La convocatoria llegó el sábado 13 de julio a las 20.30 horas y a través de un comunicado a la agencia Efe. Gran parte del núcleo duro de la Ejecutiva de Ciudadanos se enteró por la prensa de que su partido había convocado un nuevo Consejo general, sólo dos semanas después del anterior.
El máximo órgano de decisión del partido, escenario del penúltimo intento de su presidente, Albert Rivera, de contener la crisis interna, volverá a reunirse sólo cuatro días después del debate y la votación de investidura de Pedro Sánchez, el próximo 29 de julio. Y los rumores ya se han disparado ante el secretismo con el que se está gestando este cónclave.
Ni en la noche del sábado ni a mediodía de este domingo sabían qué contestar las fuentes de la dirección de la formación naranja consultadas por este periódico. Algunos de ellos forman parte del equipo más cercano al propio Rivera. Es el caso de la portavoz en el Senado, Lorena Roldán, que durante una comparecencia ante los medios esta mañana trataba de dar respuestas coherentes ante el previsible cambio de estatutos que prepara el líder de Cs.
Roldán ha alegado que ella no tiene acceso al orden del día pues no forma parte del Consejo general del partido. En todo caso, ha opinado que tiene "todo el sentido del mundo" esta reunión, que se producirá la semana siguiente al primer pleno de investidura.
Preguntada sobre las críticas realizadas por Xavier Pericay a EL ESPAÑOL y otros medios en relación al funcionamiento interno del partido, Roldán ha recalcado que la formación funciona de manera democrática y que todo se debate y se vota. Pericay, dirigente en Baleares y miembro fundador de Cs, dimitió de la Ejecutiva la semana pasada.
Discrepancias y goteos
Y es que en el último Consejo general, Rivera ya instó a "quienes quieran que gobierne Sánchez" a que "funden su propio partido". Lo dijo cuatro días después de la espantada de su hasta entonces portavoz económico, Toni Roldán, que dejó su escaño y la militancia acusando a los liberales de "haber dejado de ser" el partido al que él se afilió. Ese mismo día, dejaba su asiento en la Ejecutiva el eurodiputado Javier Nart, si bien éste sigue como afiliado y mantiene su asiento en Estrasburgo.
A los pocos días era Pericay quien anunciaba su salida del órgano ejecutivo del partido, en consonancia con las críticas de otros intelectuales que dieron a luz a Ciudadanos en 2005. De hecho, dijo tirar la toalla por falta de motivación para seguir adelante y tampoco compartir la manera en que se ha gestionado las diferencias de criterio dentro del partido. Y esta misma semana, Francisco de la Torre, responsable de la política fiscal de la formación, amagó con irse también.
Ahora, ya corren los rumores sobre posibles purgas en medio de un golpe de mano de Rivera. El presidente querría estabilizar las aguas y unir a la formación en torno al proyecto que cosechó más de cuatro millones de votos hace sólo dos meses y medio.
Las fuentes consultadas en la dirección de Ciudadanos han evitado responder a este periódico, han dado evasivas o han querido explicarse en el mismo sentido que Lorena Roldán. "Podría haber cambio de estatutos, sí, tiene sentido", ha contestado un alto dirigente que, en todo caso se remitía a la próxima cita de la Ejecutiva.
Este lunes se celebrará esta reunión y a la salida de la misma comparecerá, probablemente, José Manuel Villegas. El secretario general del partido y número dos de Rivera deberá despejar las dudas que suscita esta nuevo Consejo general sólo un es después del anterior, en pleno goteo de salidas y tras las presiones para que Cs acuerde su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez...
De hecho, si Sánchez pierde las dos votaciones previstas para el 23 y el 25 de junio, el lunes 29 aún quedarán dos meses de reloj democrático. Y Albert Rivera -que apuesta por el sorpasso al PP por la vía de liderar a la oposición y defiende su "veto al sanchismo" como una estrategia de éxito- necesita la gasolina de la unidad interna, que todavía no ha logrado desde el 28-A.