Dice Pablo Iglesias que "una de las mayores vergüenzas de nuestra democracia es la existencia de un trama criminal que vincula a policías corruptos, a medios de comunicación y a grandes empresarios". Y lo dice a las puertas de la Audiencia Nacional, recién personado como parte afectada en una de las piezas del 'caso Tándem' por el que se investiga al excomisario José Villarejo.
El juez Manuel García Castellón le ofreció la posibilidad a cuenta de la presunta responsabilidad del antiguo número cuatro de la Policía Nacional en el robo del móvil de una de sus asistentes cuando Iglesias era eurodiputado. Es la pieza DINA de la decena en la que ya está dividido el sumario de Villarejo.
De aquel teléfono, hackeado supuestamente por la trama corrupta salieron secretos de Podemos de todo pelaje, personales y políticos. Algunos publicados y otros no. No es la primera vez que Podemos, Iglesias, Errejón, Echenique, Bescansa y demás personajes principales se complican la vida a través de esta red de mensajería móvil: traiciones políticas de viejos amigos, información escrutada por espías, publicaciones indiscretas...
Fuentes de la investigación aseguran que "ahí hay mucho más de lo que se ha conocido". El móvil pertenecía a Dina Bousselham, entonces jefa de gabinete del eurodiputado Iglesias en Bruselas y hoy candidata frustrada de Podemos a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid. Su origen marroquí y que no le haya llegado la concesión de la nacionalidad española a tiempo le impide ir en las listas.
Las fuentes consultadas en la dirección del partido morado guardan silencio sobre el asunto, en consecuente respeto al secreto de las diligencias, y sólo dicen "no" cuando el periodista inquiere sobre detalles concretos del contenido que pudo salir de los chats secretos o grupales vía Telegram en los que estaba implicado el secretario general de la formación, que en aquel entonces estaba rompiendo los equilibrios democráticos y provocando nerviosismo en lo que él llamaba "la casta".
Pero fuentes de la investigación confirman que de ese dispositivo habrían salido las capturas de pantalla en las que se podía leer a Pablo Iglesias autocalificándose como "macho alfa" o reconociendo que la periodista Mariló Montero le gustaba tanto que "la azotaría hasta que sangrase".
La campaña contra los medios
Eso sí, la brutal campaña contra los medios desde el mismo día de su regreso a la actividad política, ha coincidido con la personación de Iglesias como afectado en esta pieza. Se da la circunstancia de que Podemos ejerce la acusación popular en el 'caso Villarejo' y, por ende, tiene acceso a la información del sumario y a las fuentes policiales.
"Desde aquí voy a reiterar el compromiso de nuestra formación política con la ley, con las instituciones y con limpiar nuestra democracia de basura", concluía el líder de Podemos rodeado de micrófonos este miércoles tras declarar ante el magistrado, "y como la investigación está bajo secreto, comprenderán que no diga nada más, muchas gracias".
Pero claro, todo esto ocurría después de filtrar a un medio su personación en el 'caso Villarejo' y su visita a los juzgados. El método infalible para convertir un hecho en noticia que moviliza a la prensa es regalársela en exclusiva a un solo medio. Y una vez provocada la legítima expectación, atender a los reporteros desplazados de urgencia al lugar de los hechos. Y curiosamente, todo en el cuarto día desde su regreso a los focos, lanzado con esa campaña con propuestas legales contra la prensa y su credibilidad.
Fuentes de la dirección de Podemos presumen de la "extrema habilidad" de sus jefes políticos para manejar los tiempos y los mensajes. "Iglesias, Montero, Echenique... saben un montón de comunicación, sobre todo el primero", explican a este periódico, "lo que no saben mucho es de medios, no se esperaban tanta reacción a este mensaje" contra la libertad de empresa en el accionariado de la prensa.
Eso explica que muchas veces a Podemos se le haya ido de las manos el juego de los mensajes. Desde el cartelón machote de "vuELve", cuyas discusiones internas previas -"es machista en la semana de la mujer", "es demasiado personalista"- estallaron en las redes pocos minutos de publicarse, hasta la mera gestión de sus crisis internas. "Somos un partido muy transparente y acostumbrado al debate en alto... y a veces no sabemos distinguir lo que es discrepancia de bronca". De ahí que sea fácil para los medios acceder a pruebas que apoyen historias que en otros partidos no dejan de ser meros cotilleos.
Telegram, el ciberespacio de las "traiciones"
En ese mismo móvil de Dina Bousselham se hallaron otros chats en los que parte del equipo de Iglesias hacía porras sobre el resultado del primer Vistalegre o se reían de la discapacidad del entonces anticapitalista Pablo Echenique, que terminó siendo aliado de Iglesias como secretario de Organización tras la primera purga del sector errejonista.
Hace ahora tres años, en marzo de 2016, dimitieron nueve dirigentes de Podemos Madrid, todos cercanos a Íñigo Errejón, y la semana siguiente fue fulminado en una reunión personal cara a cara con Iglesias su secretario de Organización, Sergio Pascual, también cercano al por entonces todavía número dos del partido.
Según fuentes conocedoras de aquel proceso, el líder de Podemos se encontró a la vuelta de su estancia en Bruselas como eurodiputado "un partido dentro del partido". Es decir, que en su ausencia tras salir elegido en las listas europeas de mayo de 2014 hasta su dimisión en noviembre de 2015 para presentarse a las generales del 20-D, "toda la estructura de Podemos estuvo en manos de Errejón".
Y cuentan estas fuentes que "se trabajaba" para el hoy candidato de Más Madrid "y en secreto". Al menos hasta que alguien con acceso a un chat secreto en Telegram llamado "Jaque Pastor" se dejó la aplicación abierta en un ordenador encendido... y alguien del sector pablista lo vio. Ahí se descubrió "lo que alguien podría llamar la primera traición de Errejón", que se cerró con la salida de Pascual y la asunción de la secretaría de Organzación por el propio Iglesias.
Después, el líder morado halló una alianza leal en quien había sido su rival en el primer Vistalegre, Echenique, que cambió Zaragoza por Madrid para tomar el control del partido y atender a su estilo su cuitas internas.
Porque Telegram es el mundo virtual en el que todo ocurre en Podemos. Lo bueno y lo malo. Echenique tuvo que hacer frente también a la crisis provocada por la filtración de la propuesta para que Carolina Bescansa e Íñigo Errejón dieran un golpe contra Iglesias y se hicieran con el poder en Podemos [lea aquí el documento]. Aquello fue lo que terminó de eliminar para la política en el partido morado a la sociólogas y fundadora, ya defenestrada previamente por discrepar públicamente de la línea oficial "demasiado centrada" en el conflicto territorial.
Y por Telegram comunicó Errejón el 17 de enero que se iba a Más Madrid y que dejaba su acta de diputado, pero eso ya es otra historia...