Era una fecha marcada en rojo en el calendario del líder del PP, Pablo Casado: Dos de Mayo, el día de la Comunidad de Madrid. Era el único líder nacional que quiso asistir y, por eso, tenía un sitio privilegiado en primera fila. Lo hacía junto a los expresidentes madrileños. Y, a ocho asientos, se situaba quien fuera uno de sus mayores barones y apoyos orgánicos, Ángel Garrido. Pero, al encontrarse, Casado ha pasado de largo. Ha evitado saludarle.
Esta entrega de medallas ha sido el primer encuentro en el que han coincidido Casado y Garrido, desde que hace apenas unos días se consumó el fichaje del expresidente de la Comunidad de Madrid por Ciudadanos, que cuajó sin que éste avisara al presidente popular, quién se enteró por los medios de comunicación.
La relación entre ambos ahora es nula. Casado, tras designar a Isabel Díaz Ayuso, secretaria de comunicación del partido y parte de su círculo de confianza, como candidata del PP a la Comunidad, le reservó a Garrido un puesto privilegiado en la lista europea.
Garrido, en un primer momento, se puso "a disposición" del presidente e incluso llegó a firmar el acta de candidato como número 4 popular en la lista de Bruselas.
Este jueves, a su llegada, Casado ha pasado delante de Garrido sin siquiera mirarle. Pero sí se ha parado a saludar, de manera efusiva, a otros miembros destacados, como la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Horas más tarde, Casado ha justificado su no saludo, explicando que no le ha visto cuando ha entrado en la Real Casa de Correos.