Josep Antoni Duran Lleida, exlíder de Unió Democràtica de Catalunya.

Josep Antoni Duran Lleida, exlíder de Unió Democràtica de Catalunya. EP

Política CATALUÑA

Duran: "Siempre creí que Puigdemont era más de la CUP que de CiU, y el tiempo me dio la razón"

El exlíder de Unió repasa en su libro 'El riesgo de la verdad' (Proa) su carrera política y sus relaciones con los expresidentes y expresidents.

10 marzo, 2019 11:30

El exlíder de Unió Josep Antoni Duran Lleida ha acusado al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont de ser "un iluminado sin conciencia de los riesgos" y a su antecesor en el cargo, Artur Mas, de no tener madera política y de autodestruir CiU.

Así lo recoge en el libro El riesgo de la verdad, de la editorial Proa, donde repasa su trayectoria política desde que se afilió a Unió en 1974 hasta su dimisión en 2016; las tensiones en CiU y la posterior ruptura de la federación; contactos con los expresidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar, José Luís Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y su relación con los expresidentes de la Generalitat Jordi Pujol, Pasqual Maragall y Artur Mas, entre otras cuestiones.

Sobre Mas, asegura que nunca hubiera imaginado que "aquella persona un pelín distante, con poca madera política, sin que nunca se hubiese caracterizado por ningún exabrupto nacionalista, llegaría a ser el líder del independentismo que llevaría al país contra las cuerdas".

"No conozco ningún antecedente de autodestrucción en todo el mundo de una fuerza política tan consolidada y tan fuerte como era CiU. De esta autodestrucción, Mas es el máximo responsable", sostiene Duran, tras reprocharle haberse dejado influenciar por el 'pinyol', especialmente por David Madí y Francesc Homs, que define como personajes de tercera fila decisivos a la hora de marcar estrategias políticas.

Según Duran, nunca perdonará a Madí que influyera sobre Mas para aceptar a Puigdemont, persona a la que ya no le tenía simpatía porque siempre le había criticado y porque le consideraba un alocado: "Es más de la CUP que de Convergència, y el tiempo me ha dado la razón".

En su opinión, Mas sitúa la causa independentista como la única prioridad en Cataluña y cree que el error más grave e irresponsable del expresidente fue dejarse presionar por la CUP: "Un hombre del sistema dejó su futuro y el de su nueva bandera en manos de la CUP, de los antisistema. La CUP son para mi la versión más cercana a lo que la CNIT-FAI significó en los años 30".

La truncada sucesión a Pujol

En relación al expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, cree que siempre fue independentista, pese a no considerarle responsable del giro de CDC, y reitera que lo utilizó en la crisis con Miquel Roca y cuando pensó en Artur Mas para sucederle y no en su persona.

Aunque el democristiano insiste en el libro que no le interesaba ser el candidato a la presidencia de la Generalitat pero sí liderar el catalanismo político, admite que sí pensó que "podía y debía" serlo tras el abrazo que Pujol le dio en un mitin en 1999, que se interpretó en clave sucesoria.

Sin embargo, poco después Pujol le informó en una reunió que designaría a Mas como conseller en cap de la Generalitat, tras la cual le respondió que el día que lo hiciera tendría su dimisión como conseller, y añade: "Asistí a su toma de posesión con cierta incomodidad y, sobre todo, con una corbata bien llamativa para que la miraran más que a mi".

También se refiere a la confesión de Jordi Pujol sobre que tenía dinero en Andorra, y pese a que le afectó, reivindica que su reacción fue de respeto comparado con "la de muchos de los suyos y más cercanos", que nada le hará olvidar toda su obra como presidente de la Generalitat y que cree que no le condenarán.

El exlíder de Unió insiste en que nunca ambicionó ser ministro pero sí era partidario de que CiU se implicara en la gobernabilidad de España, algo que Pujol nunca quiso, y sobre Aznar cree que el auténtico era el que gobernó durante su segunda legislatura y lo define, salvando las distancias, como "un Reagan o una Thatcher a la española".

No es ni podrá ser independentista

Tras reconocer que no es ni podrá ser nunca independentista, ni sentimental ni racionalmente, recalca que el movimiento perdió toda posibilidad de reconocimiento y respeto por parte de la comunidad internacional tras la declaración unilateral de independencia, y les acusa también de atacar el discurso que pronunció el Rey Felipe VI: "Cataluña se disponía a anunciar la secesión de España y difícilmente se entendería que quien representa a todos los españoles hubiera optado por el silencio".

En pleno juicio a los líderes independentistas en el Tribunal Supremo, a los que no considera presos políticos, sostiene que el indulto puede ser una solución si les condenan, y advierte de que no se resolverá el conflicto entre Cataluña y el resto de España si no se busca una solución para los encausados.

Pese a criticar la prisión preventiva de todos ellos, censura que el independentismo haga "demagogia populista cuando lo quiere presentar como una represión judicial y como una supuesta muestra de falta de independencia judicial".

También cree que es una falta de respeto comparar el exilio político vivido durante el franquismo con la situación de Puigdemont, "y hasta es una ofensa a los dirigentes que han tenido la dignidad y el coraje de quedarse en Cataluña y de dar la cara ante la justicia".

Además de apelar a la reconciliación, subraya que la solución al conflicto catalán no requiere necesariamente una reforma de la Constitución, y plantea una disposición adicional que reconozca la base nacional, cultural y lingüística de Cataluña.