El anuncio de Manuel Valls (Cs) de que cedía sus escaños sin condiciones para un gobierno entre el PSC y los comunes de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona no ha sentado muy bien a la dirección de Ciudadanos. Y no es un secreto.
De hecho, a las pocas horas, salieron a desautorizar la jugada de Valls quien insistió en que se trataba de un sacrificio por el bien de la ciudad y del país y para evitar que Barcelona cayera en manos de los independentistas.
Con el paso del tiempo, parecía que la dirección de Ciudadanos asumía que la oferta de Valls era lo único que podían hacer y hasta pesos pesados como Luis Garicano le daban el visto bueno. Sin embargo, Albert Rivera ha puesto sobre la mesa de "Espejo Público" un acuerdo diferente: "Vamos a sumar Collboni [PSC], Valls [Cs] y Bou [PP], que son 16 concejales, más que los independentista, y que la señora Colau decida con quién quiere ir".
En esta opción, el alcalde sería Jaume Collboni, "lo menos malo", pero en ningún caso harían alcaldesa a Colau, según ha explicado Rivera: "Creo que hay una alternativa que tendríamos que explorar".
Esta propuesta no es la que defiende Valls como la más lógica para el Ayuntamiento de Barcelona, que apuesta por un acuerdo entre Colau y Collboni y que Ciudadanos le dé el apoyo en investidura que le falta sin más.
Política de tuits y órdagos
Albert Rivera también ha sido muy duro con Santiago Abascal al que le ha insistido que tendrá que decir "si quiere un gobierno de Podemos o de PP-Cs" en Madrid, donde están negociando con los de Casado.
"No quiero un Gobierno de tres o cuatro partidos matándose, como mucho, uno de dos. Y en Andalucía hemos demostrado que se puede hacer bien", ha explicado.
Respecto el órdago que ha lanzado Vox al asegurar que si PP y Cs no se sentaban a negociar con ellos podría acabar siendo Manuela Carmena otra vez alcaldesa de Madrid, Rivera ha insistido en que "la política no va de órdagos ni de enfados". "Va de trabajar y ese es mi trabajo. Los órdagos, pataletas, tuits y titulares no me importan. Me importa trabajar por España".
El líder de Ciudadanos ha dejado muy claro que los políticos "no se pueden dedicar a tuits o pataletas sino a gobernar" y que a él ya le tocó "apoyar en política a gente que no me gustaba un pelo como Rajoy".