Con un discurso a la defensiva, tratando de ponerle parches a la enorme vía de agua que se le ha abierto en el partido, Pablo Iglesias compareció este lunes a primera hora para subsanar lo de su silencio de la noche de autos: el día que Podemos pudo empezar a ser irrelevante.
¿Por qué no salió a hablar? "Quería consultar con los candidatos y candidatas, con los secretarios y secretarias... y darle vueltas a la almohada". ¿Ha perdido fuerza para negociar con Pedro Sánchez el Gobierno de coalición? "Las fuerzas siguen siendo las mismas, los 3,7 millones de votos que logramos en las generales de hace un mes". ¿Hace autocrítica? "Hago autocrítica". Entonces, ¿cuáles fueron los errores? "La división de la izquierda nos hace daño"...
Y es ahí donde se rompe el discurso. Porque eso en realidad no era autocrítica, sino una súplica a Sánchez y una andanada a Íñigo Errejón.
Y al otro lado, en la casa de Más Madrid, se encogen de hombros: "EL 26-M ha demostrado que nuestro camino es el correcto", comenta un portavoz autorizado del candidato a la Comunidad. Errejón se presentó a Vistalegre II para competir el liderazgo de Podemos a su viejo amigo Iglesias advirtiendo que el camino que empezaba a transitar el partido era el de la antigua Izquierda Unida. Y que eso llevaría a los mismos resultados finales que los de aquella coalición, que ahora se refugia bajo el ala de Iglesias.
Perdió la contienda y comenzó a darle vueltas a la solución. Su envío a la candidatura regional madrileña se adivinó como una jugada ganadora para todos. "Ahora se ve que una marca morada aunque fuera con Íñigo al frente no habría sacado estos resultados", explica esta fuente muy cercana al líder de Más Madrid. Y de ahí que no vaya a haber acercamientos, como los sugeridos por Iglesias ne la mañana de este lunes. "No sumamos, ¿qué sentido tiene? Somos formaciones distintas, con ideas distintas, y estrategias distintas", zanja el portavoz de Errejón.
Del lado de Iglesias, se sigue respirando por la herida: "El inicio de esta división es Íñigo", explica una fuente autorizada de la dirección. Pero Iglesias, al tiempo que daba por alejado a Errejón -"ya no vale eso de que fuimos amigos"-, le instaba a buscar espacios de diálogo -"tenemos que sentarnos como adultos, como líderes políticos a ver qué hacemos con eso de que la extrema derecha vaya a gobernar en Madrid"-.
La caída de Podemos
El secretario general del partido morado no ha dado un argumento distinto en esta debacle de 1,5 millones de votos -de los 3,7 del 28-A a los menos de 2,2 del 26-M en las europeas- a la anterior -del mismo montante- entre generales... Desde que Podemos irrumpió en el Congreso en 2015 ha perdido tres millones de votos de los 5,2 que cosechó.
Así que Iglesias implora un hueco al líder socialista en su Ejecutivo y acusa a su examigo de ser el causante de todo el desaguisado. Errejón sirve como chivo expiatorio de todos los males porque es cierto que su espantada en enero fue anunciada a traición -y así lo calificaron desde la dirección de Podemos, de "traidor"- y porque el viejo número dos de la formación morada no ha logrado el objetivo que buscaba -"dar un vuelco histórico en la Comunidad de Madrid"- ni Manuela Carmena se ha beneficiado de su brío en campaña para apuntalar su reelección.
Además, por el camino, Podemos se ha convertido en irrelevante en la región -con un magro 5,56% del voto- e inexistente en el Ayuntamiento -donde no se presentó pero envió a Carlos Sánchez Mato, ex concejal de Carmena, a consumar una venganza personal-.
"Lo de apoyar a Sánchez Mato fue una irresponsabilidad de Iglesias", lamenta el portavoz de Errejón. "Tenemos mucha rabia con que se vaya Manuela, es muy duro y aún no sabemos cómo vamos a diseñar esto tras ella". Y es que Más Madrid no es un partido político, sino una simple plataforma electoral, basada en la "referencia ética" de la alcaldesa aún en funciones. ¿Qué va a hacer Íñigo ahora, como referente de la marca? "No está hablado, han pasado sólo 24 horas... veremos".
Pero decíamos que Iglesias se mostró a la defensiva el día después del descalabro. Así que, mirando hábilmente al futuro, reclamó "a todos los espacios políticos progresistas" que no haya "venganzas adolescentes". Es más, le reclamó directamente a Errejón sentarse alrededor de una mesa. ¿Hubo llamada? "No nos ha llamado nadie de Podemos". ¿Y al revés? "No, cada uno hará su camino, el nuestro se ha demostrado, partiendo de la nada, que tiene mucho recorrido".