Como el capitán de un un buque que acaba de encallar en la orilla tras recibir un enorme impacto, y en el momento crítico en el que la tripulación trata de arreglar el destrozo, Pablo Iglesias se ha encerrado en el camarote y reflexiona sobre qué rumbo tomar... si es que se consigue cerrar todas las vías de agua. Además, en cubierta arrecia una tormenta de reproches: "Sois culpables, intransigentes, radicales y bobos".
Ni el secretario general ni Pablo Echenique van a salir de Madrid en todo el mes de agosto. "No hay vacaciones para tratar de llegar a un acuerdo con el PSOE", explica un portavoz oficial de Podemos a EL ESPAÑOL. "Con un socio que en el fondo no quiere serlo, es aún más difícil negociar si sólo tienes 48 horas... a ver si ahora, con todo el mes por delante, se puede hacer bien", añade como quien enciende una vela a un santo.
-¿Ha llamado alguien del PSOE en la última semana?
-No, eso no.
Efectivamente, los socialistas encuentran más tiempo para salir en periódicos, radios y televisiones, hacer charlas de café en off y alimentar el relato de que la formación morada "nunca quiso hablar de políticas y sólo quiso hablar de sillones".
En un oficio tan cortoplacista como el del periodismo político, necesitado de nuevos titulares cada día, hace falta voluntad para recordar que durante dos meses y medio, era Podemos el que pedía que el PSOE se sentara a hablar de programa. "Y nunca lo hizo, sólo cuando les dejamos sin excusas al renunciar Pablo [Iglesias] el viernes 19 por la tarde".
Reacción de Iglesias
Pero, entretanto, Iglesias trata de que Unidas Podemos no pierda la primera palabra de su marca electoral. Alberto Garzón, líder de IU, le pide que se baje de su presunto maximalismo y acepte un acuerdo programático como mal menor. La facción Anticapitalistas de Podemos, muy ruidosa pero cada vez menos representativa -de hecho, en algunos territorios ya es partido político independiente-, dice algo muy parecido. Y los comuns catalanes se apuntan a la fiesta.
Iglesias desprecia sus problemas internos y, como respuesta, pasa a la ofensiva acusando al PSOE de "no tener proyecto para España". "Para ellos la izquierda no significa nada", añade.
En la sede morada de Princesa lo que creen es que Garzón tiene miedo a que unas nuevas elecciones signifiquen la defunción del proyecto. En las últimas autonómicas, las direcciones regionales de IU en Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, y Navarra ya se negaron a hacer confluencia con Podemos... con un resultado horrible: cuatro escaños en el total de esas seis comunidades. Aun así, los líderes regionales ya le han advertido de que no le dejarán mantener su pacto de los botellines con Iglesias si hay nuevas elecciones.
Respecto a la posición crítica de los anticapis y los comuns, en Podemos le quitan hierro. Recuerdan que los primeros "siempre han dicho que el PSOE es peor que el PP, y que con ellos ni agua", por lo que no es previsible que haya problemas. Sobre los segundos, apuntan: "Simplemente dicen que no quieren nuevas urnas, pero insisten en la coalición".
Así las cosas, Podemos se erige en núcleo duro alrededor de Iglesias y trata de parar los golpes. En el entorno del secretario general se da por seguro que "todos votarán lo mismo en septiembre" -IU y Catalunya en Comú, porque "los anticapis no tienen un solo diputado". Están convencidos también de que habrá nueva sesión de investidura a la vuelta de verano, y que si "no hay vacaciones" para los máximos dirigentes eso significa que algo van a lograr con los socialistas de aquí a entonces.
No hay división "real"
Todos los miembros del Consejo Ejecutivo del partido morado se postra a las puertas del despacho de Iglesias en una suerte de rezo para ver si vuelve a obrar su magia y halla el relato que les haga salir del trance. Porque, según fuentes de la dirección, "no va a haber elecciones", pero tampoco basta "el acuerdo programático, porque eso ya fracasó".
En poco más de cinco años de vida, y por segunda vez desde 2016, se les acusa de que han tenido la oportunidad de investir a un presidente socialista y no lo han hecho; de que en esta ocasión, por primera vez han podido entrar en un Gobierno, y han desechado la última oferta. Y como siempre, los palos más duros que reciben vienen desde sus flancos izquierdos. Porque la derecha mediática aprovecha el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez para patear el trasero del candidato socialista acariciando el lomo de Iglesias.
Mal aliado el establishment de derechas, opinan en la sede de Princesa. O ineficaz. Sobre todo, para hacerle entender al público objetivo de Unidas Podemos que Iglesias tiene razón y que Sánchez es el malo de la película.
De poco les sirve ver estos días cómo el contramaestre Pablo Echenique se prodiga en radios y periódicos de línea editorial contraria y responde preguntas amables para que se explaye contra el PSOE. Según ha podido saber este periódico, el jefe negociador de Podemos ya se ha dado cuenta de ese abrazo del oso y ha decidido volver a centrarse en hacer llegar el mensaje a los potenciales votantes. No vaya a ser que de verdad haya elecciones repetidas el 10 de noviembre.
Para empezar, Echenique tiene que revolverse contra el aparato del PSOE, que culpa a Podemos de que no haya Gobierno. Y después, tratar de que ese agujero no se acreciente con la sal y el vinagre que le vierten sus socios de Izquierda Unida, sus hermanos díscolos de Anticapitalistas y sus socios interesados de los comuns de Ada Colau y Jaume Asens.
Desde IU se desliza que Iglesias estaba tan cabreado el jueves de la segunda votación que por la mañana quería votar no. Y que Garzón valoraba incluso salirse del carril de un volantazo y que sus seis diputados votaran sí. "Eso es falso, Pablo nunca estuvo en el voto negativo, ¿no ves que quiere un acuerdo a toda costa? ¡Si hasta aceptó su veto!", explican las citadas fuentes.
Del lado anticapi se recuerda que el PSOE es poco menos que el PP. O casi peor, porque va de partido de izquierdas. Un argumento que el propio Iglesias compró este martes en Fort Apache, su programa de tertulia en HispanTV: "El PSOE no tiene proyecto para este país, la izquierda no tiene significado político para ellos, es sólo un relato'", dijo rodeado de periodistas que escuchaban su largo discurso.