El concepto “partido” ha variado radicalmente para César Arzo (1986). Del cuero a las urnas. De rematar un córner al mitin de campaña. Titular con el Villarreal en la semifinal de Champions frente al Arsenal, ahora figura como número cuatro al Congreso por Castellón en las listas de Ciudadanos.
En marzo de 2003, con 17 años, debutó en Primera División. El campo, Anoeta. “Aquella vez estaba mucho más asustado que ahora. Aunque esto es muy nuevo, todo un reto, lo afronto con más tranquilidad gracias a la edad”, saluda en su primera entrevista política.
El 28 de abril, cuando se celebren las elecciones, no habrán transcurrido siquiera seis meses desde el último partido de Arzo como profesional. Fue con el Nàstic de Tarragona -equipo que ha tenido que abandonar por una lesión de rodilla- ante el Deportivo de la Coruña. “Minuto noventa… No conseguía recuperarme, pacté con el club y rescindí mi contrato. Sigo en tratamiento porque parece que se complica”, relata.
Arzo fue el único niño de Villarreal que atravesó con éxito todas las categorías inferiores del club de su localidad natal. Fue titular en aquel combinado repleto de galácticos que a punto estuvo de colarse en la final de la Copa de Europa. Riquelme besó el balón y falló un penalti decisivo en el minuto 88.
A partir de ahí, este central espigado con facilidad para sacar el balón en largo jugó en distintos equipos españoles -Valladolid o Zaragoza-, pero también viajó al extranjero: Kazajistán, Jerusalén, Grecia… Fue en las islas donde despertó su afán político: “Yo había fichado por el AEK. Hubo una crisis de refugiados muy fuerte. Recalaban en Lesbos y luego los mandaban a un campo en la playa, en los alrededores del viejo aeropuerto de Atenas, muy cerca de donde yo vivía. Me llamó la atención el gesto de Rivera, que se plantó allí. Pude saludarle, aunque no hablamos demasiado. Investigué y me afilié a Ciudadanos siendo todavía futbolista profesional”.
Su último entrenador, Enrique Martín Monreal, se “cagó en todo”, muy a la navarra, cuando se enteró: “¡En menudo berenjenal te metes!”. “¿Estás seguro? ¡Vaya lío!”, le advirtieron varios compañeros. Con Arzo ha cristalizado un trasvase todavía inédito en este mercado de fichajes. Toreros, generales, concursantes de Supervivientes… y con él, un futbolista.
“Es verdad que en los vestuarios, tanto de puertas hacia fuera como hacia dentro, apenas se habla de política. Cuando llegan las campañas electorales, ni te das cuenta. Los veteranos no quieren meterse y los jóvenes están sometidos a mucha presión para llegar. No suele haber debate. Hablo de lo que a mí me ha tocado”, discurre.
-¿Y si, de repente, ocurre algo tan reseñable como el referéndum del 1 de octubre?
-Fíjate, eso me pilló en el extranjero. Cuando estás lejos, te vuelves más patriota, no sé cómo explicarlo. Escribía a mis amigos, preguntaba, leía los periódicos… Me entraron ganas de volver.
Con Piqué en la Selección
Arzo coincidió con Gerard Piqué en las categorías inferiores de la Selección española. “Teníamos 17 o 18 años, éramos unos críos. No sabíamos ni lo que significaba la política. Viajábamos por toda Europa, participábamos en campeonatos… Mantuvimos el trato hasta cierto momento, luego cada uno hace su vida, cambias de país, pierdes teléfonos… Cuando nos hemos encontrado en el campo, nos hemos saludado, nos hemos puesto al día”.
-¿Qué le parecen sus comentarios políticos?
-Tiene su forma de pensar, lo respeto. Ahí no me meto. Cada uno es libre de opinar lo que quiera. Ya conocemos cómo es Gerard.
Salvada la primera pregunta escabrosa, Arzo discierne que las ruedas de prensa políticas tienen peor pinta que las futbolísticas: “He jugado al fútbol profesional durante quince años, puedo estar diez horas hablando de eso, pero me queda mucho por aprender en el aspecto político. Por ahora, lo más difícil es esta entrevista”. Vayamos, entonces, con preguntas delicadas.
Si los candidatos fueran futbolistas...
-Compare a Pedro Sánchez con un futbolista.
-Es como Luis Figo, que vendió al Barça para irse al Madrid sólo por dinero. Y no, Sánchez no tiene su calidad.
-Defina el estilo de juego del PSOE.
-No sabes por dónde va. Cada día hace una cosa. Es irregular. Lo mismo le dan los balones largos que intentar salir al toque desde atrás.
-¿Pablo Casado?
-Es un Neymar, todo el día tirándose al suelo y exagerando. No hay que llorar tanto, que las cosas son más fáciles de lo que parecen.
-¿Santiago Abascal?
-¡Javi Navarro! Polémico, estaría expulsado siempre, amarillas en cada partido, llamando la atención…
-Sólo falta Pablo Iglesias.
-Es como Mourinho, una persona con falta de autocrítica que siempre parece cabreada. Su ego puede ser infinito. Además, tanto uno como otro han acabado quemando a sus equipos.