El Gobierno ha aprobado seis Reales Decretos por los que concede el indulto a seis presos con motivo de la Semana Santa. Los reos que quedarán en libertad han sido propuestos por distintas cofradías y hermandades de España y, en su caso, tienen que concurrir razones de justicia, equidad o utilidad pública.
"El Gobierno ha aprobado esta medida de gracia que tradicionalmente solicitan las cofradías de penitentes para aquellos reos del ámbito de su provincia que cumplen los requisitos de cualquier indulto ordinario, en los que concurren razones de justicia, equidad o utilidad pública", subraya el Ejecutivo.
Los penados que verán formalizado su indulto este año son: A.T., G., propuesto por la Real, Pontificia, Antiquísima, Ilustre, Franciscana y Penitencial Hermandad y Cofradía del Señor Atado a la Columna y de Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor de Zaragoza; B. S., I., a petición de la Hermandad de Jesús Cautivo de Oviedo; y G.G., R.D.L.N., propuesto por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor de Granada.
Asimismo, serán indultados: G.G., F., a petición de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y del Santo Sepulcro de Zaragoza; L.M., J.M., cuya liberación ha sido solicitada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico de Málaga; y P.G., M., propuesto por la Fervorosa y Trinitaria Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, Nuestra Señora del Rosario Doloroso, San Juan de Mata, San Ignacio de Loyola de Sevilla.
El origen del privilegio
El origen de este privilegio, según cuenta la leyenda recogida en la web de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico de Málaga, data de 1759 cuando, durante el reinado de Carlos III, se declaró una terrible epidemia de peste en Málaga.
Ante esta situación, los reclusos de una cárcel de la ciudad solicitaron permiso para salir a la calle a sacar en procesión la imagen de Jesús El Rico que se veneraba en un convento cercano, seguros de que con ello atraerían la protección del Cielo sobre la ciudad.
Aunque las autoridades les denegaron el permiso, los reos se sublevaron y se escaparon de la prisión. Se trasladaron a la iglesia, se apoderaron de la imagen de Jesús El Rico conservada en su capilla y la llevaron en triunfo por los lugares más afectados por la epidemia.
Finalizada la procesión, los presos la devolvieron a la iglesia y regresaron a sus celdas, y entonces, según el relato, la epidemia de peste, repentinamente, desapareció. Ante tal suceso, el Rey Carlos III promulgó una pragmática concediendo la excepcional prerrogativa de que en la noche del miércoles Santo, cuando llevaran a Jesús en procesión por las puertas de la cárcel, se abrieran aquellas deparando la libertad de un preso.