Vox ha llevado el cierre de campaña a las puertas del Tribunal Supremo. La formación liderada por Santiago Abascal ha elegido la madrileña Plaza de la Villa de París para dar el broche final antes de ir a las urnas el 26-M, un lugar con gran simbolismo ya que ahí se ubica el tribunal que juzga a los dirigentes independentistas por el desafío secesionista.
Si dos días antes del 28-A Vox logró abarrotar la plaza de Colón y exhibió músculo electoral, con 20.000 asistentes según datos de la organización, este viernes los de Abascal han confirmado un pinchazo en este parque frente al Alto Tribunal al congregar apenas a 300 personas. “La gente está cansada de tantos mítines”, se justifican en Vox, que también atribuyen esa baja afluencia a la coincidencia con otros actos en distintos municipios de la región. La dispersión no ha ayudado, se defienden.
“A esta misma hora hay otros candidatos haciendo actos como éste”, ha empezado el líder de la formación, Santiago Abascal, como excusándose por la baja participación. “Más allá del resultado, el domingo os toca lo importante. Nos toca rematar la faena que hicimos el 28 de abril acudiendo a votar todos siendo conscientes de que esa voz, que ya está en varias instituciones, ahora tiene que estar en todas”.
"Nos llamaban fachas en octubre. Ahora estamos en mayo y nos siguen llamando fachas. Pero ya no importa. Ya no funciona", ha proseguido el de Amurrio, que ha vuelto a arremeter contra la prensa porque "sobre Vox se han cernido todas las mentiras y manipulaciones". "La última, decir que el 28 de abril habíamos fracasado".
“Hemos vuelto locos a los medios progres”
En este mitin final también ha intervenido la candidata a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio. “A los medios progres les hemos vuelto locos en esta campaña”, ha comenzado. “Han picado en todos los cebos que les hemos lanzado. Están como locos. Nos divertimos porque lideramos la información. Sacamos los temas y marcamos la agenda”, ha presumido, advirtiendo de que a "esos medios progres se les va a acabar el chollo cuando entremos en la Asamblea".
Ya en clave electoral, ha asegurado que el domingo Vox será “determinante” y entonces “vendrán algunos cabizbajos a retroceder en todo lo que han dicho”, en referencia a PP y Ciudadanos. “Ahí nos reiremos nosotros”.
El primero en intervenir ha sido el coordinador general de la campaña, Iván Espinosa de los Monteros, que ha sacado pecho de una “campaña sin recursos económicos ni materiales”. “Pero en Vox tenemos un recurso que es inagotable: la ilusión. Ahí somos millonarios”, ha asegurado. Tras él ha hablado el candidato al Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, que en tono irónico ha agradecido “a la prensa progre hacer la campaña”. “Nos han ahorrado muchos miles de euros en comunicación. Hace 15 días no me conocía nadie y ahora quieren hacer billetes de 100 pesetas con mi cara”, ha añadido.
Capitalizar el juicio al ‘procés’
La causa del procés se ha convertido en un auténtico escaparate de lujo para el partido de la nueva derecha, ya que desde el 12 de febrero, día en el que arrancó el juicio a los excargos de la Generalitat de Cataluña, el partido verde ejerce la acusación popular, con los letrados Javier Ortega Smith y Pedro Fernández. Los dos son diputados del Congreso y también aspiran a entrar en el Ayuntamiento de Madrid este domingo.
El tema catalán no ha sido tan constante como en la contienda electoral de las generales, pero desde el aterrizaje de Vox en el Congreso esta semana los de Abascal han vuelto a hacer gala de su firme discurso contra los “golpistas”. Esa imagen se escenificó durante la constitución de las Cortes, cuando los 24 diputados de Vox patearon sus mesas para impedir que se escuchara a los diputados de ERC y JxCat prometer sus cargos.
De ahí la elección de ese plató y no la ya emblemática plaza de Colón para cerrar esta campaña. El contexto, explican en Vox, es otro: se trata de unas elecciones municipales y autonómicas. Por eso el formato de la campaña, coordinada esta vez por Iván Espinosa de los Monteros, vicesecretario de Relaciones Internacionales, ha virado hacia actos menos multitudinarios y más discretos.
Atraer el voto obrero
Vox dio el pistoletazo de salida a su campaña hace 15 días convocando a varios medios de comunicación para organizar un encuentro con periodistas en una nave industrial de Paracuellos del Jarama. En ese acto, al que se impidió el acceso a EL ESPAÑOL, se avanzó la estrategia para esta nueva campaña: se organizarían mítines de perfil bajo para respaldar a la “España que madruga” y atraer a la clase trabajadora que no confió en las siglas del partido verde el 28-A.
En ese empeño por el voto obrero, Monasterio ha recorrido el denominado ‘cinturón rojo’ de la Comunidad -feudos históricos del PSOE- visitando Leganés, Móstoles, Alcorcón o Valdemoro, entre otros municipios. En esta última plaza Vox registró su mayor movilización en esta campaña, con un mitin en la Plaza de Toros de esta localidad, donde se congregaron 2.800 simpatizantes. “Vox va a ser la auténtica pesadilla del socialismo, desde el primer día”, aseguró la candidata madrileña.
Programa de Vox para el 26-M
El acento ahora se ha puesto en bajar los impuestos, reducir el tramo autonómico del IRPF, dar incentivos a la actividad económica o mejorar la seguridad ciudadana. Y también se mantienen las proclamas más habituales, como la derogación de “todas las leyes ideológicas”, en referencia a la Ley contra la LGTBifobia aprobada por unanimidad durante esta legislatura en la Asamblea de Madrid. La norma obliga a educar en la diversidad sexual tanto en los colegios públicos y como en los concertados.
Según Vox, en los colegios de Madrid los “amigos de Isa Serra” –candidata de Podemos- “obligan e imponen la doctrina de la ideología de género a los niños con 8 años”, a los que se les anima a “probar nuevas prácticas sexuales” y se les habla de “zoofilia y parafilias”.