Baleares, ante la tormenta perfecta: más catalanismo, más inmersión y menos turismo
El PSOE de Armengol, que se ha caracterizado por aplicar políticas más propias de ERC o de Podemos, favorito para seguir gobernando en las islas.
16 mayo, 2019 02:28La unanimidad es prácticamente total entre aquellos que conocen bien los entresijos de la política local de las islas: "Baleares es la próxima Cataluña". Se refieren estas fuentes a ese nacionalismo catalanista, que no balearista, que ha conducido al Ejecutivo liderado por Francina Armengol, del PSIB-PSOE, a aplicar la inmersión lingüística en las escuelas y a exigir el catalán en el acceso a la Administración pública. A veces, incluso, con mayor beligerancia que en la propia Cataluña.
"El modelo Armengol es el catalán, trasladado a Baleares", decía Félix Ovejero, de Ciudadanos, en una entrevista publicada por el diario El Mundo la semana pasada. No es el único que piensa así.
La catalanización de Baleares, impulsada por el ideal pancatalanista, es decir por la creencia de que las islas no tienen personalidad propia sino que forman parte de unos supuestos países catalanes que incluirían también a Valencia, parte de Aragón oriental y del sur de Francia, es, en cualquier caso, rentable electoralmente. Al menos, a tenor de las previsiones del último CIS. Ahora bien, según Narciso Michavila, presidente de la encuestadora GAD3, ese CIS sobrevalora al PSOE en detrimento de Ciudadanos.
Subidón de Cs y descalabro del PP
Según el CIS, el PSIB-PSOE de Armengol podrá seguir gobernando en Baleares gracias a sus 17-19 diputados, que se sumarían con casi total seguridad a los 7-8 de Podemos y a los 7-8 de Més per Mallorca. Un partido que ha abogado abiertamente durante esta campaña por "socializar la riqueza" y que crecería en uno o dos escaños con respecto a 2015. La subida del PSIB-PSOE, que ahora cuenta con 14 diputados, compensaría además la caída de 2-3 escaños de Podemos, como sucedió en las elecciones generales del pasado 28 de abril.
Pero también, como en esas elecciones, el Gobierno del PSIB-PSOE sería imposible sin un segundo factor: el batacazo de un PP que ha ganado hasta ahora todos los comicios autonómicos en Baleares pero que, según el CIS, perdería 4-6 escaños el 26 de mayo, quedándose en una horquilla de 14-16. Ni siquiera la espectacular subida de Cs, la mayor de todos los partidos baleares, que permitiría al partido naranja pasar de dos escaños a 9 o 10, es capaz de compensar esa pérdida. El centro balear, encarnado en El Pi, bajaría de tres a un escaño. Vox podría entrar con uno.
Más allá de la precisión de las predicciones del CIS, sobre las que hay más dudas que certezas, la conclusión que arroja el sondeo es que Francina Armengol ha logrado aprovechar a la perfección los resortes del poder para desequilibrar a su favor, o al menos igualar, el formidable poder territorial acumulado por el PP de Biel Company.
El problema para Company, más incluso que Armengol, es el recuerdo de José Ramón Bauzá, expresidente de Baleares y uno de los más ilustres fugados a Cs. Si los resultados de Companys son tan malos, en términos relativos, como augura el CIS, su figura, pero sobre todo su política ambigua, casi de complicidad con el nacionalismo, quedará deslegitimada de forma radical. El auge de Cs, con su espectacular subida demoscópica, parece avalar esa tesis.
'Brexit' y ecotasa: la tormenta perfecta
La catalanización de Baleares no es, sin embargo, la única acción de Gobierno polémica de un Ejecutivo autonómico que se ha caracterizado por alejarse de las políticas tradicionales de la socialdemocracia para acabar aplicando las de ERC o Podemos. A cuenta, además, de sus mismas bestias negras.
Y entre ellas, y muy especialmente, el turismo. Es decir, la industria hotelera y los pisos de alquiler turístico, a los que se ha cargado con una ecotasa de hasta cuatro euros por persona en temporada alta que ha castigado al sector con un descenso de hasta el 9% de las reservas para este verano en Menorca e Ibiza y de un 5% en Palma de Mallorca.
Ni siquiera la incertidumbre generada por el brexit ha hecho mella en el ánimo de un Ejecutivo balear al que no parece importarle el hecho de que el 45% del PIB regional y el 30% de los empleos en Baleares dependan directamente del turismo, o que este sea el responsable de la creación de más de 1.350 empresas en la última década.
¡Exprópiese!
Ejemplo de lo dicho es también la aprobación, este mes, de una ley que permite la expropiación de pisos, propiedad de personas físicas o jurídicas, que lleven más de dos años vacíos.
En realidad, lo que ha hecho el Gobierno balear es desarrollar normativamente una ley, la de Vivienda, que llevaba aprobada desde 2018. La norma sólo afecta, en principio, a los propietarios de diez o más viviendas. Pero muchos temen ya que la ley sea sólo el primer paso hacia el control administrativo de todo el parque inmobiliario balear por parte de una Administración que se arrogaría el derecho de decidir cuándo, cómo y a qué precio deben alquilar o vender los ciudadanos sus propiedades.