La ministra en funciones de Política Territorial, Meritxell Batet, ha sido propuesta por Pedro Sánchez para presidir el Congreso en la nueva legislatura. Con su elección, el líder del PSOE trata de lanzar un mensaje de “moderación y pluralidad” al sector independentista, tan sólo un día después de que ERC y JxCat frustaran la operación para situar al líder del PSC, Miquel Iceta, al frente del Senado.
Batet, nacida en Barcelona en 1973, se convertirá así en la tercera autoridad del Estado, que en ocasiones sustituye a la Corona o al Gobierno en actos internacionales y tomas de posesión de jefes de Estado. Será la primera catalana que preside la Cámara Baja.
Su salto a la política llegó en 2004, cuando el PSC le ofreció el undécimo lugar de la lista por Barcelona en las elecciones generales de 2004. Consiguió un escaño, que ha mantenido en otras cuatro legislaturas, las de 2008, 2011, 2015 y 2016, y ahora tiene por delante cuatro años más como diputadas.
Una España federal
Batet es firme defensora de que España debe evolucionar hacia un modelo federal, y considera que la mejor manera de resolver el conflicto catalán es dialogar dentro de la ley para "reforzar el autogobierno". De hecho, en junio de 2018, en su primer acto como ministra, abogó por reformar la Constitución de manera “urgente, viable y deseable”, en la inauguración de la jornada Reforma constitucional, federal y con derechos.
La futura presidenta del Congreso incidía en la “necesidad de renovar el pacto territorial de España” y afirmaba que la “salida” a la crisis catalana exige “confianza y lealtad entre gobiernos”.
"Una Cataluña sin presos"
Sobre los políticos catalanes presos, Batet afirmó hace dos años que no era “bueno” que los exconsellers del Govern de Carles Puigdemont estuvieran en prisión si lo que se quería era “acabar con el problema político” en Cataluña. Asimismo, y sobre la propuesta de Miquel Iceta sobre indultar a los líderes del procés, Batet añadió que se trataba de un “desiderátum”, dado que el proceso judicial estaba todavía abierto y tal vez no fueran finalmente condenados.
Pero se mostró a favor de su compañero de partido al pedir alcanzar “la máxima normalidad” en Cataluña. “Para hacer política en Cataluña, sería mejor que no hubiera presos”, dijo en una entrevista en El País.
A favor de un referéndum pactado
Asimismo, en 2013, abrió la puerta hasta en tres ocasiones a la celebración de un referéndum independentista en Cataluña, siempre que fuera pactado con el Gobierno central.
Las dos primeras fueron a raíz de la votación de dos iniciativas, de CiU y la Izquierda Plural, al hilo del Debate sobre el Estado de la Nación celebrado aquel año en 2013. Las dos propuestas reclamaban realizar un referéndum independentista, y el PSC, incluida Batet, votó a favor, en contra del PSOE que entonces lideraba Alfredo Pérez Rubalcaba. Los 14 diputados del PSC fueron sancionados con 600 euros.
Meses después, UPyD presentó una moción contra el “derecho a decidir” y los diputados del PSOE y el PP votaron a favor, mientras que los del PSC se desmarcaron.
Multa por el ‘no’ a Rajoy
Meritxell Batet rompió también la disciplina de grupo en la investidura de Mariano Rajoy rechazando la abstención ordenada por la gestora del PSOE y secundando el 'No es No' que había popularizado Pedro Sánchez. Ese voto le costó la salida de la dirección del Grupo Socialista.
Tras la vuelta de Pedro Sánchez al liderazgo del PSOE, Batet volvió a la dirección parlamentaria del PSOE en el Congreso y tras la moción de censura el líder del PSOE la llamó a su Gobierno como ministra de Política Territorial, con un papel relevante en las relaciones con Cataluña.