La secretaria general del PP vasco, contra Cayetana: "Atacarnos es debilitar el constitucionalismo"
"Estamos muy agradecidos a Casado por acompañarnos y que pueda arropar el proyecto de acento propio del PP vasco", dice Amaya Fernández.
14 septiembre, 2019 03:33Noticias relacionadas
Amaya Fernández, secretaria general del PP vasco, llegaba a la convención de su partido en Vitoria con ilusión. Aunque en las pasadas elecciones no consiguieron ningún escaño en el Congreso, Fernández asegura que esos resultados tienen que verse en el conjunto de lo que fue la caída de votos del partido a nivel nacional.
La polémica por las declaraciones de Cayetana Álvarez de Toledo han marcado el inicio de esta Convención que tiene como objetivo, según Amaya Fdernández, "plantear esa alternativa constitucionalista sólida y unida que es tan necesaria en el País Vasco".
La portavoz del PP en el Congreso achacó a sus compañeros vascos "tibieza" en relación con el nacionalismo, a lo que Borja Sémper, portavoz del partido en el Parlamento vasco, respondió de forma contundente: "Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución".
Amaya Fernández dice no sentirse aludida por las palabras de Álvarez de Toledo. Según ella, en el PP vasco no hay "tibieza": "Somos la única formación política que hay en el País Vasco que denuncia el adoctrinamiento nacionalista".
¿Cuál es el plan para recuperar el espacio perdido?
Esta es la convención de la ilusión porque vamos a actualizar nuestras propuestas y nos vamos a situar como la alternativa constitucional vasca al PNV. Hay que entender que en el País Vasco se da la circunstancia de que la mayoría social no es nacionalista, pero sin embargo vota nacionalismo porque considera que partidos de esa ideología son los que mejor van a defender su tierra, en el País Vasco y en Madrid. Y a esa percepción hay que darle la vuelta desde el arraigo y desde la defensa de la historia del País Vasco, en la que el PP vasco ha jugado un papel clave desde su fundación en 1989.
Vamos a actualizar nuestra propuesta política ante los vascos para consolidarnos como el faro de la centralidad y la utilidad en el País Vasco con el objetivo de convertirnos en una alternativa fuerte y sólida al proyecto nacional.
¿En qué se basan para decir que la mayoría de los vascos no son nacionalistas?
Los estudios sociológicos realizados en los últimos años señalan dos cosas: que la mayoría de los vascos se definen como vascos y españoles, y que los niveles de apoyo al independentismo están más bajos que nunca. Hay una mayoría social que lo que quiere es una propuesta política desde el arraigo que defienda sus intereses, que sea firme ante los proyectos de división y ruptura, y que sea un proyecto abierto capaz de hacer política en la centralidad alejándose de los extremos.
¿Por qué ahora? ¿Qué se puede esperar de la convención?
La convención va a ser un punto de inflexión. Nosotros a lo largo de este curso político muy probablemente tengamos elecciones autonómicas y, por tanto, tenemos que fortalecer nuestra propuesta política de cara a los vascos. Estamos convencidos de que rearmando nuestro proyecto, nuestro ideario, con un liderazgo como el de Alfonso Alonso y con un equipo de personas que tienen experiencia, formación, personas que están en las instituciones locales, vamos a poder plantear esa alternativa constitucionalista sólida y unida que es tan necesaria.
Atacar la foralidad no sólo es atacar al PP vasco, también es debilitar al constitucionalismo
¿Sobre qué pilares va a asentarse este nuevo PP vasco? Porque… ¿es un nuevo PP vasco? ¿Supone una enmienda a su pasado?
El PP vasco es un partido como todos los demás en constante evolución para reconectar y conectar con la sociedad que quiere representar. La alternativa constitucionalista vasca la vamos a fundamentar en tres pilares: arraigo, centralidad y utilidad. Hablar de arraigo es hablar de liberalismo, de historia y de foralidad.
Me acuerdo de Gregorio Ordóñez, que era un gran defensor de la foralidad y además la llevaba hasta las últimas consecuencias. No es que esto lo incorporemos a nuestro ideario, sino que lo subrayamos en este momento. Fue el gobierno de España del presidente Aznar el que aprobó la prórroga con carácter indefinido del concierto económico, porque la realidad es que la foralidad, el Estatuto de Gernika, el concierto económico encuentran su validez y su vigencia en la Constitución, en el modelo constitucional del 78. Atacar la foralidad no sólo es atacar en este momento al PP vasco, que es quien está haciendo bandera de la foralidad, sino es debilitar al constitucionalismo.
¿Cómo cree que se puede sentir el votante del PP vasco que abandonó la papeleta en las últimas citas electorales y ve cierta disonancia entre su discurso y el de la dirección nacional, como se ha visto con declaraciones como las de Cayetana Álvarez de Toledo?
Con relación a esas declaraciones tengo que decirle que cuando las escuché pensé que este PP vasco no se puede dar por aludido, porque cuando se habla de “tibieza” tenemos que recordar que somos la única formación política que hay en el País Vasco que denuncia el adoctrinamiento nacionalista.
Somos los únicos que nos plantamos en la calle frente a los homenajes que se rinden a etarras cuando salen de prisión. Los únicos que denunciamos con firmeza los proyectos de división y ruptura del nacionalismo. Por eso creo que lo importante es que se escuche lo que vamos a decir. Esta alternativa es la mejor posible que se puede presentar.
Durante los dos meses en los que se ha trabajado en esta convención ha habido contacto con la dirección nacional del partido. A mí me parece que esa disonancia es prácticamente inexistente. El mejor ejemplo es que este sábado es el presidente del partido, Pablo Casado, quien va a clausurar la convención junto con el presidente vasco, Alfonso Alonso.
Insisto: atacar al PP vasco es debilitar el constitucionalismo. Pido que se escuche lo que vamos a decir, yo he sido respetuosa con todos mis compañeros y no voy a abundar en polémicas. Lo que es bueno para Pablo Casado es que el PP se fortalezca en el País Vasco.
Esta defensa del perfil propio, arraigo, ¿en qué tipo de propuestas políticas concretas se sustenta?
Se desglosará este sábado en la ponencia política. Pero está hecha desde un proyecto común, el modelo constitucional.
¿A qué votante pretenden atraer una vez se geste esta renovación del discurso, que se hace con los mismos líderes y equipos?
No hay renovación de personas, sino que se hace para reforzar y actualizar nuestro ideario y la propuesta política que vamos a trasladar. No sólo los vascos tenemos acento propio, también lo tiene el PP de Navarra, o de Galicia, o de Castilla y León. Dentro de un proyecto de lealtad es lo que suma en un país.
Nosotros planteamos un constitucionalismo que tiene las puertas abiertas para que se incorporen todas aquellas personas que compartan un marco ideológico de referencia: la defensa del modelo constitucional, que el Estatuto de Gernika es la carta común y el mejor ejemplo del acuerdo y del encuentro entre vascos y para todos aquellos que quieran superar en Euskadi el debate político en base a la identidad y que quieran apostar por un proyecto superador, de ilusión, moderación y centralidad.
No creo en un partido que se pase la vida lamiéndose las heridas
¿Por qué cree el PP vasco que no consiguió representación en las últimas elecciones generales?
Los resultados de las últimas generales no fueron buenos, y lo digo con pena, en ningún punto de nuestro territorio nacional. Lógicamente, el PP vasco, porque hemos pasado décadas de terrorismo, tiene sus estructuras más mermadas. Por tanto, mayor dificultad siempre para afrontar los procesos electorales. Pero los resultados fueron malos en general. Y yo estoy segura de que, aunque nosotros no queremos, si se repiten elecciones, vamos a ser capaces de mejorar esos resultados. Pero esos resultados no pueden analizarse sin ver el resultado y el resto del conjunto. Hemos pasado de 137 a 66. Y el PP vasco solo aportaba dos.
Pienso que a pesar de que las cosas se han hecho bien, siempre puede haber espacios de mejora. Los candidatos se aprueban por el Comité Electoral Nacional. El discurso lo señala la dirección nacional. Y el resultado nacional no fue bueno. En el País Vasco, tampoco.
Yo no creo en un partido que se pase la vida mirándose el ombligo y lamiéndose las heridas de lo que pudo ser y no fue. A las circunstancias adversas, lo que hay que poner son soluciones. Nosotros llevamos dos meses trabajando muy duro para plantear una alternativa solida constitucionalista vasca. A mí me parece que lo importante es que conocemos bien la realidad de nuestra tierra, las necesidades y cómo se ubica la mayoría social en Euskadi. Por lo que hemos sufrido, sentimos la responsabilidad de darle la vuelta a esta situación. Estamos muy agradecidos a Pablo Casado por acompañarnos y que pueda arropar el proyecto de acento propio del PP vasco. Será el momento de valorarlo cuando se celebren las próximas elecciones autonómicas.
La nueva estructura ideológica que tenga el nuevo PP vasco, entonces, no supondrá una enmienda a las estructuras anteriores, sino un plus, ¿no?
Efectivamente, de lo que se trata es de reforzar y actualizar. Nosotros vamos a defender el modelo constitucional del 78, vamos a defender la foralidad y vamos a defender un proyecto transformador, de reformas económicas y sociales, para que el País Vasco vuelva a ocupar los puestos de cabeza en materias tan importantes como el emprendimiento o la industria que ocupó hace varios lustros. Eso es una posición que el País Vasco tiene que recuperar.
Vamos a poner el acento en el arraigo, porque para desplegar ese proyecto lo vamos a hacer desde unas instituciones que son propias y siempre desde la lealtad con el proyecto común que compartimos con el resto de los españoles.
¿Qué papel va a jugar la lucha contra la radicalidad y el legado post-ETA en el escenario que se vive ahora mismo en el País Vasco?
Por esa historia propia que tenemos, en el País Vasco tiene que haber una prevención de la radicalización. Estamos viendo cómo en el País Vasco, cuando los terroristas salen de prisión sin arrepentirse de su pasado criminal -porque para los que salen arrepentidos no hay ningún tipo de recibimiento ni homenaje- se les recibe con homenajes impulsados por la izquierda abertzale como si fueran héroes. Y no son héroes, son criminales.
Las instituciones vascas tienen una enorme responsabilidad porque hacen declaraciones, pero no las acompañan con hechos. Cuando los populares vascos nos hemos plantado en Andoáin o en Durango, hemos visto a muchos jóvenes y a muchos niños. Es importante prevenir para que las nuevas generaciones no tengan el corazón envenenado y no vuelvan a caer en el terrorismo y en las consecuencias que eso supuso. En la Convención se va a tratar esa necesaria prevención para evitar que el fenómeno del terrorismo vuelva a prender en las nuevas generaciones.
Y también, porque eso tiene que ver con la dignidad de las víctimas del terrorismo, sus familias y con una sociedad vasca que rechaza y aborrece lo que significó ese sufrimiento y pasado del terrorismo que llevamos aún en nuestra mochila.
Hace unas semanas anunciaron que iban a pasar un listado con los asesinatos que no estaban resueltos. ¿Han tenido algún tipo de respuesta?
Como viene siendo habitual, en ese entorno de la izquierda abertzale se aprovechan de las fiestas patronales, en este caso en Bilbao, para convertirlas en escaparate de sus reivindicaciones. La reivindicación era el acercamiento de los presos al País Vasco. Nosotros quisimos visibilizar la realidad y las consecuencias del terrorismo de ETA y los 300 crímenes pendientes de esclarecer. Hay muchas viudas y huérfanos que todavía no saben quién asesinó a sus familiares.
La distancia que separa a los presos de ETA no la está marcando la democracia, sino el entorno de ETA, porque es tan sencillo como rechazar su pasado criminal y empezar a recorrer el camino de la reinserción. Cuando uno ve cómo se instrumentalizan las fiestas de todos para pedir el acercamiento, uno se acuerda de esos casos que realmente piden algo tan básico como la memoria, la dignidad y la justicia. Esas personas aún están pendientes de saber quién asesinó a sus familiares y por qué. Saben que esos crímenes han podido prescribir, pero quieren saber.
Es una exigencia que nunca podemos permitir que se olvide pasen los años que pasen. Mientras uno de ellos siga, es alguien que puede facilitar información y decir quién mató a esas más de 300 víctimas que tienen su crimen pendiente de esclarecer.