“La palabra mamandurria fui yo la que la puse en circulación”, decía este jueves Esperanza Aguirre. Y lo cierto es que el término, al menos en clave política, lo acuñó ella en julio de 2012, cuando ostentaba la presidencia de la Comunidad de Madrid. Fue meses antes de dejar el cargo –la primera de sus dimisiones– cuando, en plena crisis económica, el Gobierno de España prestó una línea de crédito a las comunidades autónomas con problemas de financiación. Entonces Aguirre declaró que no tenía previsto recurrir a ese fondo de liquidez y que ella apostaba por aplicar “recortes en la Administración pública”. “Se tienen que terminar los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias en general”, zanjó.
Siete años después, la expresión vuelve a estar en boca de todos. Quien ha recurrido a ella es precisamente uno de los discípulos de Aguirre, Pablo Casado, para atacar a otro de los hijos políticos de la exlideresa popular, Santiago Abascal.
En una enmienda a su estrategia de campaña, Casado se refería a Vox por primera vez con la etiqueta de “ultraderecha”. “Quiero hacer una reflexión sobre lo mucho que Abascal debe a este partido, del que ha estado cobrando de fundaciones, chiringuitos y mamandurrias como él dice de alguna comunidad autónoma hasta antes de ayer”.
A Esperanza Aguirre no le sentaron nada bien esos “calificativos hirientes” de Casado. “A mí a estas alturas de curso… Como decía Churchill: los políticos tenemos que tener la piel de elefante. No me duele nada pero lo considero un error porque muchos de los votantes nuestros habían optado por Vox y se lo están replanteando para las municipales y autonómicas”, señalaba la exdirigente ante los medios de comunicación en el acto de celebración del Dos de Mayo."Casado ha querido dar una patada a Abascal en mi trasero", definía Aguirre el ataque dialéctico del presidente del PP al líder de Vox.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, mamandurria proviene del verbo mamar, y hace referencia al “sueldo que se disfruta sin merecerlo, sinecura, ganga permanente”.
Un sueldo de 82.000 euros al año
Las “mamandurrias” de las que disfrutó el fundador de Vox, según Casado, son los cargos de responsabilidad que ejerció cuando Esperanza Aguirre presidía la Comunidad de Madrid. Abascal recaló en sus brazos después de que su carrera política se tambaleara en el PP vasco, en 2010. Allí era diputado del Parlamento por Álava, pero su cercanía a María San Gil y sus discrepancias con Antonio Basagoiti acabaron en ruptura política. Hasta que Aguirre lo rescató y lo llevó a Madrid.
Aterrizó en la capital para situarse al frente de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad, entre febrero de 2010 y diciembre de 2012. Durante esa época, el político vasco cobró un salario público de 82.491,84 euros al año, con un complemento de productividad de 11.363,16 euros. Unos ingresos superiores a los del presidente del Gobierno, que durante esos años, según se desprende de los Presupuestos Generales del Estado, tenía estipulado un sueldo de 78.185,04 euros.
La “mamandurria” se acabó en diciembre de 2012, cuando la Comunidad decidió disolver aquel organismo público. Pero justo después, el hoy candidato de Vox fue nombrado director gerente de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social y se le asignó un sueldo idéntico. Poco duró este nuevo “chiringuito”, ya que en diciembre de 2013 esta fundación también acabó disolviéndose.
Admite que era un una entidad “innecesaria”
Ya en su momento, el propio Abascal pedía abrir “una reflexión sobre la eficacia” de estas entidades. Así lo dijo públicamente en 2013, al comparecer en una comisión de la Asamblea de Madrid. "Estoy seguro de que este Gobierno [el de Ignacio González], que ha estado caracterizado por un esfuerzo tremendo de austeridad durante todos estos años, abrirá o ha abierto ya una reflexión sobre el futuro, sobre la eficacia, sobre la viabilidad y sobre la existencia de organismos de la naturaleza del que yo dirijo. Esa es una reflexión que comparto y que creo, sin ninguna duda, que ha de hacerse urgentemente en estos momentos", recoge el Diario de Sesiones de la Asamblea del 5 de noviembre de aquel año.
De hecho, un mes y 11 días después de aquella comparecencia, el patronato de la fundación acordó su cierre, en una época en la que ya se estaba plantando la semilla de Vox, partido que se presentó en sociedad en enero de 2014.
Más recientemente, en enero de este año, Abascal reconocía “lo innecesario” de estas instituciones públicas. En una entrevista en Espejo Público, Susanna Griso le recordaba al de Amurrio que había estado trabajando en un “chiringuito público” como los que quiere cerrar. "Precisamente por haber conocido ese tipo de instituciones, por haber estado en la Administración desde dentro soy consciente más que otras muchas personas de lo innecesario de muchas instituciones", respondía Abascal. “Lo dije en sede parlamentaria”.