Hacía más de quince años, desde noviembre de 2003, que José María Aznar no pisaba un escenario electoral en Barcelona. Y lo hizo de nuevo ayer, frente a quinientos simpatizantes que abarrotaban hasta los topes el salón de actos del hotel Grand Marina de Barcelona, para dar apoyo a un PP catalán muy necesitado de él. Pero, sobre todo, para arropar a una Cayetana Álvarez de Toledo recién llegada de ese Vietnam que fue el escrache de doscientos radicales nacionalistas que el jueves intentaron impedir de forma violenta su acceso a la UAB para un acto organizado por la asociación estudiantil constitucionalista S'ha Acabat.
Aznar fue el último de los oradores, tras Alejandro Fernández y Cayetana Álvarez de Toledo, del acto con el que el PP abrió la campaña electoral en Barcelona. El expresidente centró su intervención en Pedro Sánchez, al que acusó de haber iniciado la cuenta atrás hacia la secesión de Cataluña. "No vamos a desistir. Los que no hablan de Cataluña en su programa electoral, los que hacen cuentas y porcentajes para aceptar la independencia, los que han puesto en marcha la cuenta atrás para la secesión, a estos listillos y a otros les decimos que no vamos a desistir" dijo el expresidente del Gobierno.
Aznar, que afirmó ser candidato "a buen español, y que se note", dijo también estar convencido de la victoria de su partido: "Les vamos a ganar. Estamos en el siglo XXI y no en fantasías medievales. Esta es la España democrática, no los Balcanes de la limpieza étnica. No vamos a dejar que se dejen su futuro por un grupo de delirantes que han perdido la decencia democrática. España es libertad, unidad, igualdad, es juntos y libres. Esta es nuestra propuesta a los catalanes".
El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES empezó su discurso haciendo referencia a las agresiones sufridas ayer por Cayetana Álvarez de Toledo, Alejandro Fernández, Josep Bou y Maite Pagaza en la UAB. "No os callaron ayer ni os harán callar nunca por una sencilla razón, porque estas pandillas no saben que este partido sabe bien lo que es resistir al acoso", dijo, aludiendo a sus años de lucha contra ETA. Luego replicó a quienes acusan al PP de fascista recordando que fue ERC el partido que trajo el fascismo a Cataluña y el que dio un golpe de Estado contra la República en 1934. "El fascismo catalán estaba representado por los escamots de Estat Català y las juventudes de ERC".
Aznar, muy aplaudido por el público, finalizó su discurso acusando a Pedro Sánchez de ser "el candidato secesionista": "Sánchez vino aquí a celebrar una cumbre bilateral y declaró que Torra es una persona a quien le gusta el diálogo. Hace tiempo lo definió como el Le Pen español. Hay gente que sólo acierta cuando rectifica, pero hay otros que cuando rectifican, también se equivocan". Entre gritos de "¡vuelve", el expresidente se despidió con un "visca Cataluña" moderadamente aplaudido y con un "viva España" bastante más jaleado que el anterior.
De "derechita cobarde", nada
Los sondeos no son esperanzadores para el PP catalán, pero la elección de Cayetana Álvarez de Toledo como número uno por Barcelona ha insuflado nuevas energías en el partido. Y la prueba está en que Aznar, acostumbrado a ser el plato fuerte en los actos electorales del PP, tuvo que compartir esta vez el protagonismo con una Cayetana muy beligerante y a la que, como ella misma dijo en referencia a Vox, difícilmente puede colgársele la etiqueta de "derechita cobarde".
"Hubo quienes de buena fe, seguro, con la mejor voluntad, preocupados por la seguridad, nos recomendaron a los demócratas [el jueves en la UAB] que entrásemos por una puerta trasera, que no avanzáramos, que reculáramos y diéramos marcha atrás, que la libertad cediera ante la turba" dijo Cayetana durante su intervención. "Pero la democracia entra por la puerta grande, por la puerta principal. ¿Os parece esta la imagen de la derecha cobarde?" añadió a continuación la candidata popular.
Por lo visto desde su elección como número uno de la lista del PP por Barcelona, Cayetana no ha llegado a Barcelona para morderse la lengua o jugar la carta de la equidistancia y la moderación. "He venido aquí a provocar. A provocar al totalitarismo en nombre y defensa de la democracia. Y no lo haré únicamente durante la campaña. Lo haré para quedarme, porque esa es la obligación de cualquier demócrata español. Provocar en nombre y defensa de la libertad" dijo la número uno del PP por Barcelona.
"España tiene en parte de su territorio un grave problema con la libertad. Los nacionalistas han convertido su amor a Cataluña en odio a la mitad de catalanes" añadió luego. La popular insistió también en uno de los calificativos que más ha indignado a los medios y los partidos nacionalistas catalanes. "Quienes instrumentalizan la universidad hasta la náusea son esos niñatos que ponen la institución al servicio de un proyecto xenófobo y totalitario" dijo, en referencia a los radicales de la UAB.
Álvarez de Toledo huyó, sin embargo, de las soluciones grandilocuentes y populistas a la violencia del nacionalismo catalán. "Al independentismo no se le derrota por decreto. Eso son cuentos de niños. Cuentos de Vox" añadió, en una andanada dirigida a la línea de flotación del partido liderado por Santiago Abascal. Un partido que, en vista del empuje con el que la candidata popular ha arrancado la campaña, va a tener que buscar una alternativa a la etiqueta de "derechita cobarde". Porque si alguien demostró este jueves no merecer esa etiqueta, esa es Cayetana Álvarez de Toledo.