Un par de dirigentes de Vox, en plenas negociaciones, insisten fuera de micrófono en que su voto en contra del gobierno murciano de PP y Ciudadanos "no es un farol". El partido de Santiago Abascal trabaja a contrarreloj para trasladar una realidad a la opinión pública: ya no les vale la fórmula andaluza, el pacto directo con Casado -e indirecto con Rivera- que selló las investiduras en Andalucía y en el Ayuntamiento de Madrid.
¿Realidad o mero ladrido? De momento, Vox acaba de dar un paso al frente. Este jueves, en Cartagena, la derecha radical derribó por primera vez un Ejecutivo auspiciado por PP y Cs. Un gesto con la vista puesta en la Comunidad de Madrid, donde dentro de apenas una semana las tres formaciones implicadas afrontarán una situación similar.
Vox juega con cierto margen. A pesar de haber tumbado la investidura del candidato conservador, Fernando López Miras, la ley permite otros dos meses de negociaciones, por lo que el gesto podría quedarse meramente en eso: un gesto.
Al contrario de lo que ocurre en la Comunidad de Madrid, Ciudadanos sí dispone en Murcia de una alternativa: suma mayoría con el PSOE. No obstante, José Manuel Villegas, secretario general de los liberales, rechaza explorar ese camino: "Nuestro socio preferente es el PP".
Las fuentes de Génova consultadas por este diario también brindan este adjetivo a Ciudadanos, pero Casado y García Egea no lo airean para evitar los resquemores de Vox. Un dirigente popular confía en que los de Abascal retiren su apuesta: "Creo que no es bueno que la gente les vea decir 'no' simplemente por los sillones".
"Coincidencia programática del 95%"
La dirección de Vox ya cifra en un 95% la "coincidencia programática" entre ellos y Ciudadanos. "El problema es el eje París-Madrid", reseñó con sorna en la sesión parlamentaria Juan José Liarte, portavoz de la derecha radical en Murcia.
Un peso pesado de Ciudadanos, en conversación con este diario, avisa: "A nosotros no nos importa que Vox vaya de farol o no. Tenemos muy clara nuestra postura. Antes que pactar con ellos iremos a elecciones".
Abascal ha rebajado algunas de sus exigencias. Su líder murciano ni siquiera habló de sillones o de integrar el Ejecutivo. Se limitó a exigir un documento firmado por los tres partidos. Los equipos negociadores de PP, Ciudadanos y Vox estuvieron reunidos durante cinco horas. Diálogo de sordos. Los liberales insistieron en la vía andaluza y los ultraconservadores respondieron: "Sin firma, no hay gobiernos".
La actual estrategia de Vox pasa por explotar el "seguidismo" de Rivera con Macron. Tras llamarlo "acojonado" y "sinvergüenza", los de Abascal rebajaron el tono, pero mantuvieron su hilo argumental. El dirigente murciano aseguró en público que la cúpula de Ciudadanos en la región quiere pactar con ellos, pero que lo impide "el eje París-Madrid".
"Mi teléfono estará abierto", se despidió Juan José Liarte. Un mensaje que viene trasladando estos días Rocío Monasterio, cabeza del partido en la Comunidad de Madrid. "Se piensan que somos como ellos, que negociamos atados por sus vicios políticos, por la permanencia en el cargo", amenaza un miembro de la dirección nacional de Vox en charla con este periódico.
El presidente de la Cámara murciana dispone de dos meses para proponer un nuevo candidato a la investidura. Podrá ser Fernando López Miras (PP) otra vez. La pelota está en el tejado de Vox -y en el de Ciudadanos-.