Cuando Pablo Casado terminó este martes la reunión de su Comité Ejecutivo Nacional en la sede de Génova, rodeado de todo su equipo y de sus barones territoriales, había recibido tres mensajes claros. Uno: que de momento no habrá rebelión. Dos: que la preocupación es enorme por la magnitud de la debacle. Y tres: que el viraje hacia el centro ha de ser inmediato y efectivo. Sin medias tintas.
Por eso, cuando el líder del partido compareció ante la prensa, dirigió sus misiles tanto a Ciudadanos como a Vox. A uno lo calificó como “socialdemócrata disfrazado de liberal desde hace año y medio”; al otro, de “extrema derecha”. “No les importaba nada quién gobernara ni que sumáramos, sólo querían sorpassarnos, cosa que no han conseguido”.
Pero detrás de esas palabras no estaba tanto el espíritu de Casado como el mandato recibido de sus barones. Hay que recordar que en la víspera de las votaciones llegó a ofrecer a Vox “la influencia que quieran tener para entrar” en un Gobierno conjunto, y también su resistencia a etiquetarles como ultraderecha durante toda la campaña. Según comentan a este periódico fuentes de la dirección popular presentes en el cónclave, los dirigentes regionales le trasladaron a Casado “la conveniencia de calificar a Ciudadanos y a Vox como lo que son: no son nuestros socios ni nuestros amigos”.
"Tenemos que estar más a la izquierda"
El sentimiento era compartido por la inmensa mayoría de los líderes autonómicos, que tomaron la palabra en una reunión especialmente larga —tres horas— para lo que suele ser habitual. No se escondieron: a su llegada a Génova, repitieron que no se podía perder el centro, que había que reubicar el partido. “No se ha abandonado el centro, sí que es verdad que se han modificado algunos mensajes”, concedía el extremeño José Antonio Monago.
“Le ha pedido a Pablo, el partido en su conjunto, una mayor visibilización de que somos centro, de que tenemos que estar más a la izquierda de donde estamos ahora”. De ahí el lema elegido para la campaña de las municipales, autonómicas y europeas del 26-M: Centrados en tu futuro.
Antiguos diputados populares también se mostraron taxativos: “Tenemos que volver con intensidad y orgullo”. “La necesidad es de centro, que es desde donde siempre hemos conseguido las mayorías”, opinaban otros miembros del partido que han conseguido revalidar su cargo.
Las listas se están convirtiendo en un "espectáculo"
Pero también mostraron los barones su resquemor ante ciertos movimientos del partido. “Un dirigente ha tomado la palabra para contar que si no se personifica la derrota en alguien, para nuestros votantes nada habrá cambiado, por mucho que se modifique el discurso”. Los ojos estaban puestos en Javier Maroto, número tres del partido, vicesecretario de Organización y director de la campaña para las generales.
El crédito de Maroto se ha visto tocado. Por eso ya no se encargará de la coordinación de la campaña del 26-M. Esa tarea recaerá en Isabel García Tejerina -en las europeas- y en Cuca Gamarra -en las municipales y autonómicas-. Maroto, que no consiguió ni revalidar su propia acta de diputado, se centrará ahora más en su labor interna y en las actividades que implica su cargo. Aunque recorrerá las plazas del PP de la mano de Casado, Teodoro García Egea y del vicesecretario Territorial, Vicente Tirado.
Las listas tampoco se han librado del tirón de orejas a Casado. Los fichajes de independientes y personalidades mediáticas no han dado el resultado esperado. "Existe la sensación de que la política se está convirtiendo en espectáculo y no es buena. Nos hemos visto obligados a fichar determinado tipo de perfiles arrastrados por los otros partidos, porque si no se daba la sensación de que no éramos buenos", deslizan fuentes de la dirección en conversación con este diario.