Coalición Canaria apura estos días su última oportunidad para reengancharse en el poder de la Comunidad Autonóma después de más de un cuarto de siglo. Para ello trata de seducir a Ciudadanos y al PP, intentando convencerles de que se trata de una organización inocente de los casos de corrupción de los que se le acusa, y que su líder y candidato Fernando Clavijo está imputado prácticamente por casualidad. El desconocimiento sobre este partido en el resto de España, apenas presente en la prensa nacional, juega a su favor a pesar de que la realidad es bien distinta.
Porque en realidad anda en Madrid Clavijo, el fallido mascarón de proa en la renovación generacional prometida desde Coalición Canaria, buscando desesperadamente oxígeno político para alargar un poco más el que se antoja -tarde o temprano– inevitable fin del considerado como régimen clientelar del que disfruta esta formación política desde hace décadas en el Archipiélago.
CC lleva 26 años en el poder autonómico y más de 40 con distintas denominaciones en capitales como Santa Cruz de Tenerife, que acaba de perder a manos del PSOE y Ciudadanos, un cambio recibido con gran ilusión entre una ciudadanía que no entiende el expediente abierto por la formación naranja a sus ediles que lo han hecho posible.
Clavijo busca el respaldo de Ciudadanos en Madrid y su última incursión ha consistido en hacer creer a su secretario general, José Manuel Villegas, que no existen motivos para vetarle en el próximo Gobierno de Canarias por estar imputado. Para ello, compara a Coalición Canaria con Vox, bajo el paralelismo de que Cs pacta con el PP en toda España mirando para otro lado cuando el PP lo hace a su vez con Vox. El coalicionero pide que Ciudadanos ignore sus problemas judiciales y que entienda que él está pactando con Pablo Casado, pero la picardía no ha colado.
Y busca estos pactos, a pesar de la sombra de sospecha inherente a llegar este miércoles a cualquier acuerdo con Clavijo, en los despachos de las plantas nobles del Partido Popular y Ciudadanos, con la confianza de que la ignorancia política de sus líderes sobre lo que sucede en las Islas le permita ocultar los serios problemas que atraviesa con la Justicia.
Porque, lo sepan o no Pablo Casado y Albert Rivera, siendo el de Clavijo el abrazo con las fundadas sospechas que la Fiscalía Anticorrupción ya vierte sobre él, como el de arrimarse a Coalición Canaria es fundirse con los casos de corrupción más sonados de las Islas.
Los casos de corrupción de CC
No en balde, se trata del partido cuyos dirigentes habitan ya en el Centro Penitenciario Tenerife II a cuentas del caso de Las Teresitas, como también es la misma a la que, hoy en día, se le vincula con la presunta trama de mordidas de la constructora OHL, incluidas las grabaciones en las que se relaciona la construcción del puerto de Granadilla (una infraestructura que generó y genera enorme rechazo popular tanto por su ineficacia como por su gran impacto medioambiental) con el cobro del tres por ciento, porcentaje que, visto lo visto, resulta afín a los partidos nacionalistas conservadores como lo era Convergencia y como lo es Coalición Canaria.
El CV de Clavijo
Pero si esos son solo los asuntos de mayor relevancia respecto a CC, la trayectoria política de Fernando Clavijo merece por sí sola un apartado propio, a pesar de que ni siquiera ha cumplido 48 años de edad.
Es durante su etapa en el Ayuntamiento de La Laguna como concejal y alcalde donde este nacionalista ha protagonizado sus, hasta ahora, problemas judiciales de mayor envergadura.
En la actualidad, y a pesar de los ímprobos esfuerzos de la armada mediática de CC, Clavijo se encuentra imputado por el llamado caso Grúas, justo el tema donde la Fiscalía Anticorrupción provincial tinerfeña ya ha presentado dos documentados escritos interesándose por tal investigación judicial, que versa sobre la presunta comisión de los delitos de prevaricación, malversación y tráfico de influencias, por mucho que la diputada coalicionera Ana Oramas pretenda engañar a los periodistas asegurando que se trataba de un asunto meramente administrativo.
El líder de Coalición Canaria actuó respecto al servicio municipal de grúas, mediante la concesión de un préstamo y prorrogando la concesión pese a los reparos de la Intervención Municipal, un modus operandi que caracteriza la gestión de Clavijo, como se comprueba en la denuncia del llamado caso Reparos, la próxima bomba que le espera en los tribunales de Justicia. En la misma se documenta cómo junto a su sucesor, José Alberto Díaz, sistemáticamente ignoraron las advertencias del interventor a la hora de contratar por urgencia los principales servicios de La Laguna, tercera ciudad más poblada de las Islas.
En este caso, el esquema denunciado consiste en agotar los plazos previstos en las respectivas concesiones municipales para renovarlas sin el preceptivo concurso público, o sea, a dedo, cuando es precisamente la Administración que ha provocado esta situación la que alega una urgencia que solo tiene dos motivos posibles: o lo hacen intencionadamente, o es imposible gestionar peor.
'Caso Reparos'
Dos datos para entender el alcance que, a buen seguro, tendrá el caso Reparos en las próximas fechas. Uno es que las empresas beneficiadas siempre son las mismas. El otro no deja lugar a dudas, dado que, mediante semejante regate al ordenamiento jurídico, se han contratado servicios esenciales con sustanciosa documentación económica a través de más de un centenar de decretos cuya legalidad investigará la Justicia. Solo uno de dichos servicios, el de la limpieza, asciende a 150 millones de euros.
Aun así, probablemente sea el caso Corredor donde mejor se retrata a Clavijo. Aunque el caso Grúas es tan grave ya que el coalicionero ha contratado para su defensa al mismísimo José Antonio Choclán, abogado de Cristiano Ronaldo y Francisco Correa (Gürtel), y el caso Reparos tiene la enjundia propia de aquellos que están documentados por el denunciante, el concejal y profesor de Derecho Constitucional Santiago Pérez García, hasta el más mínimo detalle, en ninguno de los dos existen grabaciones del propio Clavijo en las que se le puede escuchar, sin ir más lejos, tratando con una concejala cómo justificar una subvención indebida a otra edil, esta del PSOE (ya apartada de la primera línea política por su partido).
Pese a que su compañera de filas lo advierte de que tal subvención no se ajusta a la normativa, la frase final de Clavijo no pudo ser más clara: “Sí, sí, tira p’alante, venga”.
Por el caso Corredor también estuvo imputado Clavijo en 2015, justo antes de ser candidato a la Presidencia regional. Sin embargo, curiosamente resultó exonerado por el extravío del documento donde se autorizaban tales escuchas. Resta añadir que la oportuna pérdida de papel tan crucial también benefició al empresario del ocio nocturno lagunero Evaristo González, de cuya reputación basta decir que acaba de ingresar en prisión como presunto autor intelectual del asesinato a tiros del que fuera su socio y testaferro, otro empresario llamado Carlos Machín, quien había anunciado su decisión de cambiar de vida profesional.
En resumen. Es con mimbres como Fernando Clavijo con los que Coalición Canaria pretende atraer a su cesta a formaciones políticas como el Partido Popular, cuya dirección nacional insiste en que se trata de un equipo nuevo al que no se le pueden reprochar sus problemas pasados, y a Ciudadanos, cuya bandera por la regeneración política corre peligro de ver destruida para siempre si cede a la tentación de colaborar en que perviva el régimen coalicionero en el Archipiélago que, en alguna de las instituciones, deviene directamente del franquismo, no solo político sino en parte sociológico.