Cuando a eso del mediodía de este lunes la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sea investida, no sólo será el pistoletazo de salida del primer gobierno bicolor en la región, sino que el acto irá más allá: será la puesta de largo del proyecto político de Pablo Casado.
No sólo porque Ayuso hubiera sido una apuesta personal del presidente del PP. Tampoco porque haya sido el gobierno autonómico que más haya habido que pelear. Sino porque Díaz Ayuso, que ha estado al lado de Casado desde que él mismo la afilió cuando apenas eran veinteañeros, ya ha adelantado que su gobierno será el laboratorio de ideas del proyecto que desea el nuevo PP para España.
Casado y Ayuso, Ayuso y Casado, se harán así con el mando de una autonomía que gestiona un presupuesto superior a los 20.000 millones anuales y decide sobre la vida de 6'5 millones de madrileños.
Sintonía total Génova-Madrid
Habitualmente, la Comunidad de Madrid ha gozado de mayor autonomía a nivel orgánico que ningún otro territorio. Bajo dominio del PP desde hace más de veinte años, quien se hiciera con este bastión, la joya de la corona, contaba con un peso y capacidad de decisión tal que podía hacerle frente a la dirección del partido.
Pero ahora no será así. La sintonía entre presidente y baronesa es total: hijos de los mismos padres políticos -Aznar, Aguirre-, comparten un discurso liberal y de centro derecha. Con una diferencia: Ayuso siempre fue clara, directa, mordaz. Casado, como líder de un partido que aúna múltiples almas y diferentes sensibilidades, no siempre ha podido mostrarse tan contudente.
Y ahí entraba en juego la ahora presidenta de la Comunidad: necesitaban de una voz desacomplejada que plantara cara al auge de Vox mientras los populares de desangraban.
Madrid con vistas a la Moncloa
La bajada masiva de impuestos y la defensa de la unidad de España serán los baluartes de cualquier programa de gobierno de este nuevo PP. Priorizar la generación de empleo y los beneficios fiscales junto con la lucha contra el separatismo desde Madrid.
Todo, además, acompañado de la defensa de la libertad individual. Libertad para elegir colegio, para escoger médico, para decidir centro sanitario. Justamente la receta Casado. Será la primera prueba de fuego para demostrar su viabilidad o no.
El presidente del PP no acudió al pleno de la Asamblea -no lo ha hecho en ninguno de los gobiernos autonómicos-, pero acudirá, puntualmente, al acto de investidura. Ahí, según apuntan fuentes de la dirección del partido, comienza todo de nuevo. Madrid, sí, pero con vistas a la Moncloa.