Hoy, la libertad, la igualdad y la tolerancia han triunfado frente a la homofobia que practican algunos. El ya ex candidato de Vox por Albacete, Fernando Paz, se ha visto obligado a retirar su candidatura por reafirmarse en sus declaraciones contra los derechos del colectivo LGTBI. Unas declaraciones que Abascal se niega a condenar.
Incluso su propio partido ha llegado a acusar a los medios de comunicación de ser los máximos responsables de su dimisión. Es evidente que en Vox tienen un problema con la libertad y no acaban de asimilar que España es una democracia donde el odio no tiene cabida.
Hace 48 horas le recomendé públicamente al señor Paz que retirase su candidatura. Lo hice porque sabía que los albaceteños no premiaríamos en las urnas su homofobia. Y a las pruebas me remito. Le hemos demostrado que los albaceteños llevamos muchos años subidos en el tren de la modernidad y que nadie nos va a obligar a bajarnos. No quiero, en absoluto, apoderarme de la voz de mis paisanos, simplemente hablo desde mi experiencia, como gay que ha vivido en primera persona cómo sus vecinos le han aceptado tal y como era.
Nací en un pueblo de Albacete de apenas 2.000 habitantes llamado Ontur, donde me crié junto a mi familia y amigos, y viví hasta que cumplí la mayoría de edad. He de reconocer que mis días allí no siempre fueron fáciles. Escuché muchos insultos y sufrí bullying en el instituto. Pero mi respuesta siempre fue la indiferencia y el silencio ante los que me insultaban o juzgaban por mi orientación sexual. Sentía el apoyo de mi familia, amigos y profesores, y eso me bastaba.
Fernando Paz podría haber sido la voz de aquellos homófobos que me increpaban en clase o que se reían de mí
A día de hoy, sin embargo, todavía me sigo arrepintiendo de no haberles plantado cara a aquellos homófobos que me insultaron. Estoy en deuda conmigo mismo y, también, con cientos de chicos que actualmente viven en pueblecitos como el mío y se encuentran en una situación muy parecida a la mía. Alguien necesita darles voz. Alguien tolerante que comprenda su situación. No un homófobo como Fernando Paz que quería erigirse como la voz de todos los albaceteños en el Congreso de los Diputados. Un señor que considera que los homosexuales estamos enfermos. Él, obviamente, no podía ser nuestra voz. En todo caso, podría haber sido la voz de aquellos homófobos que me increpaban en clase o que se reían de mí, pero se ha demostrado que son una minoría.
Ya han pasado cinco años desde que decidí gritarle al mundo mi homosexualidad. Desde entonces soy otro. Los insultos no me hacen daño. Al contrario. Me hacen más fuerte. Tampoco siento miedo por la aparición de un partido como Vox que coloca en sus listas a homófobos como Fernando Paz o quiere solucionar los problemas de España a golpe de balazos. El miedo se huele. Y no pueden olerlo. Debemos trabajar juntos para derrotarles en las urnas. Será una lucha sin insultos ni descalificaciones. Las únicas armas serán las propuestas.
No olvidemos que Vox se niega a condenar las manifestaciones homófobas de su compañero Fernando Paz. Incluso han acusado a los medios de comunicación de ser los responsables de su dimisión. Está claro que en Vox las ideas de este señor eran más que aceptadas. Santiago Abascal conocía perfectamente a Fernando Paz, con quien coincidió durante años en los platós de Intereconomía. Por eso le nombró candidato al Congreso de los Diputados. Sabía perfectamente lo que fichaba.
Lo que no se esperaba era que los albaceteños y el resto de españoles fuéramos a ponérselo tan difícil. Y así ha sido. El respeto y la tolerancia han vencido a la homofobia. Al igual que el próximo 28 de abril la moderación, el liberalismo y el constitucionalismo vencerán en las urnas a aquellos que quieren regresar a la España del siglo XX o a épocas anteriores.
*** Pablo Sarrión es miembro de Ciudadanos.