Pablo Iglesias arrancaba su discurso matutino en el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, el máximo órgano de dirección de la formación política, con el ceño fruncido. Su alocución, que terminó en aplausos, hizo un repaso al terremoto electoral que ha sacudido su partido y le ha dejado con la mitad del grupo parlamentario del que disponían en el Congreso. Además de sin un puñado de alcaldías que fueron del cambio, pero que ahora están lejos de su poder.
Iglesias, de manera velada, dirigió sus misiles donde sabía que había problemas: en los territorios. Pidió autocrítica a sus barones y delegaciones regionales. Pero se reservó para sí mismo la misericordia: aunque Unidas Podemos perdiera 29 escaños en la noche del 28-A, a los ojos del secretario general de Podemos se obtuvo "un resultado muy por encima de lo que cabía esperar" y que les sitúa, ahora, en una "posición estratégica".
Aunque para lo que realmente sirvió esta convocatoria fue para certificar la nueva Ejecutiva que llevará las riendas del partido. Pero se trata de un cambio cosmético: mucho baile de sillas, un par de caras nuevas y las mismas corrientes. También se trata del funeral del errejonismo.
Cambio de áreas, pocas caras nuevas
Por 42 votos a favor, ninguno en contra y 6 abstenciones, se firmó la defenestración de Pablo Echenique. Deja de ser número 3 y coportavoz de la formación. Finalmente, le corresponde como único cargo el de la secretaría de acción de gobierno, acción institucional y programa. Le toma el relevo al cargo de la secretaría de organización el canario Alberto Rodríguez, como ya era conocido.
Podemos despoja a Noelia Vera de cualquier cargo interno para cederle todo el foco público: será, a partir de ahora, la única portavoz del partido. Antes compartía la tarea con Echenique. También aparecen como nuevos cargos la exdiputada Ana Marcello, secretaria de círculos y participación. Es el antiguo título de Ione Belarra, que pasa a ser secretaria de coordinación ejecutiva.
El juego de sillas no terminó ahí, puesto que el nuevo encargo de Belarra es en sustitución de Idoia Villanueva, que asume ahora la secretaría de Internacional que encabezaba Pablo Bustinduy, que ha dejado todos sus cargos en el partido.
Cobra importancia en el partido el actual secretario general de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández Santos, que sumará esa responsabilidad al de la secretaría de ámbito rural y España vaciada. También aparece como novedad en el máximo órgano de dirección el secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, que pasa a ser el secretario de análisis electoral y discurso.
"No sólo es liderazgo la política"
El recién estrenado número 3 del partido, Alberto Rodríguez, hizo uso de sus nuevas responsabilidades y, al finalizar el Consejo Ciudadano Estatal, quiso despejar las dudas sobre el liderazgo de Iglesias. Según comentó, la reunión transcurrió de forma tranquila y no se planteó, en ningún momento, la convocatoria de una asamblea ciudadana, un Vistalegre III. No obstante, sí reconoció que tras los malos resultados electorales ha habido un intenso debate y "mucha autocrítica" de puertas para adentro.
Rodríguez no fue el único que quiso armonizar el relato de la formación morada. El representante la corriente andaluza y secretario general de Podemos en esta comunidad, Pablo Pérez Ganfornina, consideró que “no toca hablar de dimisiones ni Vistalegres”.
“Toca hablar de políticas para cambiar la vida de la gente y propuestas programáticas para llevar a las negociaciones” de los gobiernos locales, regionales y, también, el estatal. Aunque dejó un recado tras las críticas veladas de Iglesias a la “falta de liderazgo” en los territorios: “No sólo es liderazgo la política”.