Hay movimientos soterrados que dejan su estela en la superficie. Y Manuel Valls no tiene inconveniente en dejar su rastro a la vista. Sus preferencias de pacto, como ex primer ministro francés en el Gobierno del socialista François Hollande, le acercan más a algunas figuras del PSOE. Y así, este domingo ha instado a Ciudadanos al acercamiento a los socialistas elogiando a Javier Lambán: "Aragón te necesita como presidente".
Era una respuesta a otro tuit, en este caso del presidente aragonés en funciones, agradeciendo la decisión de Valls en la sesión de constitución del consistorio barcelonés. "Ayer, Manuel Valls dio una lección política -en la forma y en el fondo- que no debería caer en saco roto", escribió el socialista aragonés en su cuenta de la red social.
El guiño al acercamiento entre PSOE y Ciudadanos era tan evidente como el lanzado en la mañana por José Luis Ábalos, a la salida de la investidura de Ximo Puig en Valencia. El secretario de Organziación del PSOE instaba a Cs a que "asuma su papel": "Debería reflexionar y sobre todo en el horizonte de una investidura para España, donde creo que lo importante es que el Gobierno de España sea un gobierno sin ataduras".
La llegada de Valls a la política española, fue de la mano de Ciudadanos en una operación para tratar de conquistar la alcaldía de Barcelona está provocando zozobra en el interior del partido de Albert Rivera. En la mañana de este domingo, el líder de Cs en el Parlament de Cataluña, Carlos Carrizosa, dejaba clara la postura de su partido, la razón por la que los tres ediles de Valls sí votaron a favor de la reelección de Ada Colau al frente del Ayuntamiento de Barcelona pero los que procedían de Cs votaron no: "Es un desastre de alcaldesa y ahora vamos a tener cuatro años más de lo mismo".
Desde el mismo día siguiente de las elecciones municipales del 26-M, Valls ofreció sus votos gratis a Colau "para evitar un alcalde independentista" en la capital catalana. La elegía como "mal menor" después de haber centrado su campaña electoral en atacar su "populismo" y su cercanía a las tesis separatistas cada vez que se veía en la posición de tener que optar. Pero la consideraba preferible a la opción de Ernest Maragall (ERC), ganador de las elecciones por un puñado de votos y con los mismos concejales de los Comunes de Colau.
"El mal menor es el mal, coño"
Sin embargo, en la tarde de este mismo domingo Juan Carlos Girauta, portavoz de Cs en el Congreso de los Diputados, ha arremetido contra esa idea de Valls con dureza desde su cuenta de Twitter: "Hoy Barcelona tiene una alcaldesa independentista. De la elección entre guillotina y horca no resulta nada distinto a la muerte". Y es que la propia Colau anunció en su discurso de aceptación del cargo la vuelta del lazo amarillo al balcón del Ayuntamiento de Barcelona.
"Por eso lo digno, y lo inteligente, era presentar de inmediato a Collboni como el mal menor en vez de enseñar las cartas a la primera de cambio", ha continuado Girauta. La crítica del dirigente naranja a quien fue el fichaje estrella de su partido para las municipales era, así, no sólo de fondo -Colau "es independentista" también- sino también de forma: la misma estrategia de Valls ha sido contraproducente y -se entiende- ejercida por libre. "El 'mal menor' era el mal. Coño, qué sorpresa", añadía Girauta en otro tuit.
Ya avisó el ex primer ministro francés de que no se casaba con Ciudadanos en su desembarco en la política española. Cuando aceptó la oferta pública de Albert Rivera para ser su candidato en Barcelona lo hizo con la condición de presentarse en una lista en la que él tuviese el poder, nunca bajo las siglas de Cs y sí como plataforma independiente.
Y ahora no sólo ha ejercido esa independencia dividiendo los votos de los seis concejales de su grupo municipal entre los fieles a Cs y los suyos, sino que continúa ejerciendo con libertad su influencia en la política española. No sólo ha insistido desde hace meses en que "jamás" Ciudadanos debería aceptar votos de Vox, sino que elogia al candidato socialista para Aragón cuando todo está por negociar en el futuro Gobierno autonómico.
Es cierto que Valls se acerca a los socialistas más homologables a lo que reclama Ciudadanos, los indudablemente constitucionalistas, como Lambán. Y es cierto que, parafraseando a Ábalos, todos estos movimientos están marcando las señales de que una parte importante del PSOE quiere evitarse las "ataduras" de Podemos y los partidos separatistas y pide a gritos soterrados que Ciudadanos "asuma su papel". Lo mismo que parece evidenciar Valls desde su asiento de edil en Barcelona.
Otro que ha agradecido el gesto ha sido José Zaragoza. El diputado del PSC que con su audacia compensó la foto del líder de Vox, Santiago Abascal, sentado detrás de Pedro Sánchez en la constitución del Congreso, ha afeado a los de Rivera su empeño en "vivir electoralmente del enfrentamiento sin fin".
En un cruce de tuits con Girauta, Zaragoza se sorprendía de la estrategia de Ciudadanos: "Si fuera por Rivera, sería Ernest Maragall de ERC el alcalde. Por eso los tres concejales de Ciudadanos se han abstenido. Preferís que siga el conflicto", ha dicho. Su escrito contestaba a un tuit del portavoz naranja que, curiosamente, coincidía en el fondo con Gabriel Rufián: ambos, cada uno por su motivo, rechazaban la foto que abre esta información, la de Valls aplaudiendo a una Colau recién investida alcaldesa y con el bastón de mando en la mano.
Puede presentarse como un empeño en señalar el camino, que es lo que hace Valls, o como una enmienda a la totalidad a la estrategia de Rivera e Inés Arrimadas, como se interpreta el último comentario de José Zaragoza en Twitter: "Manuel Valls con 3 concejales ha hecho más política en un día que Inés Arrimadas con 36 diputados en dos años".