El expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido acaba de fichar por Ciudadanos. Este martes, ha comparecido en la sede naranja junto a su hasta ahora competidor, Ignacio Aguado. "Se suma a nuestro equipo", ha celebrado el candidato naranja a ocupar el despacho más importante de la Puerta del Sol. "No venimos a empatar, venimos a ganar", ha resaltado.
Garrido ha protagonizado una de las sorpresas más gruesas de la campaña. Casado le había encomendado figurar en las listas europeas del PP. Iba a ser el número cuatro. A apenas un mes de los comicios continentales, el exmandatario de la Comunidad ya sujeta una carpeta de Ciudadanos. Irá de número trece.
"He decidido incorporarme a la candidatura de Ciudadanos para la Asamblea de Madrid", ha explicado. "Es el partido que mejor representa los valores del centro liberal, la moderación, el diálogo y la concordia", se ha justificado. "Llevo casi treinta años militando en el PP. No ha sido nada fácil", ha confesado. Garrido, por tanto, competirá con su sucesora, Isabel Díaz Ayuso. "Este es un proyecto decente e integrador", ha concluido su discurso. Entonces, decenas de dirigentes de Ciudadanos, presentes en la sede, han ovacionado a su nuevo fichaje.
La nueva incorporación asegura que comparte "al cien por cien" el programa naranja. También ha informado de que este mismo miércoles presentará su baja como militante del Partido Popular. Se afiliará a Ciudadanos inmediatamente: "Las decisiones se toman con todas las consecuencias". Garrido ha desvelado que todavía no ha hablado con ningún miembro de la dirección conservadora. Ni con Casado ni con Díaz Ayuso, a los que define como "amigos". "Les voy a llamar, aceptarán mi decisión", ha concretado.
Hasta hace un telediario, Garrido ejercía de mano derecha de Cristina Cifuentes, que mantuvo serios enfrentamientos con Ignacio Aguado en la Asamblea de Madrid. Al respecto, ha desgranado: "Es un episodio que ocurrió hace tiempo. En política, las cosas pasan mucho más rápido de lo que parece. Yo siempre defendí lo que creía. Actué desde el respeto, nuestra relación -en referencia a Aguado- fue excelente, cordial".
Garrido había sido hasta ahora hombre de partido. Gestor, alejado de las estridencias. Fiel a la doctrina del Partido Popular. Aguirrista y cumplidor con las órdenes de la cúpula. Encarnó la presidencia de la Comunidad de Madrid después de la salida de Esperanza Aguirre y de la dimisión de Cristina Cifuentes.
Fue él, tecnócrata donde los haya, quien resolvió esa presidencia durante un año y fue él quien gestionó con eficacia la reciente crisis del taxi en la capital. Aunque en desacuerdo con el nuevo rumbo del PP, no elevó la voz contra sus ya exmandatarios. Aceptó con resignación el nombramiento de Díaz Ayuso y su tarea europea.
Su trayectoria
Su primer cargo público fue el de concejal del municipio madrileño de Pinto. Corría 1995. Cuatro años más tarde, salió elegido edil en la capital. Le dio la oportunidad el alcalde José María Álvarez del Manzano. Revalidó ese puesto en 2003, 2007 y 2011. Corporaciones lideradas por Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella.
En 2015, Cristina Cifuentes le nombró número dos en la lista. Fue uno de los encargados de negociar el acuerdo de investidura con Ciudadanos. Estrenado el Ejecutivo, se convirtió en consejero de vicepresidencia, Justicia y portavoz del Gobierno.