Trescientos veintiocho ataques a la libertad de expresión por parte de grupos de ultraderecha organizados paramilitarmente. Sabotajes de actos públicos. Vandalismo contra particulares. Intimidaciones. Amenazas. Ataques contra la integridad física. Vandalismo contra entidades. Y todo ello, con un denominador común: "La exhibición de simbología o consignas proespañolistas".
No es la descripción del Belfast de los años setenta, sino el informe realizado por la Oficina de Derechos Civiles y Políticos de la Generalidad de Cataluña acerca del periodo de dos años comprendido entre enero de 2017 y diciembre de 2018. Es decir, los años culminantes del procés. La Oficina de Derechos Civiles y Políticos es un organismo creado por el Gobierno autonómico en junio de 2018, dependiente del departamento de Vicepresidencia y dirigido desde el 1 de octubre por Adam Majó i Garriga, antiguo miembro del Moviment de Defensa de la Terra (MDT) y exconcejal de la CUP.
El informe, al que TV3 dedicó hace días una pieza de ocho minutos con entrevista a Adam Majó incluida, despertó las sospechas de la diputada de Ciudadanos Sonia Sierra. ¿De dónde sale la cifra de trescientos veintiocho ataques de ultraderecha? ¿A qué se dedica exactamente la Oficina de Derechos Civiles y Políticos? ¿Quién trabaja en ella?
"El dato de esos trescientos veintiocho ataques 'de ultraderecha' era como mínimo dudoso" dice Sonia Sierra en conversación con EL ESPAÑOL. "Sobre todo teniendo en cuenta que en ese supuesto informe no se habla de los ataques a las sedes de Ciudadanos, o de las agresiones a nuestros concejales, o de los escraches y las amenazas que recibimos cuando visitamos algunos pueblos catalanes. Así que decidí echarle un vistazo a esos datos y pedí una copia del informe".
La sorpresa llegó cuando la Generalidad respondió diciendo que el informe no existía. "Agotaron todos los plazos, pusieron todos los impedimentos y retrasaron la respuesta todo lo que pudieron. Pero el informe no está en su página web. No está en su canal de Twitter. No está en ningún lado. Finalmente, nos enviaron un mensaje diciendo que el documento que pedimos no existe. Adjunto al mensaje, eso sí, incluyeron un 'balance' que consiste en un simple power point. 'Suponemos que se refieren a esto' nos dijeron".
Ni fechas, ni localizaciones, ni denuncias
El documento al que hace referencia Sierra consiste, efectivamente, en un sencillo power point de realización amateur. En él se habla de "datos contrastados" y se mencionan, sin detallarlos de forma pormenorizada, esos trescientos veintiocho ataques de los que hablaba TV3. El informe cita ataques contra placas y monumentos conmemorativos del 1 de octubre, sustracciones de estelades, ataques a domicilios particulares y pintadas en fachadas y paredes. Pero no da ningún dato concreto acerca de esos ataques. Ni fechas, ni localizaciones, ni denuncias, ni autores, ni víctimas.
"El nexo común de todos estos grupos es el españolismo radical y se detectan numerosos vínculos con la ultraderecha organizada" dice también el informe. "Se organizan de forma paramilitar y acostumbran a desplazarse hasta municipios de mayoría social independentista para efectuar acciones intimidatorias y robos de objetos y material con contenido reivindicativo".
"Cuando hablan de robos", dice Sierra, "se refieren a la retirada de lazos amarillos y de estelades de los espacios públicos". "El informe es un despropósito de los pies a la cabeza. Las conclusiones están decididas de antemano y hasta acaban diciendo que se niega el derecho de autodeterminación. ¿Y eso qué tiene que ver con el resto del informe?".
Cuando Sierra pidió la comparecencia de Adam Majó, este respondió de manera desafiante. "Dijo que un lazo amarillo es lo mismo que una bandera española. Luego nos dijo que para recopilar los datos se había reunido con cuarenta asociaciones. Pero no dijo cuáles eran. Tampoco se mencionan en el informe. Vamos, que Majó se ha reunido con sus amigos y todos juntos han decidido que Cataluña rebosa ultraderechistas con formación paramilitar cuyo mayor crimen es quitar lazos. Y por eso, este señor cobra 90.000 euros al año pagados por todos los catalanes".
La comparecencia de Majó provocó una de las intervenciones parlamentarias más celebradas de Inés Arrimadas. En ella, la todavía líder de Ciudadanos por Barcelona se dirigió a Pere Aragonès (ERC), cabeza del departamento de Vicepresidencia de la Generalidad, y le pidió que la incluyera en el informe de Majó. "Ya que hace listas negras de los catalanes que quitan lazos amarillos, apúnteme a mí y a mis compañeros", dijo.
Ciudadanos ha pedido la dimisión de Adam Majó. "No parece la persona más neutral del mundo, ¿verdad?" pregunta retóricamente Sierra. "Fue concejal de la CUP en Manresa y miembro del Moviment de Defensa de la Terra (MDT), la Herri Batasuna de la banda terrorista Terra Lliure". Majó abandonó la CUP en 2017 decepcionado con la formación anticapitalista por su escasa beligerancia y tras constatar que los únicos presos encarcelados a raíz del procés eran de JxCAT y ERC.
"No es sólo que lo hayan puesto a dedo y que hayan creado el chiringuito para enchufar a este señor. Es que es un señor que se fue de la CUP porque le parecían unos flojos" dijo Arrimadas durante su intervención en el Parlamento autonómico catalán. "La oficina es Majó y dos personas más" añade Sierra. "Es, literalmente, el chiringuito de un solo señor. Además, nos dijo que una de sus funciones es asesorar a las escuelas. Y eso sí que da miedo".
La pregunta es obvia. ¿Por qué Adam Majó, que a primera vista parece un personaje de segunda categoría en el reparto de protagonistas del procés? "Quizá le deben favores" contesta Sierra. "Es difícil saber por qué han creado una oficina ad hoc para él. En cualquier caso, ¿para qué sirve esta oficina? Para legitimar un relato inventado de que todo aquel que quita lazos es un ultraderechista paramilitar. Además de españolista, claro, que para ellos es todo lo mismo".