Al tiempo que el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, acusaba a Nicolás Maduro de llevar a cabo un "genocidio silencioso", los líderes políticos españoles clamaban contra el Gobierno y contra el ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell. ¿El motivo? España ha decidido “limitar” las actividades políticas del líder opositor venezolano Leopoldo López.
López, que se encuentra en la residencia del embajador de España en Venezuela tras haber sido retenido durante cinco años por el régimen de Maduro, no podrá continuar con su activismo político. O, al menos, eso se deduce de las palabras de Borrell.
Y es que el Gobierno de Sánchez, a pesar de haber reconocido como presidente legítimo a Guaidó y de proteger a Leopoldo López dentro del edificio consultar, pretende evitar un conflicto diplomático con el Ejecutivo de Nicolás Maduro. “La diplomacia no es equidistancia”, señalaba este viernes en conversación con este diario Beatriz Becerra, vicepresidenta saliente de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
"España permite ruedas de prensa desde la cárcel"
No es la única polémica en la que está inmersa España en relación al conflicto venezolano. A las declaraciones de Borrell se suma lo desvelado por Pablo Iglesias: que, en privado, el ministro de Exteriores confiesa que "fue un error" reconocer a Juan Guaidó. Borrell ha tenido que salir a desmentir esas palabras.
“España es un país que está permitiendo hacer declaraciones y ruedas de prensa desde la cárcel a personas imputadas por procesos secesionistas. ¿Hasta qué punto hay que mantener la diplomacia en este caso?”, se pregunta Becerra.
No es la única en manifiestarse en esa línea. Pablo Casado, presidente del PP, considera que “el Gobierno pretende limitar la libertad de expresión de quienes luchan contra Maduro, en lugar de liderar la transición de este pueblo hermano hacia la democracia”. “Les incomoda, se sienten más cerca de los dictadores que ampara la extrema izquierda”, ahonda el popular en un tuit.
"Izquierdismo vs. patriotismo"
No ha sido el único dirigente del PP en pronunciarse sobre este caso. “Hay que exigirle a Borrell decencia. No puedes limitar la actividad política de Leopoldo López sin convertirte en un colaborador de la dictadura de Maduro”, opina en conversación con EL ESPAÑOL el eurodipuado Esteban González Pons. “El Gobierno quiere que llegue la democracia sin la derrota de Maduro, y eso no es posible”, añade
“Maduro debe retirarse y ser juzgado por sus crímenes abominables. Las elecciones libres se harán con los chavistas, no con los criminales chavistas”, considera Pons, para quien España renuncia a liderar la posición internacional en el conflicto “porque al Gobierno le puede más su izquierdismo que su patriotismo”.
También ha mostrado sus críticas a Sánchez el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en un tuit. El presidente socialista, según asegura, “desprecia la lucha por la libertad de todo un pueblo tildándola de ‘activismo político’”. “Lamentable, Josep Borrell, el Gobierno debería liderar el apoyo al conjunto de demócratas venezolanos sin fisuras en su causa frente a la tiranía de Maduro”.
Pérdida de liderazgo internacional
El centroderecha español le exige a Sánchez un posicionamiento claro respecto a Venezuela, pero el hecho de que Unidas Podemos —cuyo apoyo para la próxima legislatura es clave— legitime a Maduro, puede condicionar la posición del Ejecutivo.
Sánchez está tratando de navegar entre dos aguas y, desde que llegó a Exteriores, Borrell ha tratado de relajar las tensiones con Caracas.Hay que tener en cuenta que Mariano Rajoy fue el primer presidente en recibir a Lilian Tintori en su gira mundial para llamar la atención sobre la condición de preso de conciencia de su marido, Leopoldo López.
La posición tibia de España es ahora homologable a la de la UE. La Alta Representante europea, Federica Mogherini, no quiso ni siquiera avanzar en la política de sanciones al régimen de Maduro, pese a la presión en favor de una posición más comprometida que han abanderado el presidente de la Eurocámra, Antonio Tajani, y eurodiputados como Esteban González Pons y Beatriz Becerra. Finalmente, Mogherini logró sacar adelante su proyecto de Grupo de Contacto, que se dedica "a mirar desde el balcón". Ahora, con todos los europarlamentarios en campaña, “poco más se puede hacer”, lamenta Becerra.