El Partido Popular de Pablo Casado se lo debe todo a un banco. Está en el parque de El Retiro. No arroja demasiadas tentaciones. Opera con sencillez y nunca se ha visto envuelto en corruptelas o papeles en “B”. Quizá porque sea… de madera. A lo sumo caben cuatro personas. Invita a la decisión rápida porque resulta duro como el cemento. Castigador de traseros.
Hace un año, aquí, a unos metros de sus hijos, frente a los columpios y con los zapatos coloreados por la arena, Casado y su amigo Teodoro García Egea pactaron aquello de “la última copa y a casa”. Decidieron presentarse al Congreso que dirimió el liderazgo de Génova.
-¡Y todavía no nos hemos podido tomar esa copa!
Saluda García Egea, ahora secretario general del PP, artífice del House of Cards a la chulapa, esas negociaciones nocturnas que ajustaron los gobiernos municipales en todo el país. Le quedan las autonómicas. Quizá por eso lleve un auricular inalámbrico en la oreja.
-¿No se lo va a quitar? ¿Es por si le llaman Rivera o Abascal?
-¡No, no! -dice mientras lo guarda en el bolsillo-. Estoy seguro de que la gente va a estar a la altura.
Pablo Casado, agenda infernal, no ha podido venir. Falta el político que da nombre al santuario.
-Soraya, el día de la moción de censura, puso el bolso en el asiento de Rajoy. Oiga, usted no ha colocado nada…
-Deja, deja… -esboza una sonrisa-. Él está presente en todos los sitios. Si estoy yo, está Pablo.
Con esa simbiosis empezó lo que mediática e internamente algunos se afanaron en llamar “el nuevo PP”. Aunque García Egea asevere que el tiempo no les ha cambiado, el poder moldea. Hoy lleva corbata y la responsabilidad territorial en el bolsillo. Le acompañan un jefe de prensa y otro de gabinete. Esperan de pie porque el banco no da para más. Quizá por no profanar el altar del casadismo.
¿Trío o dobles parejas?
A “Teo” -así le llaman incluso sus adversarios- Casado le ha encomendado una labor delicada, impensable hace unos años en el partido conservador: montarse un trío. A derecha e izquierda. Él reconoce que el proceso empieza a ser “filosófico”. De momento, ha salvado con éxito la primera etapa, pero reconoce jugarse los garbanzos en la segunda: “Saldrá bien”.
-¿De verdad van a entrar PP, Cs y Vox en este banco?
-Si no se puede un trío, haremos dobles parejas. Debemos ser conscientes del papel que nos han otorgado los ciudadanos. La fuerza mayoritaria es el PP. Estamos mediando a ambos lados. Al final, ninguno de los tres partidos tendrá argumentos suficientes para bloquear los gobiernos en Madrid, Murcia, Castilla y León… El coste del no acuerdo es inasumible para PP, Vox y Cs.
-¿El PP ha sido honesto con sus pactos? Parece que lo firmado con Cs es incompatible con el documento rubricado con Vox. Y viceversa.
-Las negociaciones con PP y Cs son asimétricas, pero compatibles. Se verá con el paso del tiempo. Nos hemos dado unos días para conformar las estructuras de gobierno en los ayuntamientos. Vox está entrando en los que Cs no ha podido o querido estar. Lo importante es la foto final, que será compatible con las necesidades de las tres fuerzas.
En este banco, hace un año, García Egea encontró a un Casado “algo críptico”: “Le conozco muy bien. Sé que no le gusta eternizar las cosas, le cansan los rodeos. Muchos le habíamos llamado para pedirle que diera un paso al frente. Esa tarde se decidió”.
"Teníamos un 3% de opciones"
Pónganse en situación. El Pablo Casado de hace un año era el “joven” que se comía en ruedas de prensa los marrones de Rajoy; y García Egea, un ingeniero de telecomunicaciones que, en su tiempo libre, logró proclamarse campeón mundial en lanzamiento de huesos de aceituna. Ellos dos se lanzaron a conquistar un partido acostumbrado al dedo de Fraga y a las carpetas azules de Aznar.
-La tarde del banco… ¿Cuántas opciones creían tener?
-Un 3% como mucho.
-¿Y entonces?
-Coincidimos en que queríamos vivir el proceso. Buscamos demostrar que el PP estaba vivo, que había gente de menos de cuarenta años dispuesta a liderarlo. “Si perdemos, ¿qué más da?”. Charlamos en esos términos.
Cuando García Egea y Casado dieron el paso, muchos ministros del PP podían ser los abuelos de los niños que juegan esta tarde en el parque. Aquel día, la hija de “Teo” correteaba con los niños de “Pablo”.
En apenas un año, han cursado el mejor máster -no vean segundas intenciones- posible: andaluzas, generales, autonómicas, europeas, municipales… Todo en uno. Recién llegados. Pero antes hubo que ganar la batalla interna. “Yo había estado preguntando a muchos compañeros qué harían si, de repente, aparecía alguien joven. De tanto preguntar… ¡muchos afiliados pensaban que era yo el que se presentaba! Simplemente estaba abonando el terreno para Pablo”, cuenta García Egea.
Esta tarde, a orillas de la calle Menéndez Pelayo, García Egea lauda la estética con la que Pedro Sánchez soliviantó a los diputados del PP: la camisa entallada, las gafas de sol estilo aviador, los gemelos en la camisa… Uniforme de negociador. Le falta el Falcon.
A lo que íbamos. Dice García Egea: “Apple nació en un garaje, nosotros en un banco de El Retiro”. Para dibujar su inesperada victoria, elige este paralelismo futbolístico: “Fuimos ese Atlético de Madrid que estuvo en Segunda y, hace nada, casi gana la Champions. Nosotros vamos a por ella”.
Uno de los factores que dio alas a “Teo” fue la red de contactos de la que disponía Casado en toda España: “Él había sido vicesecretario durante apenas tres años. Le decía: ‘¿A quién tenemos en Huelva?’ Y me pasaba cinco teléfonos. ‘¿Menorca?’ Lo mismo. Muchos concejales y diputados comenzaron a desfilar por nuestros despachos. Ofrecían ayuda desinteresada. Organizar esa fuerza sin control aparente fue muy bonito y nos hizo ganar”.
¿Jóvenes o viejóvenes?
-¿No temieron que una maniobra de viejo partido les dejara en fuera de juego? A la historia de PP y PSOE me remito.
-Eso siempre estaba ahí… El comité organizador se tomó su trabajo muy en serio. Por nuestra parte no hubo ninguna queja. Se comportaron con exquisita neutralidad. Es cierto que nosotros, al principio, sólo contábamos con nuestros teléfonos y nuestros amigos.
-¿Ustedes son jóvenes o viejóvenes? Le leo algunos titulares de entonces: “giro conservador”, "recuperación de Aznar como referente histórico”…
-Hemos ampliado el PP. Todo el que ha querido ha encontrado su oportunidad. Contamos con mucho debutante, gente de la sociedad civil, algunos que han dado el salto de las diputaciones y los ayuntamientos al Congreso. Tendemos a poner etiquetas muy rápido. Parece que si uno habla claro, se derechiza. Como decía un amigo: “Que digan lo que quieran mientras no nos digan una misa”.
-Tenga cuidado con lo de la misa, no se le vaya a sublevar su electorado más clásico.
-No, no. Va en su línea.
-Insisto en lo de antes: ¿qué han hecho ustedes con el “nuevo PP”? ¿Qué sustrato ideológico le han dado?
-Los votantes abandonaron al PP por distintas cuestiones. La crisis, Cataluña, la corrupción… Nosotros queremos construir un partido al que vuelvan todos los que se ubican a la derecha del PSOE. Antes, los altos cargos estaban reservados para los apellidos largos y la gente que había nacido en ciertos sitios. Ahora manda un joven nacido en Palencia, que era diputado por Ávila.
-De entre todas las causas, ¿cuál fue la que más laminó al PP?
-La falta de credibilidad y coherencia. No explicamos lo suficiente por qué no cumplimos con las medidas prometidas. No mantener un discurso estable y consolidado en todo el territorio también tiene un coste muy alto. Nunca más deberíamos perder de vista esas dos circunstancias.
El 28 de abril
A los santuarios, en ocasiones, se llevan velas para rezar por el dolor y la desgracia. Algo así debió de ocurrir aquí la noche de las últimas elecciones generales, cuando el PP, recién estrenado Casado, sacó el peor resultado de su Historia. “Yo ya sabía que las cosas no iban a ir bien. Los 137 diputados con los que partíamos no eran reales, sino consecuencia de una situación de hace años. El día de la moción de censura, la media de las encuestas colocaba a Ciudadanos por encima de nosotros”, relata García Egea.
Aquella madrugada, admite el secretario general, la nueva dirección no sabía si la curva era ascendente o descendente. De ahí la importancia de las autonómicas y municipales, que han mantenido a raya a Ciudadanos. Los pactos, además, les han reportado poder territorial: Madrid, Málaga, Zaragoza, Oviedo… Y esperan sellar la Comunidad, Murcia y Castilla y León.
-¿Tocaron suelo el 28 de abril?
-Creo que sí. Ahora vamos hacia arriba, a por todas.