A Cuca Gamarra (Logroño, 1974) es complicado pillarla sin sonreír. Da igual que se encuentre en las horas finales de la campaña de las elecciones municipales y autonómicas que coordina, que pueden suponer un balón de oxígeno o una estocada para su partido. Tampoco influye en su actitud que su discurso sea directo, frontal. Quizás la clave resida en el mensaje de su camiseta: Girls are strong (Las chicas son fuertes).
Gamarra, vicesecretaria de Política Social y cuota de la integración prometida por Pablo Casado en su dirección nacional -ella apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias-, arrancó el curso en septiembre, cuando todo el mundo aún pensaba que intentaría revalidar su actual cargo, que ostenta desde 2011: alcaldesa de su ciudad natal.
Finalmente, ha cambiado el Ayuntamiento logroñés por el Congreso de los Diputados. Pero sin dejar atrás el municipalismo que abandera, porque continúa como vicepresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Todo ello mientras su nombre suena, cada vez más fuerte, como el de la próxima portavoz del PP en la Cámara Baja. Ella, de momento, "a lo que mande el presidente".
¿Qué objetivos se han cumplido en esta campaña?
Sobre todo el objetivo de que todos, los casi 7.000 candidatos que están al frente de las candidaturas municipales para ser elegidos alcaldes o alcaldesas y los más de 60.000 españoles que están en esas listas del Partido Popular, hayan hecho una campaña de puerta a puerta, de tú a tú, con sus vecinos. Pudiéndoles demostrar que hay equipo, que tienen capacidad de gestión, que saben de qué están hablando, que quieren a sus pueblos y que tienen un proyecto para cada municipio de España.
¿Qué resultados esperan?
Sobre todo esperamos un buen resultado, y el buen resultado significa tener la capacidad de gobernar de una manera mayoritaria en España. El Partido Popular sale a ganar en todos los lugares donde hemos presentado candidatura y además de ganar, a gobernar posteriormente con la confianza de sus vecinos. Por lo tanto, mejorar el resultado que tuvimos recientemente en abril.
Para esta dirección, ¿pesan más los resultados o los planteamientos?
A nosotros lo que nos pesa son los planteamientos, es decir, los proyectos que presentamos y obtener la confianza de los ciudadanos en nuestros proyectos políticos. No todo vale y para nosotros son muy importantes los proyectos. Por eso, en cada candidatura, en cada uno de esos casi 7.000 municipios, hay más de un año de trabajo preparando el equipo y preparando el proyecto. Por lo tanto el resultado estará en consonancia con el proyecto y con el planteamiento para el que hemos trabajado previamente.
¿Ha dado tiempo a remontar el resultado del 28-A?
Lo que hicimos en abril fue levantarnos y ponernos en marcha, porque había partido y hay partido. Hay partido en cada pueblo, porque detrás de esas candidaturas hay un partido político fuerte y hay un partido que sabe estar cuando las cosas está mal y también cuando las cosas están bien. Ahora más que nunca. Porque hay una relación directa también con las elecciones generales: estas municipales y autonómicas se convierten en un contrapeso al resultado de abril. Un contrapeso a las políticas socialistas que además, por el resultado que obtuvo Sánchez, no es suficiente para gobernar y que ya vamos viendo quiénes van a ser sus socios. Y eso hace que el resultado de estas elecciones sea todavía más importante, por lo que significa para España tener contrapesos políticos a un PSOE que va a gobernar pero con una mayoría minoritaria en el Congreso, y que ya hace guiños a socios que son bastante problemáticos para España, como los independentistas, como los populistas.
¿En qué se ha diferenciado esta campaña de la de las generales?
Son totalmente distintas. Esta es una campaña que está centrada en los territorios y el Partido Popular está en cada pueblo. Es una de nuestras grandísimas fortalezas. Eso es lo que hemos activado desde el primer segundo y en eso nos hemos centrado, en el puerta a puerta. Es como el comercio de proximidad: el PP tiene tienda abierta en todos los municipios de España, frente a otras opciones políticas que tienen un logotipo, un color y un líder, pero que, en el fondo, no tienen presencia y no están implantados.
Estar implantado significa conocer las necesidades, las preocupaciones, y tener un proyecto para cada municipio. Por eso hemos hecho una campaña de abajo arriba: desde el pueblo más pequeño hasta la ciudad más grande, recorriendo todos los barrios y estando con todos los colectivos.
¿Beneficia al PP que sus candidatos hayan ocultado la marca a la hora de presentarse?
Los candidatos del Partido Popular siempre aspiramos a algo: frente al enfrentamiento y el sectarismo, nosotros queremos ser siempre el alcalde o la alcaldesa de todos. Eso nos lleva a que nuestros planteamientos, en un partido de centroderecha, sean de un partido abierto en el que cabe más gente, cabe gente diferente.
El peso del candidato es importante por el planteamiento que representa el PP: un proyecto político donde se puede sentir cómoda mucha gente que piensa diferente, desde la libertad, el respeto, el acuerdo el diálogo y la convivencia. Es esencial porque no sólo les votan aquellos que militan en el PP, sino gente que votó otra cosa las pasadas municipales o autonómicas y que votó también otras opciones políticas el pasado mes de abril. Lo hacen porque lo conocen, confían en él, han tratado con él y han resuelto problemas, ha sabido entender sus necesidades.
¿No es contraproducente que el votante se resigne a coger la papeleta del PP tapándose la nariz ante las siglas?
Yo creo que no ocurre eso. Aquel que coge una papeleta del Partido Popular, cuando lo hace por el candidato, lo hace también confiando en esas siglas. El candidato que defiende el proyecto del PP defiende la política impositiva de bajar los impuestos del PP, defiende una política educativa de libertad del PP, defiende una política sanitaria también de libertad del PP, una política económica de actividad y de confianza en los empresarios y de un aspecto donde la libertad tiene mucha amplitud. La coge confiado.
¿Cómo se explican entonces eslóganes como el de García Albiol de "Vota a Xavi, no al PP"?
Creo que tiene que ver en ese concepto del alcalde de todos. Lo más importante que tiene un país es la convivencia y España está en un momento delicado, porque el desafío independentista nos ha llevado a que se produzca una quiebra de la convivencia y lo que buscan los alcaldes es mantener la convivencia en sus en sus territorios. Ese es el elemento fundamental que tienen los candidatos a los alcaldes y alcaldesas del Partido Popular y esas cosas que están por encima no significa renunciar, todo lo contrario.
Xavi, evidentemente, es del Partido Popular. ¡Si ha sido el presidente del PP de Cataluña, ha sido senador por designación autonómica, ha sido el candidato del Partido Popular a la Generalitat de Cataluña! Todo el mundo lo sabe. Pero es que él está dispuesto a ser el alcalde de todos, a buscar y garantizar esa convivencia. Eso es un elemento que trasciende y en unas municipales está muy, muy presente. Pero, evidentemente, todo el que le vota sabe perfectamente quién es Xavi. Porque no lo esconde y porque, si algo es, es claro y directo. Xavi García Albiol representa la defensa de los principios del PP a ultranza.
En esa misma línea, dada también su experiencia de gobierno municipal. ¿Qué peligro supone que la amplia mayoría de municipios vascos y catalanes estén dominados por los nacionalistas/separatistas y en muchos ya ni se presentan los constitucionalistas?
Me preocupa. El Partido Popular hace un gran esfuerzo para presentar candidaturas y lo ha hecho siempre. Lo ha hecho en el País Vasco en momentos muy difíciles para garantizar que todo aquel que quiera votar una opción constitucionalista pueda hacerlo. Por ejemplo, en Etxarri-Aranatz (Navarra): el Partido Popular presenta una candidatura y lo hace para que sus vecinos puedan coger esa papeleta y suele conseguir un 15% de los votos.
Nuestro objetivo sería poder presentar todas las candidaturas en todos los municipios, pero a veces no es fácil por la propia situación. Eso es lo que tenemos que poner encima de la mesa y lo que tenemos que trabajar y trabajar, porque, evidentemente, no el 100% de un municipio es independentista. Cuando en un pueblo independentista no se puede optar a una papeleta que no lo es, la democracia allí no está al 100% garantizada.
¿Por qué hay partidos que rechazan presentarse en determinados municipios?
Porque están renunciando a la defensa de sus principios o porque les afectan futuros pactos y ponen por delante del interés de España y de sus vecinos el interés de su propio partido. Al PP nos preocupan todos los españoles y eso hace que estemos presentes en todos los municipios de España. En cambio, otros partidos como Ciudadanos, a los que les importan los grandes números: les parece más importante tener candidaturas en las ciudades grandes donde pueden obtener un mayor número de votos que presentar y trabajar la presencia y existencia de candidaturas en municipios pequeños. Porque no los valoran, porque no creen que ahí sea importante estar. Lo ven como un rédito, única y exclusivamente político y numérico. Sin embargo, tener un proyecto para España es saber que tan importante como la ciudad más grande, tan importante como Madrid, es el municipio más pequeño de España. Y, de hecho, el municipio más pequeño de España tiene un alcalde del Partido Popular.
Es muy importante que un proyecto para España esté presente en esos pequeños municipios. La política nacional pasa por los municipios pequeños, pasa por las Diputaciones, para que se pueda acceder en igualdad a una educación, una sanidad, unos servicios sociales. Para que el envejecimiento no signifique la desaparición de ese municipio, sino que busquemos unas políticas que vayan enfocadas hacia luchar contra la despoblación y contra el invierno demográfico. Eso no se puede quedar en palabras. Tiene que haber hechos y los hechos es hacer política también desde esos territorios. Todo eso hace que entiendas qué es España, como hace el Partido Popular, o que simplemente pienses en los grandes números y esa España no te importe porque vive poca gente.
Si el partido pierde gran parte de su poder territorial (la Comunidad de Madrid o Castilla y León), ¿el presidente Casado deberá asumir cambios?
El Partido Popular el domingo va a tener un gran resultado. Va a ser el partido en el que van a confiar mayoritariamente los vecinos de los municipios de España. También en las Comunidades Autónomas vamos a tener un gran resultado.
Lo digo en ese hipotético caso porque las listas han sido una elección de la dirección. ¿No perderá legitimidad si continúa perdiendo poder?
La dirección nacional ha sido elegida recientemente y tiene un mandato para cuatro años. Ha sido elegida en un momento muy complejo. A día de hoy todavía no ha pasado un año de una moción de censura. En muy poco tiempo esta dirección ha tomado las riendas de un partido en unas circunstancias muy diferentes y muy complejas. El tiempo es importante también para que los proyectos se consoliden y sean la alternativa. Y a mí no me cabe ninguna duda de que la alternativa a Pedro Sánchez y al PSOE es Pablo Casado y el Partido Popular.
¿En qué se parece el PP actual al que sufrió la moción de censura?
Se asienta en los mismos principios, en el PP de siempre y que, como siempre, este partido sabe adaptarse a las circunstancias y evolucionar. Pero en cada etapa las circunstancias son distintas, los problemas son diferentes y el papel que nos toca jugar es distinto. Evidentemente una moción de censura, la primera que prospera en España, produce una gran crisis, también social, en el país.
¿Ha finalizado el PP el viraje hacia el centro?
Mirar hacia el centro significa ser muy conscientes de que el Partido Popular tiene que ser ese partido de referencia para todo aquello que está a la derecha del PSOE y sólo hay un partido que puede representar ese gran espacio electoral: el PP. Representar ese gran espacio electoral significa ser la alternativa. Dividido el centroderecha, sólo gana el PSOE y Sánchez, como ocurrió en abril. Por eso, es necesario un proyecto sólido y que abarque a esa amplitud. Eso lo representa el Partido Popular y el mensaje que le planteamos a los españoles después del 28-A es que ha quedado demostrado que divididos somos débiles y que tiene que existir un partido de referencia de centroderecha.
Sánchez no escogió la fecha de las elecciones generales anticipándolas antes de las municipales y autonómicas por casualidad. Todo forma parte de una estrategia y elige esa fecha porque estará pendiente de la negociación del futuro Gobierno de España. Coincide esa fecha con la composición y la conformación de los ayuntamientos y de las comunidades autónomas. Se va a negociar un todo. Y en ese todo, los españoles el domingo tenemos la última palabra: votar unidos por la opción más fuerte, que es el Partido Popular en los municipios y las Comunidades Autónomas. Los ayuntamientos y gobiernos autonómicos serán la moneda de cambio para que él sea presidente del Gobierno de España con Podemos y con los independentistas. Que nadie se engañe.
¿Cree que Ciudadanos y Vox van a estar buscando la confrontación con el PP?
Ciudadanos y Vox se volverían a equivocar. Nosotros tenemos muy claro que nuestro adversario es el PSOE y Pedro Sánchez. Hemos podido comprobar que para Ciudadanos y para Vox su adversario es el PP y eso, al final, convierte en vencedor al PSOE y a Sánchez. Esa es una grandísima diferencia entre nosotros y eso es lo que nos legitima para, además, ser los líderes de la oposición y ser aquellos que podemos dar respuesta a las necesidades de los españoles.
¿Qué perfil debería tener el portavoz parlamentario?
El que considere el presidente que deba tener el portavoz parlamentario.
¿Le gustaría serlo?
Esa es una cuestión que le corresponde al presidente. Él seguro que sabe quién es la mejor persona para llevar a cabo ese papel. Yo creo que siempre tiene que ser la persona que se considere que está más preparada para la etapa que toca afrontar.
¿Qué opina del pacto entre Sánchez e Iglesias? ¿Cree que puede dar de sí?
Ya se van desvelando muchas cosas. Esos acuerdos dependen también de los resultados de las municipales y autonómicas. El acuerdo entre Sánchez e Iglesias es insuficiente, necesita también otros votos y esos votos son los de los independentistas. Es un peligro, no se puede tener como socio del Gobierno de España a aquellos que quieren romper España. Pero aparte de todo ello, yo quiero un país que crezca, que crea empleo y que se sustente en la libertad y en el respeto a la persona y justo eso es lo que no representa ese tándem Iglesias-Sánchez.
Sánchez va a tener que apoyarse en los independentistas: Ana Oramas ha afirmado que ella no le apoyará.
Bueno, yo creo que hay otras posibilidades. Podría haber otros partidos más cercanos al PSOE, que incluso llegaron a plantear un acuerdo de gobernabilidad, como fue Ciudadanos, que tienen también en su mano poder impedir esto. Si fueron capaces de llegar a ese acuerdo que nos presentaron a todos los españoles, una abstención de Ciudadanos podría también evitar ese tipo de acuerdos.
¿Cómo reaccionaría el PP ante una hipotética abstención de Ciudadanos?
Ya hemos dejado claro que esa podría ser una salida para evitar el apoyo de los independentistas.
¿Qué opinión le merece la apuesta federalista de Sánchez, entregando al PSC las presidencias del Congreso y del Senado?
Es un gesto más de lo que está dispuesto a hacer Sánchez por ser presidente del Gobierno. Es alguien al que el poder le nubla la visión y le obsesiona. Y si a cambio del poder tiene que entregar España, no tiene ningún tipo de problema. Su concepto de lo que es España lo cambia según las circunstancias, pero siempre con un objetivo: estar en el poder.
Yo creo que no todo vale por ostentar el poder y que el interés general y España siempre tienen que estar por encima de cualquier partido político. El PSOE ha sabido, en otras ocasiones, estar por encima de su propia ideología, pero Sánchez eso lo hipotecó hace mucho tiempo.