Dio igual que Vox no participara en el debate tras la resolución de la Junta Electoral Central. Había sido el gran protagonista de la campaña y no iba a pasar inadvertido en el plató de TVE, aunque con referencias veladas. Tanto el PP como Ciudadanos se han resistido y el fantasma de Santiago Abascal ha rondado entre el resto de candidatos, pero entre sombras.
En el ring donde Vox sí pudo boxear fue en las redes sociales, aunque de manera puntual, como de toalla tirada. Apenas soltaron unos tuits, pero fueron lo suficientemente elocuentes para marcar su postura. Una declaración de intenciones: cuatro papagayos en una imagen difundida por el propio Abascal. “Encuentra las diferencias”. Poco más.
Mientras, bajo la batuta de Xabier Fortes, Pedro Sánchez azuzaba tanto a Pablo Casado como a Albert Rivera, llevando al debate la fotografía de la plaza de Colón. “La ultraderecha es temible: está diciendo que hay que tener armas en casa, que hay que suprimir las autonomías, que la violencia de género es un cuento, que el genocidio nazi es un invento. Llevan franquistas declarados en las listas y quieren cerrar televisiones”, enumeraba el todavía presidente del Gobierno.
"Está la ultraderecha a los mandos"
Era Sánchez quien mentaba a Vox una y otra vez, siempre sin mencionar su nombre. “Está la ultraderecha a los mandos”; “el vientre de una mujer no es un taxi: dígaselo a sus amigos ausentes de la ultraderecha” o “el PSOE es el único que puede frenar a la ultraderecha”. Pero no hallaba respuesta en el resto de candidatos.
La visibilización de esas tres derechas, por mucho que lo intentara el PSOE, ha sido infructuosa: ni PP ni Ciudadanos han entrado al capote. Si Vox estuvo de cuerpo presente en el plató de TVE, fue por el verbo de soslayo de Sánchez.
Abascal seguía ausente en sus redes. Y la línea fue similar en las cuentas de los demás dirigentes nacionales del partido de extrema derecha: las dejaron prácticamente en blanco en lo que duró este primer debate. La mayor alusión que dedicó fue una invitación desde la cuenta general del partido a su mitin de este martes. “Si a ti también te está aburriendo el debate, mañana vente a Las Rozas con Santiago Abascal, Rocío Monasterio, Javier Ortega Smith e Iván Espinosa de los Monteros y pasa de la segunda parte”.
Su interés, lejos de los debates
Vox, a lo sumo, retuiteaba sus mensajes anteriores en redes. “Teníamos muchas ganas de ir a los debates: nos habría permitido llevar nuestro mensaje a muchos indecisos y nuestro presidente habría ganado en la comparación, como ya hizo en el programa de Bertín. Pero aquí mandan los separatistas”, rezaban en Twitter.
“Unos no cumplieron y ahora no tienen credibilidad. Otros son tibios y no se aclaran. Nosotros seremos firmes para restaurar el orden y la libertad en Cataluña”, comentaban. “Todos saben que entraremos con fuerza en el Congreso. Con otros fueron comprensivos porque sirven a sus mismos amos. Nosotros solo queremos luchar”. Desde luego, lejos de la zona de influencia de los debates. Al menos, el de la televisión pública, al que nunca estuvieron invitados.