“Tengo la impresión de que Vox puede sacar más de lo que dicen las encuestas. Puede tener un voto oculto”. La intuición es del presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, y la expresaba precisamente un día después de publicar el último macrobarómetro del instituto público que él dirige.
Sus sospechas contradicen los datos del propio CIS, porque Vox irrumpiría en el Congreso con una estimación de escaños de entre 29 y 37, fruto de obtener un 11,9% de los sufragios. Eso sitúa al partido de Santiago Abascal como cuarta fuerza política, por delante de Unidas Podemos. El CIS reconoce a Vox un nivel demoscópico que no había admitido hasta ahora. De hecho, en enero le otorgaba 4,5% y en febrero, un 5,9%. Este mes, en el último estudio antes del 28-A, Vox se dispara seis puntos.
La encuesta también mantiene que el PSOE sería el partido más votado con un 30,2% en estimación de voto y hasta 138 escaños, duplicando prácticamente al PP. Pese a ese auge, los socialistas no las tienen todas consigo. "Creemos que Vox está por encima" de lo que dice el barómetro, aseguran los socialistas a todo el que quiere oírles.
El mensaje de los socialistas y de Tezanos es el mismo: el escenario está abierto. "No hay nada cerrado, la encuesta es la foto fija del momento con mucha gente indecisa", explicó este miércoles en una entrevista en la SER, donde no descartó un “vuelco total” y que PP, Ciudadanos y Vox puedan lograr una mayoría. Según él, con un 40% de votantes indecisos, que no saben o no contestan, puede pasar de todo.
El alto porcentaje de indecisos
El PSOE se está convirtiendo de esta forma en el gran impulsor del voto oculto de Vox, lo cual mina la estrategia de campaña de PP y Cs, que buscan desmarcarse de Abascal. La tesis es que existe un voto oculto que no llegan a captar las encuestas y que se plasma en el alto porcentaje de indecisos. Esa volatilidad favorecería a Vox, un partido todavía sin representación en el hemiciclo y por tanto menos consolidado que el resto de opciones políticas.
La corazonada de Tezanos, muy parecida a la que tenían en el PP de Rajoy con Podemos en las elecciones de 2016, no pasa de ser hoy una mera “opinión personal”, como ha reconocido el director del CIS. Lo curioso es que la percepción particular de Tezanos es compartida también por el propio Vox. Puede haber sorpresas, algo que llena de júbilo a los de Abascal.
Vox y sus mítines abarrotados
Quienes auguran ese crecimiento en la sombra de Vox llaman la atención sobre la gran movilización registrada en los actos de este partido. Sin ir más lejos, el martes, horas después de publicarse el CIS, Santiago Abascal celebraba un acto en el salón del Palacio de Congresos de Córdoba, un pabellón lleno hasta la bandera que se quedó pequeño. “Calculamos que había 2.000 personas fuera”, cuentan fuentes de Vox a este periódico. Aunque el barómetro no daba ningún escaño a la formación verde por esta circunscripción, el casco histórico de la ciudad califal se colapsó de simpatizantes de Abascal. “Tezanos dice que aquí no tendremos escaño”, se reían.
Otro apunte que prefigura el posible éxito de Vox al margen de la demoscopia es su capacidad para marcar la agenda política y colocar sus mensajes utilizando únicamente las redes sociales o entrevistas de Abascal en pequeños portales web. Fue el caso de armas.es, un medio sin apenas difusión que entrevistó al político vasco y se convirtió en portada de todos los diarios generalistas.
El fantasma del voto oculto a Vox sirve a los socialistas para insistir en la idea de que las elecciones se ganan en las urnas. El precedente andaluz está muy cerca y en Ferraz dicen temer que parte de su electorado se quede en casa ante unas elecciones que ya ven ganadas.
En ese sentido, algunas fuentes apuntan a que el PSOE podría estar en realidad por encima de lo que pronostica el CIS y que el barómetro habría aplicado una cocina conservadora para que el mensaje movilizador siga siendo uno de los ejes de la campaña de Sánchez.