La estrategia está siendo la misma que en las generales: los poderosos son los malos. Y si las eléctricas "se compran ministros" para llevarlos a sus consejos de administración con el objetivo de controlar la política de los gobiernos que les sigan, Amancio Ortega, dueño de Inditex, es "el rico que debería pagar en impuestos más de lo que ahora da en limosnas".
Pablo Iglesias, secretario general; Pablo Echenique, secretario de Organziación y Acción de Gobierno; e Isa Serra, candidata a la Comunidad de Madrid, lanzaron este domingo la segunda parte de la campaña electoral con todos los cañones mediáticos que pudieron.
Esta semana final, harán girar la agenda política en torno a la idea de que este país no es "una democracia digna" si acepta las dádivas de un potentado. Y que "si en España se cumpliera el artículo 128 de la Constitución", ése que dice que toda la riqueza nacional está supeditada al bien común, el dueño de Zara "no donaría 500 millones en 18 años", sino que "pagaría 750 millones cada año".
No se conoce que el hombre más rico de España, y en varios momentos del mundo, haya hecho una nueva donación a la Sanidad pública en las últimas fechas. Ni que haya abierto un fondo para dotar a los colegios públicos de tecnología punta. Es más, su proverbial discreción le impide hacer este tipo de acciones en momentos de campaña electoral.
Sus campañas de donaciones -320 millones para renovar equipos oncológicos en marzo de 2017 para toda España; 30 millones a la Sanidad valenciana en octubre de 2018; 46,5 con los mismos objetivos a los hospitales madrileños en junio de 2017...- se han dado en etapas de valle electoral.
Pero Serra comenzó este domingo en Twitter la ofensiva. Tratando de poner en valor a la candidata que "ha tenido la valentía de asumir un reto muy difícil" tras la espantada de Íñigo Errejón en enero de este año, fuentes de Podemos admiten que el partido le guarda contenidos potentes a ella para adquirir protagonismo. De inmediato, las agencias recogieron su tuit...
Y entonces ya entraron sus líderes. Pablo Iglesias, que estaba de mitin en Palma de Mallorca junto al candidato de Unidas Podemos en Baleares, Juan Pedro Yllanes, cargó con dureza contra Ortega. El líder de Podemos llamó al voto el próximo 26 de mayo y aprovechó parte de su intervención para hacer como que defendía a Serra de la "polémica". En realidad, todo orquestado, Iglesias mezcló lo que él llama "justicia fiscal" con el tono sentimental de sus hijos y, finalmente, con "los que se autoproclaman liberales".
Los hijos de Iglesias como arma electoral
Para el secretario general, éstos "han reaccionado muy mal a las palabras de Serra" y él dijo haber "sentido rabia porque mis hijos están vivos y sanos gracias a un hospital público, y porque mi padre está vivo porque le hicieron un trasplante en un hospital público". Así que "no se puede consentir que las limosnas de un millonario" sean de lo que dependa "la salud de nuestros padres e hijos".
Iglesias sacó su librito de la Constitución comentada por Podemos y afirmó, aludiendo al artículo 128: "Que se entere el señor Amancio Ortega, que una democracia digna no acepta limosnas de los millonarios. Una democracia digna hace que los millonarios paguen impuestos y traten con dignidad a sus trabajadores".
A partir de ahora, la clave está en qué hagan sus posibles socios de poder. Para empezar, en Madrid, donde Isa Serra pelea la cuarta posición con el Más Madrid de Errejón. Sólo de la mano podrán apoyar al PSOE de Ángel Gabilondo, quien impondrá sus condiciones para formar gobierno.
Errejón rechaza la "caridad"
"Sólo las aceptaríamos a través de una ley de mecenazgo, no como caridad", apunta un portavoz de la candidatura de Errejón. Y aunque el ex número dos de Podemos no se niega a esa colaboración, sí recuerda que en la Sanidad madrileña "los intereses de demora por pagar tarde a proveedores han supuesto el doble" que su donación. Y que lo que la Comunidad bonifica fiscalmente a las grandes fortunas "supone unas 25 veces esa donación".
Iglesias, en todo caso, lleva toda la campaña de las autonómicas, municipales y europeas pidiendo votos "para forzar un Gobierno de coalición con el PSOE de Pedro Sánchez". Cuanto más peso logre Unidas Podemos, más caro podrá vender su apoyo a Pedro Sánchez en Moncloa, ya que los socialistas no podrán gobernar ninguna autonomía sin los escaños que controla Iglesias.
Y no fueron sólo autonomías populares las que aceptaron las donaciones de Ortega. Si entregó 320 millones para equipos contra el cáncer en toda España, hace menos de un año compró aceleradores lineales, mamógrafos digitales, siete equipos de resonancia magnética, ocho TAC... a los hospitales valencianos que gestionaba el Ejecutivo del socialista de Ximo Puig apoyado en Compromís y Podemos.
"Si en España hubiera un impuesto de solidaridad a las grandes fortunas como el que hubo en Francia hasta 2017, Ortega pagaría 750 millones cada año", tuitéo por la tarde Echenique. "Así se entiende mejor".
El caso es que el número tres de Podemos no explica si sabe cuánto paga actualmente por sus ingresos Amancio Ortega. Ni deja claro si va a proponerle a Sánchez en la negociación de ese "Gobierno de coalición" un "impuesto a los ricos" como el francés, que era una tasa del 75% a las rentas de las grandes fortunas y que ideó François Hollande para ganar las presidenciales de 2012. Tampoco se acuerda de aclarar que fue declarada inconstitucional por "confiscatoria". Y olvida del todo decir que en realidad nunca se llegó a aplicar y que el presidente francés renunció a seguir batallando por ella en 2015.