidato a la presidencia de Castilla y León, y a Óscar Puente, para la reelección como alcalde de Valladolid. El presidente del Gobierno : "O una España en la que quepamos todos o en la que sólo caben los de la plaza de Colón", porque "lo que une a España son sus valores, y el supremo es la igualdad". Y así ha pasado al ataque contra Ciudadanos y su propuesta de "feminismo liberal" para el 8-M: "Si la libertad tiene adjetivos, la igualdad tampoco".
Sánchez ha tratado de capitalizar las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer "porque cientos de miles de hombres y mujeres decían sí a lo que la derecha dice no". Y ha pedido esa misma movilización el 28 de abril, "porque aunque las encuestas digan que ganará el PSOE, nos la jugamos". Ha citado a Víctor Manuel: "O en España cabemos todos, o no cabe ni Dios".
El presidente, redoblando su ataque igualando a "las tres derechas", ha asegurado que "hoy hay más testosterona que neuronas en la derecha" porque tienen "más siglas que ideas". Ha acusado a Albert Rivera de "poner un cordón sanitario a los millones de españoles y españolas que alguna vez votaron al PSOE".
El discurso de Sánchez no ha hecho propuestas, sólo ataques a Cs, PP y Vox: "La ultraderecha no es nueva, siempre han estado en el PP, lo que pasa es que ahora tienen su propio partido, que no os engañen".
El presidente ha diferenciado entre "el progreso económico que todos queremos", sean cuales sean las siglas, "pero la derecha lo quiere para unos pocos, nosotros decimos que si no progresamos todos, no lo hace nadie". Y por eso ha defendido sus "viernes sociales" que "tanto les enfadan".
Para eso ha tenido que gastar varios minutos en un tono nada mitinero, entendiendo que los propios votantes del PSOE necesitaban que el presidente les explicara que no es instrumentalización de las instituciones públicas: "¡Pero si hacemos política por la mayoría social de nuestro país!", ha defendido, "no como ellos, que bloquean en la Mesa del Congreso y usan la Policía para tapar sus corruptelas", ha defendido entre aplausos en referencia a la operación Kitchen.
Sánchez se ha investido de justificaciones para sus decretos para legislar una vez disueltas las cortes: "Que nos digan si van a aprobar una reforma para las horas extraordinarias, que nos digan si aprueban el subsidio para los parados de 52 años, que nos digan si quieren parara la burbuja de los alquileres, o la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores de dependientes".
Porque, como viene repitiendo "el problema de la derecha no es cómo estemos gobernando, sino que gobernemos", advirtiendo de que seguirá aprobando decretos "hasta el último día".
Un país rico, ha dicho, "no puede tener trabajadores pobres, ni un 28% de sus niños sufriendo pobreza infantil", ha dicho, anunciando que sus medidas sacarán "a 80.000 niños de la pobreza en España", mientras las derechas "hacen la política de la crispación, la división y el insulto".
Reivindicando las marchas feministas de este viernes, Sánchez se ha autoproclamado "feminista" desde el Gobierno, porque "éste es el siglo de las mujeres y quien haga política contra ellas va a perder seguro", ha dicho con sonrisa socarrona: "Quien quiera expulsar a las mujeres de la política, será expulsado de la política por las mujeres", ha proclamado arrancando aplausos. "Esto le va a pasar a la derecha y sus tres siglas".
Sánchez ha recordado que una de sus virtudes es que es "testarudo" para anunciar que lo primero que aprobará con el nuevo Gobierno será "unos Presupuestos sociales" para eliminar el copago farmacéutico de los jubilados, para subir el impuesto de sociedades a las grandes empresas... además de "la derogación de la LOMCE" y una nueva ley de educación "que eduque en igualdad" y rebaje la tasa de abandono escolar: "Me comprometo a bajarla del 18% al 10% en los próximos cuatro años", ha dicho entre ovaciones.