Dice Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978), la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, que, a pesar de no estar estrictamente en campaña, la disciplina horaria ya se ha instalado en su día a día. Amanece temprano para intervenir en la radio o en la tele y, después, comenzar su ruta. Visitas, reuniones, mítines.
Le ha comenzado a coger el pulso a la calle. Comenzó siendo, prácticamente, una desconocida, pero un par de meses después la paran, le preguntan y, sobre todo, le piden fotos. Especialmente las niñas pequeñas: ella lo achaca a que "no diferencia entre chicos y chicas"; quizás también sea porque faltan referentes femeninos.
No duda en sus respuestas, ni se toma apenas tiempo para pensarlas. Está a pleno ritmo y se nota. Dispara rápido, posa veloz y se marcha al terminar, bajando hacia la sede popular de Génova, a buen trote. Todo con menos de seis horas diarias de sueño. Y lo que le queda.
Vivimos en la época de los periodistas metidos en política. Usted misma, Pablo Montesinos, Vicente Azpitarte, Cayetana Álvarez de Toledo, Edurne Uriarte. ¿Qué está pasando con los periodistas?
El primer periodista político que he recordado siempre ha sido Gregorio Ordóñez. Yo, como periodista, siempre quise formar parte del cambio de las cosas. Creo que eso es lo que ahora han visto otros compañeros. Estábamos tardando como profesión. Ya había muchos abogados, médicos, ingenieros.
Los periodistas, normalmente por el miedo al retorno a la profesión, se quedan un paso atrás. Pero como estamos viviendo un momento excepcional, donde Sánchez, si continuara, seguiría adelante con un referéndum de autodeterminación, con la Constitución y la unidad del país gravemente en riesgo, incluso los periodistas, a sabiendas de que el retorno es difícil, dan un paso adelante.
¿Por qué se declara "fan de la Constitución"? ¿Necesita la Constitución una revisión, como todos los ídolos?
Soy amiga de las reformas y de mejorar todo aquello que es necesario reformar. Pero lo más importante de la Constitución es leérsela y cumplirla. No te puede gustar al cien por cien porque es precisamente una ley de leyes y, sobre todo, es un conjunto de cesiones. La Constitución nos gusta a todos en un 70% y, si cada uno pretendemos reformarla en la parte que no nos gusta, iríamos a la destrucción de la misma. Así que lo importante es conocerla, defenderla, porque en ella están las soluciones a los problemas.
¿Qué opinión le merece que se le considere la líder más cercana a Vox dentro del Partido Popular?
Cuando dicen que hablo sin complejos es porque siempre me he caracterizado por decir lo que pienso. Siempre he definido los problemas como son y no he tenido miedo al qué dirán cuando había que explicar algo. Eso no lo inventó Vox. Somos cada uno como somos y en el Partido Popular hay mucha gente como yo.
¿Está cansada de que le hagan siempre esa analogía?
Yo veo encuestas entre el electorado, por ejemplo de Ciudadanos, y tengo un gran predicamento. No veo que sea más atractiva para unos electorados u otros. Yo sé que gusto al elector que en Madrid apuesta por la renovación. Que apuesta por políticas fiscales de rebaja de impuestos, que apuesta por mirar hacia el futuro con moderación y con sensatez.
Conoce a Santiago Abascal de su etapa como voluntarios en la campaña de María San Gil en el País Vasco. ¿Cuál es su relación actualmente con él?
Ahora le veo poco. Hemos coincidido en algunos actos y, cuando le veo, nos tratamos con mucho respeto. Guardo buenos recuerdos. Yo di el paso a la política tras el 11-M, pero la primera campaña en la que tuve el honor de participar fue la de María San Gil. Guardo un grato recuerdo de él y de todas las personas que estaban en el País Vasco. Se jugaban la vida por defender España y por defender la libertad en una comunidad autónoma tan importante como es el País Vasco.
¿Qué le parece que les llamen "derechita cobarde"?
El enemigo de Vox no debería ser el Partido Popular, sino la hoja de ruta independentista que nos está preparando el presidente del Gobierno.
La Comunidad de Madrid, según los sondeos, puede ser el mayor bastión de Vox, pese a que ahora mismo no tienen candidato siquiera.
A mí no me preocupa Vox, me preocupa el socialismo en Madrid. Me preocupa que se pare esa inercia que llevamos como comunidad autónoma. Me preocupa que el PSOE —con Podemos, que es la única manera que tendría ahora mismo el socialismo de volver a Madrid, o con la ayuda de Ciudadanos, por supuesto, que también Ciudadanos colabora y contribuye mucho con el PSOE en Madrid—, nos subiera impuestos, nos quitara la educación concertada o la educación especial, que ya han dicho en numerosas ocasiones que están absolutamente en contra de ello. Me preocupa que quiten el área única sanitaria, que empiecen a subir las listas de espera en la sanidad. Que empiecen a alimentar, todavía más y como hacen en el Ayuntamiento de Madrid, las redes clientelares. O que empiece, sobre todo, a crecer el paro, que el PSOE es experto en eso.
¿Conoce a Rocío Monasterio personalmente?
He coincido con ella en una o dos tertulias. No tengo ninguna opinión sobre ella. No somos parecidas. Y yo prefiero defender las cosas con otra actitud.
¿Cuáles serían sus líneas rojas para la Comunidad de Madrid a la hora de llegar a pactos?
Yo defiendo la Comunidad de Madrid como autonomía. Precisamente, gracias a ser una autonomía, somos un muro de contención frente a Pedro Sánchez. Sin ella, hoy Pedro Sánchez también gobernaría Madrid. Y, desde luego, la autonomía de Madrid yo no la pongo en cuestión. Esa sería la más importante. Después, no pienso subirle los impuestos a ningún español en la Comunidad de Madrid. Y pienso seguir defendiendo la sanidad pública y la libertad educativa.
¿Les influye la fragmentación de los bloques a la hora de hacer campaña?
Precisamente, por esa fragmentación, el bloque constitucionalista puede perder la fuerza en el Parlamento. En el Senado es evidente. Por eso, Ciudadanos se ha equivocado durante todo este mes negándole a Pablo Casado la posibilidad de estar unidos. Aún así, tenemos que seguir buscando y tendiendo puentes porque ahora mismo nos jugamos dos modelos de país: el que quiere Quim Torra o el que queremos todos aquellos que queremos seguir teniendo una España que estaba creciendo, solidaria, integradora y que mira al futuro.
Si Ignacio Aguado le ofrece lo mismo que Albert Rivera a Casado, ¿aceptará la propuesta?
Ciudadanos en Madrid debería tener claro qué quiere hacer. Han estado pactando en el 65% de las ocasiones con el PSOE y en el 61% con Podemos. Se han unido en contra de la ley de transparencia y regeneración que nosotros proponíamos, en contra de la ley del suelo o de la ley de farmacia, tan importantes para Madrid. Sin embargo, pactaron también una PNL a favor de la memoria histórica o de que las jóvenes menores de 16 años puedan abortar sin consentimiento de sus padres.
¿Qué opina de Ciudadanos, tanto a nivel nacional como regional?
A mí me parece que es un partido que, según va pasando el tiempo, es más complicado definirle. Su principal problema es la indeterminación, también los problemas que están teniendo de transfuguismo y de problemas de elecciones internas. Tienen un problema de definición.
¿Están PP y Ciudadanos condenados a entenderse?
Estamos beneficiosamente llamados a entendernos.
¿Preferiría reeditar un pacto a la andaluza con Vox o un gobierno sólo con Ciudadanos?
Voy a esperar al resultado de las urnas para saber qué quieren los madrileños. Pero yo no le pongo líneas rojas a ninguno de los dos partidos. Al contrario, lo que sí que les pediría es que miren lo más importante: el empleo. Es la manera de que todos podamos dirigir nuestras propias vidas y ese fue el debate olvidado en Andalucía. Sólo el PP hablaba del empleo.
Se ha quejado varias veces de que Ciudadanos sea un rodillo en la política del PP en la Comunidad de Madrid.
El problema de Ciudadanos es que cogen los votos de la izquierda, de la derecha y del centroderecha para dárselos a la izquierda constantemente. Y siempre coopera con la izquierda contra el Partido Popular. Ese es un problema porque Madrid no se puede jugar ni con el empleo, ni con la sanidad ni con la educación y, si el Partido Popular no gobierna en Madrid, evidentemente tendríamos un problema en todos estos servicios públicos y en el futuro de Madrid.
Ciudadanos siempre coopera con la izquierda contra el Partido Popular
También ha afirmado en alguna ocasión que el PP sufre cierto linchamiento, como pudo ser el 'caso Cifuentes' o con la propuesta de Casado de blindar temporalmente a las mujeres inmigrantes que desearan dar a sus hijos en adopción. ¿Le tiene ganas la calle al PP?
Lo que creo es que muchos medios de comunicación están más interesados en echar gasolina sobre lo que propone Vox que reflejar lo que queremos explicar los demás. Y, al final, el discurso de los servicios públicos, de la gestión y del empleo no es tan interesante como el folclore.
¿Le sigue pesando al PP la corrupción?
El Partido Popular ha pasado por un proceso democrático como nunca en su historia. Una nueva generación de políticos hemos dado un paso al frente. Le tiene que pesar a quien la haya cometido, si es que lo han hecho, porque muchos de los casos luego quedan en nada. No hemos pasado por este proceso para llevar mochilas, ni tutelas ni tutías. Los electores del Partido Popular ya saben qué ha habido y qué no. A mí me parece bien que se investigue, que se siga hablando de ello, pero esa hoy no es la realidad en el PP.
Hablábamos de renovación en las listas: usted fue el primer puntal de esa revolución que ha propuesto Pablo Casado ¿Cómo ve al resto de fichajes?
En general, va a subir el nivel parlamentario. Hay personas como Adolfo Suárez que tienen un discurso moderado y necesario que apela a la concordia. Daniel Lacalle tiene una idea muy clara de cómo atraer empresas y talento a España, que es algo que nos hace mucha falta. Efectivamente, luego hay gente nueva que da un paso adelante y me parece que va a enriquecer mucho el Parlamento.
Usted también se ha rodeado de figuras independientes y mediáticas como Isabel Rábago o Pedro García Aguado. ¿Le gustaría contar también con un torero?
No lo tengo pensado. A mí me gusta contar en mi equipo con gente de toda procedencia, pero en las listas lo que sí que voy a llevar va a ser buenos gestores y renovación.
Usted, como otros nuevos miembros del partido, fue becaria de la fundación FAES. ¿El nuevo PP se ha criado en torno a Aznar?
Lo que ha hecho Pablo Casado es recoger lo mejor que ha tenido el PP con gente nueva que da un paso adelante. Luego, sobre todo, lo que hace Casado es rearmar ideológicamente el Partido Popular, no buscando pasados ni lados sino buscando una línea muy clara: decir yo voto a Pablo Casado y sé lo que estoy votando.
El expresidente Aznar sí que ha reaparecido en la precampaña; el expresidente Rajoy, de momento, está desaparecido. Entre ambos, ¿por cuál se decanta?
Yo creo que Aznar siempre está de moda. Si echas un vistazo atrás, ves que está siempre ahí. Creo que ha sido un gran presidente y ha hecho cosas muy buenas. A mí me gusta su defensa de la libertad y de España. En su legado hay cosas muy buenas que, evidentemente, está bien reconocerlas y tenerlas en cuenta.
¿Se ha cansado el PP de que se le pregunte sobre el aborto?
Bueno, yo creo que el aborto es un tema muy delicado, muy personal. Y no me parece de recibo estar pasándolo cada vez que vienen las elecciones. Es un tema de especial sensibilidad para las mujeres y para sus parejas cuando llega el momento de tomar esas decisiones. Está bien tener claro las posiciones políticas, pero yo creo que hay que tener un poco de respeto con estos temas tan sensibles.
¿Pero cuál es la posición política del PP?
Mi posición es la de que yo ahora mismo no tengo esta competencia en Madrid para regularlo, pero defiendo que las mujeres y sus parejas que toman esta decisión lo hagan con tranquilidad y que no se vean empujados ni a una cosa ni a la otra. A mí me parece que abortar no es progreso, pero hay que estar en la piel de una persona que quiere hacerlo. Lo importante es dejarla tranquila, que decida, y que no lo hagan presionadas ni por el entorno, ni por la sociedad, ni por la falta de recursos.
Como dice Pablo Casado, y en eso coincido plenamente con él, siempre hay que pensar a favor de la vida. Que, ante una incertidumbre, esa mujer opte por vivir, por dar la vida. Pero, desde luego, no obligarla, no criminalizarla, no perseguirla. Admiro a aquellos partidos políticos que todos, en bloque, lo tienen tan claro. Ni en una misma familia dos personas tienen claras cuestiones tan personales.