Santiago Abascal ha tenido que intervenir por primera vez en su filial en Baleares para intentar frenar la guerra interna. Lo ha hecho después de semanas de ataques y declaraciones cruzadas entre los dirigentes y algunos ya ex miembros de la formación, que no han renunciado a Vox, pero sí a Actúa Baleares, sus socios de coalición.
Los disidentes de Actúa Baleares han denunciado las cuentas opacas de formación. En este sentido, aseguran que hay una "absoluta confusión" en las cuentas de Vox Baleares y que la cúpula está incumpliendo sus ideales al aceptar duplicidades de cargos. Estos sectores también denuncian que Jorge Campos, el presidente de la formación, ha ido acaparando más y más poder abandonando a su militancia.
La última en levantarse contra la formación de Campos ha sido Malena Contestí, diputada en el Congreso de los Diputados por Vox Baleares. Contestí se dio de baja en Actúa el martes 6 de agosto. En un comunicado explicó que su decisión se debía a "las informaciones sobre las presuntas irregularidades en Actúa Baleares" y que, aunque había preguntado a la dirección, no había "recibido explicaciones satisfactorias".
La diputada mallorquina reconoció el jueves que, aunque desconocía si las acusaciones de financiación irregular que se habían aireado eran ciertas, no se sentía "cómoda" formando parte de Actúa y prefería romper todo vínculo con la filial balear. Contestí no ha renunciado a su acta de diputada en Vox ni a su trabajo en las tres Comisiones en las que está presente en Madrid. Es decir, de alguna forma, Contestí ha roto con Campos, pero no con Abascal.
El comienzo de la crisis
Algo más de un mes antes que Contestí, en junio, la que presentó su renuncia irrevocable de Actúa fue Núria Díez. Díez había sido nombrada tesorera de Vox Baleares en abril, pero, según comunicó ella en una carta, no podía trabajar porque no tenía acceso a las cuentas bancarias y faltaban las facturas relativas a la campaña electoral.
Díez definió el estado de las cuentas como una "absoluta confusión". Además, aseguró que todos los temas de contabilidad los llevaban Sandra Barceló (concejal del Ayuntamiento de Palma) y Sergio Rodríguez (secretario general de Vox Baleares y número dos de Jorge Campos).
Enseguida, Rodríguez cargó contra Díez, atribuyendo su renuncia a una rabieta por no haber conseguido un acta de diputada en el Parlament. En las elecciones, Vox Baleares consiguió tres escaños. Díez era la cuarta de la lista. No obstante, Díaz ya ha había comunicado a Vox antes de los comicios que, en caso de entrar, dejaría correr la lista para que su puesto lo ocupase Carlos Serra, quien también se ha dado de baja del partido.
Al ser consultado por EL ESPAÑOL a raíz de estas renuncias en Actúa, Jorge Campos, presidente de la formación aliada con Vox, no ha querido dar explicaciones y se ha remitido al último comunicado de la formación a nivel nacional. En este, la dirección de Vox le muestra "su apoyo total y sin fisuras". Además, el partido de Santiago Abascal asegura que pondrá en marcha "una investigación interna para depurar responsabilidades por esta maniobra de intoxicación iniciada con el objetivo de dinamitar el proyecto Vox en Baleares".
Duplicidad de cargos
Otra de las críticas que han recibido los dirigentes de Vox en Baleares, en este caso Idoia Ribas y Sergio Rodríguez, es la de acaparar cargos. Los dos son diputados en el Parlament y concejales en ayuntamientos de Mallorca, un hecho que, según ha podido saber EL ESPAÑOL, ha sentido muy mal en la formación. En estos sectores se reclama que hay gente más que preparada para ocupar esos puestos.
Los dos, del círculo más cercano de Campos, se han defendido asegurando que, aunque tienen un trabajo, solo reciben el sueldo del Parlament. Del otro, cobran las dietas.
Tras las elecciones municipales, autonómicas y generales de este año, Campos empezó a acaparar más poder dentro de la formación. El 30 de mayo, una carta con la marca de Vox y sin firma alguna suspendió todos los comités locales de la coalición Vox-Actúa Baleares, "así como a todos sus integrantes", y se anunció que el Comité Ejecutivo Regional (CER, formado por los 12 fundadores de la formación) nombraría a coordinadores. Se supone que eso era un paso más para la integración.
Ante las críticas internas por este movimiento que "abandonaba" a los militantes, Jorge Campos decidió también disolver el CER. Al frente del partido solo se quedaron Sergio Rodríguez y él mismo. Nunca se han celebrado elecciones internas para votar los cargos.
“Esto se ha convertido en un club privado de dos señores que hacen lo que les da la gana y aprovechan la marca de Vox para tener un partido", aseguran a este medio fuentes cercanas a Actúa. A pesar de esto, Santiago Abascal ha decidido ponerse de su lado.