Incluso en un Gobierno autonómico cuya política de comunicación se basa en buena parte en las excusas no solicitadas, Laura Borràs ha conseguido convertirlas en todo un arte: "No quiero eliminar el castellano, pero es una lengua de imposición", dijo hace exactamente un año, recién nombrada consejera de Cultura del Gobierno autonómico catalán, durante una entrevista con el canal de televisión local 8TV.
Quizá Laura Borràs Castanyer (Barcelona, 1970) desconocía por aquel entonces ese viejo adagio que dice que "todo lo que precede a un 'pero' es mentira". Aunque no parece creíble, tratándose de toda una doctora en Filología Románica por la Universidad de Barcelona y exdirectora, entre 2013 y 2018, de la Institución de las Letras Catalanas.
"Cataluña ha sufrido un proceso de colonización", dijo luego Borràs en esa misma entrevista. También negó las acusaciones, que la han acompañado de forma constante durante estos últimos doce meses, de racista, supremacista e hispanófoba. Nadie podrá, en cualquier caso, negarle a Borràs la coherencia. La hoy diputada de JxCAT fue en 2016 una de las firmantes del Manifiesto Koiné. En él, sus autores rechazaban el bilingüismo en Cataluña y exigían el fin de la cooficialidad del español.
¿Futura presidenta de la Generalidad?
Hoy, un año después de su nombramiento, Borràs ha disfrutado de su primer día de gloria nacional tras convertirse en noticia por haberle dicho a Felipe VI que los catalanes "no tienen rey". Siempre según su versión. Que, por razones obvias, no será desmentida, ni tampoco confirmada, por la Casa Real.
Borràs ha acudido a la reunión con Felipe VI en sustitución de Jordi Sànchez, al que el Tribunal Supremo denegó este pasado martes el permiso para representar a su partido, JxCAT, en la ronda de consultas para la investidura del presidente del Gobierno. La elección no es inocente. El de Laura Borràs es uno de los nombres que suenan con más fuerza como futura candidata del JxCAT a la presidencia de la Generalidad en sustitución de un Quim Torra al que todo el separatismo da por amortizado.
"Es una opción, claro. JxCAT no tiene a tanta gente. Pero hay que ser prudentes. Piensa que el PDeCAT está vivo y sigue luchando", cuenta un buen conocedor de lo que se cuece en la vieja Convergència, hoy escindida en dos sectores no todo lo bien avenidos que ellos desearían. Laura Borràs sería una de las cabezas visibles de uno de ellos, el de JxCAT, es decir el puigdemontista o beligerante. Damià Calvet, consejero de Territorio y Sostenibilidad del Gobierno autonómico catalán, es una de las cabezas visibles del otro, el del PDeCAT, el posibilista.
Cosas difíciles de escuchar
Pero que Laura Borràs, que tomó posesión de su cargo en junio de 2018 vestida de los pies a la cabeza de amarillo, sea conocida en Madrid como una radical entre radicales no evita que en Cataluña sea considerada por algunos aún más extremistas que ella como una colaboracionista más. "No entiendo qué ha ido a hacer Laura Borràs con el Borbón", dijo ayer Mireia Boya, de la CUP, tras la reunión de Borràs con Felipe VI. "Ya te lo explicaré, Mireia. Le he dicho cosas que probablemente no son fáciles de escuchar", respondió Borràs.
Las acusaciones de debilidad parecen infundadas. "Hay gente que busca problemas y quien busca problemas los encuentra", dijo Laura Borràs tras el acoso de centenares de radicales a Cayetana Álvarez de Toledo durante la visita de la candidata popular a la Universidad Autónoma de Barcelona el pasado 11 de abril. Una semana antes, Borràs se había negado a hablar en español durante el debate electoral celebrado por La Vanguardia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona con los cabezas de lista a las elecciones generales del 28 de abril.
El detalle, por cierto, no pasó inadvertido para el colaborador de TV3 Jair Domínguez, que calificó de "subnormales" a los que "imponen" el español en un debate electoral celebrado en Cataluña.
Las acusaciones de racismo contra Borràs alcanzaron su punto culminante cuando la por aquel entonces candidata a diputada nacional acusó a Cayetana Álvarez de Toledo de "haber nacido en Argentina" en un debate electoral en TV3. La cabeza de lista popular por Barcelona respondió que ella había nacido en Madrid. Y añadió: "Usted no puede evitar que salga su xenofobia".
Xenófoba o no, si el nombre de Borràs suena como posible candidata a la Generalidad es porque no genera excesivo rechazo entre el electorado de ERC y de la CUP, lo que quizá podría ayudarla a arañar unos cuantos miles de votos extra muy convenientes para su partido. Y eso a pesar de su acomodado origen familiar. O quizá precisamente a causa de ello, como ironiza el periodista Xavier Salvador en Crónica Global. De conseguirlo, Borràs se convertiría en la primera presidente de la Generalidad de la historia y el fin de la cooficialidad del español en Cataluña estaría un poco más cerca.