El Tribunal Supremo ha condenado a los cinco miembros de 'La Manada' a 15 años de prisión por la agresión sexual que cometieron en Pamplona en los Sanfermines de 2016. Su abogado, Agustín Martínez Becerra, ha alzado la voz contra lo que considera un atropello, atacando la imparcialidad de los jueces: "Es lo que toda la sociedad quería".

Una de las principales reacciones políticas a la noticia ha agarrado el mismo argumento, en este caso para celebrar la sentencia: "Millones de mujeres dijeron en las calles #yosítecreo y por fin han sido escuchadas por la Justicia". Para Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, "esta victoria no habría sido posible sin la lucha del movimiento feminista".

A tenor de las palabras del dirigente -expresadas en un tuit-, los responsables del histórico fallo no han actuado guiados por los hechos o por su propio criterio sino por el clamor popular bajo la premisa de que no hubo abuso, sino violación, determinante -bajo su criterio- para inclinar la balanza del lado de lo segundo.

Es de la misma opinión la portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, que ha valorado la actuación del Supremo en un vídeo: "Sin el movimiento feminista, sin el esfuerzo enorme de millones de mujeres que no han parado de gritar 'hermana, yo sí te creo', esta sentencia no sería posible".

"No hemos tenido un juicio justo"

La vista en la que se ha zanjado el caso este viernes, presidida por el magistrado Andrés Martínez Arrieta e integrada por Andrés Palomo, Ana Ferrer, Vicente Magro y Susana Polo -esta última, ponente-, ha tenido uno de sus momentos centrales en el último intento de Martínez Becerra por rebajar la pena a sus clientes, lo que llevada adherido el cuestionamiento del propio proceso: "No hemos tenido un juicio justo, con todas las garantías".

En su exposición, el letrado ha pedido al tribunal que "remara contracorriente" y dictara "una resolución justa, por más que pueda considerarse por la opinión pública que no es así". Cuando ha conocido tal resolución, cerca de las tres de la tarde, ha expresado: "Es lo que toda la sociedad quería; que se haya hecho justicia es otra cosa".

Sus argumentos no han convencido al Supremo. Como ha hecho a lo largo de estos meses, una de sus principales líneas de defensa ha consistido en señalar a la víctima, culpabilizándola: "No eran cinco lobos rodeando a una chica, sino una chica que, equivocadamente, había decidido mantener relaciones con cinco chicos. (...) 'No es no', pero hay que decirlo. Hay muchas maneras de decirlo, pero hay que decirlo claramente, con un gesto, con una mínima oposición".

La fiscal Isabel Rodríguez, contundente, ha ofrecido un relato muy diferente: "Paralizaron a la víctima y su voluntad de resistencia. Estaba doblegada por el miedo. (...) Era una mujer sola e indefensa. (...) Cualquier persona en esa situación alcanza razonablemente el convencimiento de la inutilidad de resistirse, una resistencia que sólo la podía llevar a males mayores. ¿Es exigible algo más a la victima? No se le pueden exigir actitudes peligrosamente heroicas".

José Ángel Prenda, Jesús Escudero, Alfonso Jesús Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero y Ángel Boza pasarán largo tiempo entre rejas, escaso en comparación con el que les tocaría cumplir con otra calificación jurídica por parte del Tribunal Superior de Navarra, que apreció un único delito sexual continuado a cada uno de los acusados y no una pluralidad -concretamente cinco-, lo que habría elevado la reclusión a más de 50 años.