La unanimidad es total en los medios catalanes. Según TV3, La Vanguardia, El Periódico de Cataluña, El Nacional y VilaWeb, entre otros, los diputados presos acapararon todo el protagonismo del arranque de la XIII legislatura y difícil será que no lo sigan haciendo de ahora en adelante, incluso tras su suspensión.
A tenor de lo visto y leído a lo largo de la jornada, la mera presencia de los presos en el Parlamento es la prueba fehaciente de la represión del movimiento separatista por parte del Estado español, según los más beligerantes, o de una anomalía democrática que debe ser solventada con diálogo y siempre en el sentido deseado por el independentismo, según los más moderados.
No habían empezado a llegar todavía al Congreso los diputados más madrugadores del PP, el PSOE y Ciudadanos –sí lo habían hecho, poco antes de las 8:00, los de Vox– cuando la periodista de TV3 Lídia Heredia abría el primer telediario de la mañana con la conclusión de la jornada: "La anomalía de tener cuatro diputados y un senador acusados de rebelión y encarcelados quema en las manos de las Cortes y del Tribunal Supremo".
También anunciaba Heredia los nombres de los tres exdiputados, todos ellos nacionalistas, que comentarían en la televisión pública catalana la primera sesión de la XIII legislatura de la democracia: Carles Campuzano, del PDeCAT; Joan Tardà, de ERC; y Joan Coscubiela, de Podemos. "Santiago Abascal se ha atornillado en el asiento de detrás del presidente en funciones", decía poco después Lidia Heredia, a lo que Gemma Robles, de El Periódico de Cataluña, le respondía: "A nosotros nos ha parecido como esos turistas que se sientan en los escaños".
La importancia de los votos separatistas
Los saludos de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez a Oriol Junqueras, muy buscados por el líder de ERC, eran interpretados sin embargo de una forma bastante más benévola y haciendo siempre alusión a los supuestos apuros del futuro presidente del Gobierno si decide prescindir de los votos del separatismo catalán. Lo que en algunos diputados es política de gestos y búsqueda de protagonismo en otros es picardía mediática.
El punto de vista de comentaristas y periodistas, monolítico, era reafirmado una y otra vez por los tertulianos y los entrevistados, ya fueran estos Gabriel Rufián, de ERC, Albano Dante Fachin, del Front Republicà, o la diputada Marta Rosique, también de ERC y que se presentó en el Congreso con una camiseta alusiva a los "países catalanes". Por la noche, Toni Soler decía en el programa Està passant que el ruido que se pudo oír mientras Junqueras prometía el cargo era "el del caballo de Abascal".
Pero donde el periodismo catalán alcanzó niveles de forofismo similares a los de los Boixos Nois del F.C. Barcelona de los años ochenta y noventa fue en la prensa escrita. "Romeva remueve el Senado e incomoda al unionismo", titulaba una de sus noticias el diario El Nacional. El resto de sus artículos no se quedaban atrás: "Eco en la prensa internacional de la presencia de los presos en el Congreso" y "Cayetana empieza la legislatura riéndose de Junqueras", este último en referencia a este tuit de la diputada popular.
"Privar de la palabra a representantes electos por la ciudadanía refleja una pulsión de intolerancia que está en la raíz de este conflicto, que abunda en ambas trincheras y que solo servirá para enquistarlo", decía el director de El Periódico de Cataluña, Enric Hernàndez, en las páginas de su diario. Poco antes había hablado del "pertinaz pataleo" de "las derechas" y de unos líderes del procés que "antepusieron sus ideales y sus ambiciones a las leyes".
El diario Ara, otro de los que no suelen dejar duda alguna acerca de su compromiso con la causa del separatismo, se unía al coro poniendo el foco en las protestas de Vox, Ciudadanos y PP por las fórmulas escogidas por los presos para jurar la Constitución. "Junqueras acata la Constitución desde el compromiso republicano y como preso político" decía el Ara, sin que la obvia contradicción que encierra la frase hiciera saltar ninguna alarma.
Pero el do de pecho corrió a cargo del digital VilaWeb. "Un elefante amarillo entra en el Congreso de los Diputados español", titulaba su crónica de la jornada el diario dirigido por Vicent Partal. En el texto, escrito por un colaborador habitual de TV3, se hablaba de Pedro Sánchez como del "presidente de los españoles", y del Congreso de los Diputados como "centro de poder español". También se aludía a los botones amarillos de los ujieres de la Cámara como metáfora de la inescapable vergüenza que se cierne sobre la democracia española por haber encarcelado a los líderes del procés.
El vídeo de Oriol Junqueras prometiendo la Constitución "como preso político y por imperativo legal" tenía a la hora de escribir este artículo más de 18.000 me gusta en el Twitter del líder republicano. Prácticamente los mismos que el de Raül Romeva, también de ERC y también preso en Soto del Real, prometiendo su cargo en el Senado con una fórmula muy similar.