El regreso de Pablo Iglesias a la arena política después de tres meses "cambiando pañales" guardaba un as en la manga que sólo insinuó en su primera intervención. En aquel mitin del 23 de marzo en la plaza del Museo Reina Sofía, el líder de Podemos se lanzó con dureza a contar "la puñetera verdad". Envuelto en una prosa que pretendía demostrar que "en España hay gente poderosa, medios de comunicación y 20 familias que mandan más que los diputados", Iglesias arremetió contra la guerra sucia presuntamente urdida desde el Ministerio del Interior de Mariano Rajoy contra él y Podemos.
La semana pasada, cuando todo parecía pura retórica electoral, Iglesias declaró como testigo en el proceso que se sigue en el juzgado de Manuel García Castellón de la Audiencia Nacional. El magistrado le había ofrecido personarse como parte afectada en una nueva pieza desgajada del caso Villarejo, que investiga al ex alto mando de la Policía y por el que está en prisión provisional desde noviembre de 2017.
Según la declaración del excomisario José Villarejo, él accedió a algunas informaciones privadas sobre Iglesias que luego fueron publicadas en la prensa a través de un pendrive que le entregó Alberto Pozas en 2016.
Pozas hoy es el número dos de la Secretaría de estado de Comunicación en el Gobierno de Pedro Sánchez, pero entonces dirigía la revista Interviú. Según Villarejo, fue él quien le dio una copia de la información extraída de la tarjeta de un teléfono móvil sustraído a la jefa de gabinete de Pablo Iglesias en su etapa como eurodiputado.
Asensio, testigo en el juzgado
Este martes declarará en el juzgado como testigo Antonio Asensio, presidente del Grupo Zeta y la persona que se reunió con Iglesias cuando esa información llegó a la revista. El secretario general de Podemos testificó la semana pasada ante García Castellón que Asensio y lo citó una vez revisaron el pendrive.
Fuentes cercanas a la dirección del Grupo Zeta confirman a este periódico que "ésa es la pura verdad". Según estas fuentes, "a la revista llegó esa información, y dada su sensibilidad fue revisada por Miguel Ángel Liso -entonces director de publicaciones de Zeta- y Asensio, que decidieron que no se publicaría nada". De inmediato, se contactó con Iglesias para que Asensio le explicara todo lo acontecido y le entregara una copia "ya que el dispositivo sólo contenía información personal".
¿Cómo llegó el pendrive a manos de Villarejo? El expolicía declaró al juez que se lo entregó el exdirector de Interviú y actual director general de Información Nacional en el Gobierno Sánchez. Ese cargo que hoy ocupa Alberto Pozas -que no ha querido responder a las llamadas de este periódico- es lo que ha motivado a los dirigentes de Podemos a insistir en que "las cloacas del Estado siguen existiendo en el Gobierno de Pedro Sánchez" y que "sólo si Podemos entra en el Gobierno se limpiarán".
Este mismo lunes, Pablo Echenique, secretario de Organziación del partido morado insistía en ello y acusaba al PSOE de tapar las vergüenzas de Villarejo "cuando se unió al PP y a Ciudadanos para evitar que lo investigáramos en una comisión del Congreso".
La campaña de Iglesias
"¿Estaba detrás el ministro Jorge Fernández Díaz, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el presidente Mariano Rajoy?", se preguntaba el líder de la formación morada este fin de semana. Según Iglesias, "en este país hay una trama que implica a policías corruptos y medios de comunicación que fabricó noticias falsas para perjudicarme a mí personalmente y a mi partido".
Podemos acusa a esta trama de haber difundido información falsa y difamatoria sobre el partido y su líder, Iglesias. A lo largo de 2016, "para evitar que Podemos entrara en el Gobierno", explican los dirigentes morados, "se fabricaron informes falsos y se publicaron mensajes privados de dirigentes del partido".
Efectivamente, a lo largo de ese año, mientras se negociaban acuerdos de gobierno como el frustrado pacto del abrazo entre PSOE y Cs -en el que Podemos no quiso participar- o después de la segunda cita con las urnas, varios medios publicaron titulares que comprometían al partido. Un supuesto informe policial -sin sellos ni membretes, llamado Pablo Iglesias Sociedad Anónima (PISA)- que detallaba una presunta financiación ilegal de Podemos con dinero procedente de los gobiernos de Irán y Venezuela.
Y en el mes de julio, recién celebradas las elecciones 26-J, repetidas tras el fiasco de la legislatura del 20-D, el digital Okdiario reprodujo capturas de mensajes privados en Telegram en los que Iglesias se autodefinía como "macho alfa" o explicaba que la periodista Mariló Montero le gustaba tanto que "la azotaría hasta que sangrase".
Y en esas supuestas maniobras, que Podemos atribuye a filtraciones interesadas del excomisario Villarejo bajo las órdenes del Ministerio del Interior, se basa la credibilidad de la brutal campaña emprendida por Iglesias contra los medios de comunicación, su credibilidad y "el mal que le hace a la democracia" que haya "bancos o personajes corruptos y poderosos en su accionariado".
Podemos alega que hay un comité de periodistas que asesora al partido para hacer una propuesta integral que "proteja el derecho a la libertad de expresión". Aunque sin dar los nombres de ese equipo ni terminar los trabajos ya ha llegado a proponer que se prohíba por ley que los bancos o sociedades de inversión tengan intereses financieros en prensa. "Lo llevaremos en nuestro programa electoral", confirmó Noelia Vera, diputada de la formación de izquierdas.
No hay mas citaciones de momento
El portavoz citado cercano a la dirección de Zeta ha confirmado a EL ESPAÑOL que la declaración de Antonio Asensio este martes coincidirá con lo que declaró Iglesias la semana pasada. El pendrive con los datos copiados del teléfono robado a Dina Bousselham cuando trabajaba para Iglesias en Bruselas "llegó a la revista, no interesó una información de carácter personal, se avisó al interesado y se le entregó a él para su conocimiento".
Fuentes de la investigación señalaron que el juez instructor no ha realizado más citaciones sobre el pendrive con información de Pablo Iglesias aunque no descarta hacerlas en función de la declaración de Asensio este martes. Las fuentes consultadas no descartan, por ello, la citación de Alberto Pozas, a quien el excomisario Villarejo mencionó como la persona que le habría dado el pendrive encontrado en la vivienda del policía ahora entre rejas.
Aún no se ha concretado la investigación en torno al llamado informe PISA, un documento apócrifo sobre la supuesta financiación de Podemos por los regímenes de Irán y Venezuela, difundido en 2016 el mismo medio que publicó los mensajes de Telegram. Los fiscales anticorrupción que llevan el caso Tándem están estudiando en estos momentos las líneas de investigación a desarrollar para determinar si ese informe fue una operación urdida por cargos policiales del Ministerio del Interior para minar a Iglesias como adversario político.