María Victoria Chivite Navascués (Cintruénigo, 1978) es, desde este viernes, la nueva presidenta de la Comunidad Foral de Navarra. La abstención de cinco de los siete parlamentarios de Bildu en segunda ronda ha permitido que la candidata de PSN sea investida por mayoría simple, más síes que noes, y forme gobierno con Geroa Bai, Izquierda-Ezkerra y Podemos.
Para la investidura contó con los 23 votos a favor de los diputados que componen el cuatripartito y con 22 votos en contra -20 procedentes de los parlamentarios de Navarra Suma y dos de Bildu-. La investidura fue un preludio de lo que está por venir: un gobierno en minoría y que dependerá de los abertzales para sacar adelante cualquier propuesta, ya que las relaciones con la formación constitucionalista de José Javier Esparza están dinamitadas.
La undécima legislatura navarra tendrá como presidenta a la socialista de 41 años, que se convierte en la tercera mujer en presidir el Gobierno de Navarra, tras la expresidenta de UPN Yolanda Barcina (2011-15) y Uxue Barkos (2015-19). En consecuencia, son ya tres presidentas consecutivas en la Comunidad Foral.
Chivite es también la tercera socialista que llega a presidir la Comunidad Foral, tras Gabriel Urralburu (1984-1991) y Javier Otano (1995-96). Con ella, los socialistas recuperan navarra 24 años después.
Conversa al sanchismo
Hay quienes ven en su oportunismo político y su afán de poder un reflejo de Pedro Sánchez. Sin embargo, no siempre fue afín a las tesis del líder de su partido. En las primarias del PSOE en 2014, la original de Cintruénigo apoyó la candidatura de Eduardo Madina. Tras la derrota del candidato bilbaíno, lejos de llegar represalias, llegó el premio: Pedro Sánchez le ofreció ser portavoz del partido en el Senado.
Ese movimiento político provocó la conversión al sanchismo de Chivite, que encabezó la delegación que acudió en junio de 2017 al 39º congreso del PSOE y que votó en bloque a favor de Sánchez y su Ejecutiva, en la que figura el navarro Santos Cerdán como secretario federal de Coordinación Territorial.
Tras la elección de Sánchez, la líder socialista navarra le transmitió el "compromiso, trabajo y lealtad" del PSN y se puso a su disposición para "fortalecer el proyecto socialista" y que el PSOE "vuelva al Gobierno tanto en España como en Navarra", dos objetivos que finalmente Chivite ha podido ver cumplidos.
Ese apoyo incondicional a Sánchez se tradujo en el el visto bueno de Ferraz al gobierno con nacionalistas, bajo una condición: que exteriorizara el veto a Bildu. Desde Ferraz, querían valerse de sus votos, en forma de abstención, para la investidura, pero no querían que se les relacionara con el partido abertzale. La dirección general del partido apoyó las gestiones emprendidas por la líder navarra.
Inicios humildes
La nueva presidenta del Gobierno de Navarra es una mujer con una experiencia dilatada en el partido, pero que comenzó con escasa relevancia en la política local. Se licenció en Sociología por la Universidad Pública de Navarra, realizó un máster en Organización y Gestión de Recursos Humanos y Técnica Superior en Prevención de Riesgos Laborales.
Su primera responsabilidad política llegó como miembro de la Ejecutiva de Juventudes Socialistas (2001-05), antes de ser concejal en las localidades navarras de Cintruénigo (2003-07) y Valle de Egüés (2011-13).
Ha sido parlamentaria foral en la legislatura de 2007 a 2011, como portavoz de Salud, y en la de 2011 a 2012, también como portavoz de Salud y portavoz adjunta del grupo parlamentario socialista.
También ha sido senadora de 2011 a 2015 y portavoz del PSOE en el Senado, sucediendo en el cargo a Marcelino Iglesias. En la Cámara Alta fue portavoz socialista en la Comisión de Sanidad y Servicios sociales, de la que fue vicepresidenta segunda, y vocal en las de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en la de Igualdad y en la Mixta para el Estudios del Problema de las Drogas.
En las elecciones de mayo de 2015, los socialistas consiguieron 7 de los 50 escaños autonómicos, dos menos que en la anterior legislatura, y se convirtió en portavoz socialista en el Parlamento foral navarro. Por incompatibilidad, al mes siguiente renunció a su acta de senadora y como portavoz socialista en la Cámara le sucedió Óscar López.
El PSN liderado por Chivite, mejoró considerablemente sus resultados en las elecciones autonómicas de mayo de 2019 al conseguir 11 parlamentarios, 4 más que cuatro años antes. Esos resultados le han permitido, con posterioridad, presidir Navarra.