Las encuestas le dan al Partido Popular una sensible caída de eurodiputados el próximo 26 de mayo respecto a los cosechados en 2014. Él PP no sólo dejaría de ser la fuerza más votada en esta cita electoral por primera vez desde 2004, sino que caería desde los 16 escaños que tiene en la actualidad hasta los 12. Y precisamente ese puesto lo ocupa un candidato singular, de nombre y apellido famoso y nacido a miles de kilómetros de nuestro país.
Leopoldo López Gil (Caracas, Venezuela, 1944) entró de rebote en las listas, cuando éstas estaban cerradas. Sustituyó al huido Ángel Garrido, tras su espantada a las filas autonómicas de Ciudadanos. Pero la reacción popular ante el golpe de efecto fue quizá uno de los movimientos más audaces y acertados del PP en las últimas fechas, por el potencial que puede movilizar su figura entre la inmigración latinoamericana con derecho a voto.
"Yo conozco a don Leopoldo desde antes de que fuera el padre de Leopoldo López", explica el exalcalde de caracas Antonio Ledezma con una sonrisa, para explicar el apelativo con el que se conoce ahora a su viejo amigo. "El hoy líder de Voluntad Popular tenía tres años entonces... y él ya andaba metido en política".
Don Leopoldo tiene un plan de campaña casi propio. Los objetivos del ahora candidato del PP incluyen un programa electoral especialmente pensado para aglutinar esos apoyos de latinos de primera y segunda generación "o incluso los que volvieron a la madre patria que habían dejado sus abuelos, buscando el amparo que hace años les dio Venezuela, o Colombia, Perú...". Y entre esas ideas destaca la traslación al continente americano de uno de los programas que más y mejor han construido Europa: "El Erasmus debe viajar e incluir a los países latinoamericanos", explica.
"Por mi hoja de vida, de las comisiones en las que querría estar, si consigo la representación en el Parlamento Europeo, son las de educación y cultura", explica. "Y es que ya en los años 70 yo soñé con un programa como el Erasmus a partir de Venezuela".
La 12ª posición de López Gil lo coloca con grandes posibilidades de ocupar un asiento en el Parlamento de Estrasburgo. "Si llego a tener ese privilegio, querría también participar de la subcomisión de Derechos Humanos y Libertades... por razones obvias".
Confiesa que su motivación principal es llevar la voz del pueblo venezolano a la Eurocámara. Pero su experiencia vital en el exilio, la de su hijo como preso político -hasta su liberación en la "operación Libertad"- y la de los cientos de miles de compatriotas que han tenido que huir "por el hambre, la miseria y la corrupción del madurismo" le empujan a comprometerse con "impulsar las libertades" en el resto de "tiranías y autocracias" en el mundo. Además de la especial ilusión que le inspira "la posibilidad de participar como observador de todas las experiencias electorales en América".
Caladero para el PP
El discurso pausado de López Gil mece estos días un partido en zozobra. Descabalgado del poder hace menos de un año por una moción de censura provocada por la sentencia de la trama corrupta de la Gürtel y derrumbado en las últimas elecciones generales de hace dos semanas, en las que cayó casi un 50% en votos y perdió más de la mitad de su representación, confía en el tirón ético de don Leopoldo.
Fue el Ejecutivo del PP el que lideró la respuesta de las democracias occidentales a la deriva tiránica de Nicolás Maduro. Fue Mariano Rajoy el primer mandatario que recibió a su nuera, Lilian Tintori, cuando inició sus giras mundiales para llamar la atención a la comunidad internacional de que en Venezuela su esposo era un preso de conciencia... uno solo de los cientos que se acumulaban, torturados y silenciados.
Ahora, él quiere devolver con compromiso la acogida que recibió cuando, exiliados, el ministro de Justicia, Rafael Catalá propuso al Consejo de Ministros concederle la nacionalidad a los padres de Leopoldo López por carta de naturaleza. Era la respuesta a la persecución política y judicial que sufrían en su país por el chavismo. Ahora, la recibe a modo de hospitalidad su hijo en la Embajada de nuestro país en Caracas, donde Jesús Silva lo aloja desde su liberación el pasado 30 de abril.
En una reciente entrevista con EL ESPAÑOL, don Leopoldo ya expresaba su gratitud a nuestro país recordando, entre otras cosas, que "para orgullo de España el presidente encargado, Juan Guaidó, es un hijo de españoles".
"En España residimos alrededor de 325.000 venezolanos", recuerda Carlos Tablante, excongresista venezolano exiliado, fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), uno de los partidos con más solera del país caribeño, y hoy activista de Voluntad Popular (VP). "Y dice el censo que unos 100.000 tienen la doble nacionalidad, es decir, derecho al voto". Tablante, amigo de don Leopoldo desde hace décadas, pero socialista, pidió llenar las urnas de papeletas populares: "Iré a votar, y lo haré por el PP, sobre todo porque quiero que Leopoldo vaya al Parlamento Europeo".
El resto de figuras prominentes de la diáspora venezolana en España, como Antonio Ledezma -exalcalde metropolitano de Caracas y preso político que se liberó de su arresto domiciliario hace año y medio- además de Miguel Henrique Otero -director del diario El Nacional- se pronuncian en parecidos términos. Así que la pesca de votos en el caladero iberoamericano para la lista encabezada por Dolors Montserrat, puede ser la mejor maniobra de los de Pablo Casado desde su llegada a la presidencia del PP.
López Gil concluye recordando que "desde los romanos, no ha habido otro pueblo que haya transformado el mundo tanto como el español, gracias a la cultura y el idioma". Para don Leopoldo esto no es sólo una ventaja, sino "un privilegio" que "ahora no está aprovechando España, ni Europa... ni ciertamente América".