Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla viven una campaña electoral de tensión por la incógnita de los resultados electorales del 26 de mayo y los posteriores pactos para formar gobierno. Por primera vez en cuatro legislaturas, el PP no obtendrá la mayoría absoluta.
Ceuta y Melilla, las dos ciudades autónomas españolas, comparten ciertas peculiaridades. Con menos de 100.000 habitantes, son la frontera y el nexo de la Unión Europea con Marruecos, y están divididas religiosamente, con casi un 50% de población musulmana. Además, comparten problemas sociales similares: desempleo, paro juvenil, fracaso escolar y altas tasas de natalidad.
Las elecciones municipales son una incógnita en Ceuta y Melilla por la llegada de Vox, el desplome del PP, los buenos resultados del PSOE en las generales y el hecho de que se vota durante el Ramadán, periodo en el que las formaciones locales que aglutinan el voto musulmán tienen más capacidad de movilizar a sus electores.
Las encuestas dicen que el PP, después de cuatro legislaturas gobernando en ambas ciudades, dejará de ser la fuerza más votada en Ceuta, y en Melilla tendrá que pactar para continuar en el poder.
En las elecciones generales el PP fue la tercera fuerza en Ceuta, por detrás del PSOE y con Vox en cabeza. Y después de treinta años, salió elegido un diputado socialista. Jamás se había hablado de pactos hasta el momento, y ahora en la calle se discute sobre qué alianzas podrían formarse para gobernar. La Asamblea de Ceuta, con solo 25 diputados, podría tener hasta seis agrupaciones políticas diferentes.
A pesar de que Vox superó al PP en las generales, Juan Jesús Vivas, tras 18 años de mandato, es muy querido por la población ceutí y podría recuperar el voto. Vivas ha cerrado la puerta a negociar con Vox, incluso a un pacto de investidura. Y ha abierto la puerta a pactar con los socialistas, con el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) y con Ciudadanos.
El peso de las formaciones musulmanas
Aunque los socialistas ganaron las elecciones generales, contaron con los votos de las formaciones locales que no se presentaban, Caballas y MDyC, los dos partidos musulmanes. Así, los ciudadanos de barrios como El Príncipe o Hadú dieron su voto al PSOE, pero ahora en las locales podrían volver a apoyar a las formaciones musulmanas. Aún así, según las encuestas, el PSOE volvería a ganar en la izquierda, y parece que Caballas se deshincharía, y aumentaría el apoyo a MDyC.
En cuanto a los discursos, todos los grupos políticos -a excepción de Vox, que denuncia la marroquinización de Ceuta- inciden en la convivencia. Hay que tener en cuenta que la ciudad ha multiplicado por cuatro los residentes marroquíes en una década. También está muy presente el asunto de la seguridad. Las formaciones, a excepción de Caballas, coinciden en que Ceuta es insegura y en que hay que solicitar más efectivos policiales y reforzar la frontera.
La participación será decisiva en estos comicios. En las últimas locales, no alcanzó el 50%. En las generales de este año, estuvo en el 64%. Si se repite esa participación el panorama puede cambiar. Fátima Hamed Hossain, líder de MDyC, explicó a EL ESPAÑOL que no tiene en cuenta los sondeos y que considera que "lo más importante es que vaya la gente a votar, porque en Ceuta siempre tenemos un nivel de abstención tremendamente alto". En plena campaña, aseguró que se siente satisfecha, "estamos contentos con la receptividad de los vecinos en las barriadas".
Desde la coalición Caballas, el maestro jubilado Santiago Vicente destaca la irrupción de Vox, que junto a un PP y PSOE fuertes "dejan un campo de juego bastante estrecho; pero Caballas nunca ha sido un partido de hacer cosas fáciles".
El auge de Vox en Ceuta, con más de 9.000 votos en las generales, es "la consecuencia de la inoperancia del PP y de los partidos localistas de la ciudad", según declara Abdelmalik Mohamed, de Islam News, a EL ESPAÑOL. Además, "los musulmanes achacan al PP que nunca hizo nada por la cohesión social, y lo culpabilizan del alto índice de paro".
Imbroda, por libre y en el aire
En Melilla, sorprendió que el PSOE fuera la segunda formación más votada en las elecciones generales, después del PP y por delante de Coalición por Melilla (CpM), que se presentó en solitario por primera vez en 22 años. Teniendo en cuenta la cantidad de votantes que mueve la formación musulmana en la ciudad autónoma, se esperaba que iba a obtener un diputado.
En la actualidad, en plena campaña local, casi todos los partidos tienen un foco de polémica, y el ambiente que se vive en la sede del PP y también en la calle es que se le puede escapar el gobierno al presidente del PP, Juan José Imbroda. Su rival: una coalición entre PSOE y CpM, y eso a pesar de que la campaña arrancó con una guerra entre ambas formaciones por una cuestión de falta de paridad en las listas.
En el PP, Paz Velázquez, vicepresidenta segunda y consejera de Presidencia y Salud Pública del Gobierno de Melilla, fue imputada por un presunto delito de prevaricación administrativa en relación con el paso de corderos desde Marruecos para la fiesta musulmana. Es la cuarta imputada en el partido.
También el número 10 de la lista socialista, José Manuel Molina, está acusado de traficar con una persona migrante en la frontera. Finalmente, renunció a la candidatura, pero no se puede eliminar su nombre de las papeletas por la cercanía de las elecciones. Un panorama incierto en el que además han surgido nuevas formaciones, como Adelante Melilla, cuyo cabeza de lista es un ex miembro del PSOE.
El modelo de ciudad que existía hasta ahora se va a tener que replantear. Han desaparecido los tiempos de las mayorías absolutas. El PP perderá votos, y Eduardo de Castro, de Ciudadanos Melilla, ha dejado claro que no le va a dar el Gobierno al PP siempre que Imbroda siga a la cabeza. Tampoco parece dispuesto a pactar con CpM.
El PP se está desvinculando de Génova. El actual presidente ha dejado claro en numerosas ocasiones que él no tiene nada que ver con Casado, y que en estas elecciones se vota a Juan José Imbroda. De hecho, han creado una web para los comicios del 26 de mayo con su nombre.
La suma con Coalición por Melilla
CpM fue la segunda formación más votada en las elecciones locales de 2015 y es la que cuenta con el mayor número de votos de musulmanes. Además, podría contar con el voto de los empresarios de la frontera, disgustados con el PP tras el cierre unilateral de la aduana comercial por parte de Marruecos en verano de 2018.
PSOE y CpM, muy ligados históricamente, podrían unir sus votos para gobernar. Sin embargo, en declaraciones a EL ESPAÑOL, Gloria Rojas, cabeza del PSOE en Melilla, no quiso hablar de pactos hasta después de los resultados, aspira a gobernar en solitario con acuerdos puntuales con partidos, excepto con Vox y el PP. "Sentarme a hablar, por supuesto. Estamos obligados todos porque es una situación muy diferente a cuando me presenté en 2015", confirmó.
La irrupción de Vox también cambia el panorama. En las generales ha conseguido incluso voto musulmán en el barrio El Real, y ha intentando tener un perfil diferente en Melilla, con dos musulmanes en la lista, aunque los números 15 y 23. En esa adaptación, llegó a felicitar el Ramadán a los ciudadanos musulmanes en las redes sociales, aunque finalmente lo tuvo que eliminar por los ataques desde dentro del partido.
En Melilla, el voto por correo siempre ocasionó un halo de sospecha de irregularidades porque no es obligatorio entregarlo de forma personal en la oficina de Correos. De hecho, CPM difundió un vídeo del hijo del presidente Imbroda cerrando la compra de votos a cambio de trabajo. Este año, el PSOE presentó un escrito ante la Junta Electoral Central, que respondió que no se podía modificar por temas administrativos. Según anuncia Gloria Rojas a EL ESPAÑOL, una vez pasen las elecciones seguirán solicitando que se cambie la ley.
El gran fracaso de Ceuta y Melilla ha sido la falta de integración de una población musulmana que ya supone el 50% de los ciudadanos. Y el escenario que salga de las elecciones del 26 de mayo traerá nuevos asuntos, como el estatuto internacional de estas ciudades, la marroquinización de la población y la frontera común con el país vecino.