La aritmética parlamentaria exigirá negociar y ningún partido conseguirá mayoría absoluta. Son dos de las tres certezas que se constatarán en el nuevo mapa político navarro a partir del 26-M, ya que los próximos comicios conformarán una Cámara foral fragmentada y multipartidista, con la presencia de hasta seis formaciones. Un marco similar al que arrojaron las urnas en 2015, donde finalmente, y por primera vez en la Comunidad Foral, llegó al poder el nacionalismo de la mano del cuatripartito liderado por Uxue Barkos.
Ante ese endiablado panorama político, se abren varios escenarios para alcanzar un ejecutivo estable. Y ahí es donde entra la tercera evidencia: en todos los posibles acuerdos el Partido Socialista Navarro (PSN) que dirige María Chivite tendrá la llave para decidir el color del nuevo gobierno: en sus manos está que sea nacionalista y de izquierdas o constitucionalista.
El macrobarómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado el pasado jueves vaticinaba una legislatura donde el diálogo será imprescindible. Navarra Suma ganaría las elecciones (16-17 escaños), seguido del PSOE (11-12), Geroa Bai (7-9), EH Bildu (7-8), Podemos (6) e Izquierda-Ezkerra (1-2). La mayoría absoluta está fijada en 26 escaños (sobre 50). El árbitro que desempatará para llegar a esa cifra mágica será, en cualquier caso, María Chivite.
Además del CIS, el resto de sondeos dan vencedor a Navarra Suma. Las dudas surgen con el segundo puesto, donde se está librando una pelea muy cerrada entre el PSN, que crece gracias al efecto Pedro Sánchez, y Geroa Bai, que aunque pierde apoyos mantiene el tipo.
Posibles pactos
En ese laberinto se dibujan hasta tres posibles pactos de investidura. El primero incluiría un ejecutivo capitaneado por Navarra Suma con el apoyo del PSOE. Navarra Suma es la coalición que alumbraron UPN, PP y Ciudadanos con el fin de evitar la fragmentación del voto de centro derecha para no beneficiar a la izquierda.
Este ejecutivo formado por Navarra Suma y PSN, sin embargo, se perfila muy improbable, dadas las reticencias de los socialistas a gobernar junto a foralistas, conservadores y liberales.
Casado y Arrimadas en Pamplona
Este mismo lunes, el propio líder del PP, Pablo Casado, participaba en Pamplona en un acto electoral y subrayaba que esta plataforma es "el muro de contención" contra el avance de la izquierda y los nacionalismos. "Sirve de ejemplo para otras autonomías y ayuntamientos", destacaba. Este martes será el turno de la líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, que se traslada a la capital foral para participar en un mitin junto a Javier Esparza, el candidato de Navarra Suma.
Frente al pacto entre UPN, PP y Cs, Vox es el único partido nacional del bloque de la derecha que se presenta con sus propias siglas en Navarra, pero no parece que vaya a ser determinante y, de hecho, podría quedarse sin representación. El CIS no le da escaño.
El segundo posible gobierno englobaría al PSOE, Geroa Bai y Podemos. Está por ver quién lo capitanearía: Barkos sería presidenta en el caso de que sume más votos su coalición nacionalista, o Chivite si al final el PSN da el sorpasso a Geroa Bai. En el caso de que no dieran los números, también podría requerirse el apoyo de Izquierda Unida para garantizar los equilibrios. Este es sin duda el escenario preferido por Chivite y el favorito de Ferraz, porque en ningún caso dependería de la izquierda abertzale de Bildu y, si el PSN supera a Geroa Bai, Chivite se coronaría como presidenta. “Rememos en la misma dirección para acordar y hacernos fuertes y frenar a las derechas conservadoras que amenazan nuestro autogobierno”, pedía en el inicio de campaña la candidata socialista, mostrando sus cartas sobre las piezas que deberán encajarse tras el 26-M.
La tercera opción de gobierno pasa por reeditar el actual cuatripartito que sustenta el gobierno de Uxue Barkos -Geroa Bai, Podemos, EH Bildu e Izquierda Unida-, una posibilidad que se aleja según los últimos sondeos. ¿El motivo? Se prevé que los ciudadanos castiguen la gestión de la presidenta y la crisis interna que atraviesa Podemos en la Comunidad Foral también sus expectativas electorales. Según el CIS, ahora no sumarían, ni siquiera en el escenario más optimista.
Quien también tendrá difícil revalidar su puesto como alcalde será Joseba Asirón (EH Bildu), regidor de Pamplona desde 2015 gracias a los votos de Geroa Bai, la marca municipalista de Podemos e Izquierda Unida. Según los últimos sondeos, sin embargo, perdería la mayoría en el consistorio de la capital.
Balance del Gobierno de Barkos
Imposición del euskera, ikurriñas, subida de impuestos y abandono e inacción política en la zona de la Ribera. Es el balance del cuatripartito que la oposición echa en cara a Uxue Barkos durante esta legislatura.
En el plano educativo, la polémica ha llegado con Skolae, un controvertido programa escolar obligatorio puesto en marcha por el Gobierno que incluye la “curiosidad sexual y los juegos eróticos infantiles” o propone también fomentar la masturbación entre niños de 12 años. Su implantación trajo consigo denuncias por parte de UPN y PP, que lo consideran “una total imposición de la ideología de género de la izquierda” y acusan a Barkos de “adoctrinar” a los alumnos con asignaturas de igualdad, prevención de la violencia y sexualidad.
Desde que los nacionalistas tomaron las riendas del Ejecutivo foral, los navarros han suspendido año tras año el trabajo realizado por la presidenta al frente del Gobierno. Así se desprende del último Navarrómetro, que constata que más de la mitad de los ciudadanos consideran que Barkos no ha sido consciente de los problemas de la Comunidad Foral (30,9%) o no ha sabido cómo resolverlos (22,7%).