"Me duele España”: Errejón se presenta como la izquierda responsable frente a Sánchez e Iglesias
El exfundador de Podemos acepta su aclamación como cabeza de lista de Más País a las elecciones generales "contra la abstención, las derechas y el bloqueo".
26 septiembre, 2019 10:17A Íñigo Errejón le "duele España", y no le duele pronunciar hasta la saciedad el nombre del "país". Le duele porque "los que nos pidieron un esfuerzo el 28 de abril para ir a votar en masa para pararle los pies a las derechas, a los reaccionarios, luego han sido unos irresponsables que hacen que volvamos a tirar los dados el próximo 10 de noviembre".
Ya es candidato, ya es el líder de Más País aclamado al grito de "¡presidente, presidente!", ya tiene a su gente entregada. Y aunque sus portavoces admiten que no tienen dinero y no tienen estructuras orgánicas que le vayan a dar soporte, "volveremos a hacer lo que hicimos heroicamente hace cuatro meses", en la campaña de las autonómicas y municipales, cuando el antiguo amigo de Pablo Iglesias se presentó de la mano de Manuela Carmena... y fracasó.
Porque eso fue lo que pasó. Ni la alcaldesa revalidó su cargo ni él sumó lo suficiente para formar un gobierno progresista en la Comunidad de Madrid. Ese fantasma sobrevaolaba el auditorio de la UGT en Madrid. "La casa del pueblo, no puedo estar más orgulloso", dijo, "de que nos acoja este sindicato hoy aquí". Para quienes lo ven como un submarino del PSOE para acabar con la competencia de Pablo Iglesias y blanquear al régimen, el escenario era el propicio.
El programa... de Podemos
También el discurso. Porque Errejón, que se vio muy bien arropado en un salón con capacidad para 800 personas en el que habría alrededor de 1.000, no enmendó las propuestas programáticas de su antiguo partido. Ninguna. Propuso bajar los alquileres "porque no puede ser que la vivienda sea un lujo"; propuso derogar la reforma laboral, "porque hay que recuperar los derechos de la gente trabajadora que construye este país cada día"; propuso luchar contra la violencia machista "porque los hay que la quieren esconder"; propuso una "transición ecológica" y propuso "reconstruir el acuerdo entre españoles" con diálogo para "coser el país desde abajo"...
No hubo una sola propuesta, eso es lo cierto, que no esté recogida en el programa de Unidas Podemos. Pero sí hubo una enmienda a la totalidad a la estrategia de su antiguo partido. Ni una sola vez lo nombró, ni a Podemos ni a su excomapeñero de batallas en la Puerta del Sol, el 15-M y los pasillos de la Faculta de Políticas, Pablo Iglesias.
El obrero indignado
Fue entonces cuando, desde la grada, un obrero jubilado gritó a voz en cuello que Iglesias no es el problema, sino la solución, y que Errejón le hace el juego a Sánchez: "¡Tú divides a la izquierda! ¡Tú haces dormir bien a Sánchez... y a Botín!". Íñigo, impasible, reaccionó con calma:
"No va a ser una campaña sencilla, lo acabáis de ver", respondió entre aplausos. "Mucha gente va a estar empeñada en que sea una campaña de los insultos y las trincheras, pero hay que madurar".
Madurar, para este Errejón que desde hace tiempo viste de americana y se quita las gafas, significa "que el gobierno de progresista que formemos tras el 10 de noviembre no conseguirá todo lo que nos proponemos, pero será el inicio del camino". Significa, en sus palabras, jaleadas con algarabía y calor -mucho calor, todo hay que decirlo, el salón no estaba preparado para tanta afluencia de simpatizantes y reporteros- ser pragmáticos, "porque en política, lo mejor es enemigo de lo bueno".
Es el líder de Más País, por ahora una plataforma, un movimiento, una aclamación a la búlgara con un solo voto en contra, traducido en tarjetita roja rodeada de cientos de ellas a favor de color verde.
"Lo revolucionario es la responsabilidad"
Y quien hubiera estado en sus primeros mítines de hace cinco años, quien lo oyera no hace tanto defender el derecho de autodeterminación de Cataluña "y las otras naciones del Estado", el que lo leyera sus palabras pregonando que "en Venezuela se come tres veces al día" hace menos de un año, se habría sorprendido este miércoles en Madrid de su capacidad de domar a las fieras revolucionarias: "Hoy lo revolucionario es la responsabilidad", proclamó entre vítores, "no somos los más duros, no somos los que vamos a llevar las cosas hasta el final, no vamos a tensar todo a ver quién es más valiente". Porque su proyecto, hoy, es el de que "antes de las siglas y los partidos está un Gobierno progresista", o eso dijo.
Y es que a buen entendedor, pocas palabras bastan. La apuesta del fundador y primer ideólogo de Podemos es superarlo, sustituirlo, fagocitarlo, competir con el liderazgo indiscutible de Iglesias. Y hacerlo desde fuera, visto que desde dentro le fue imposible en Vistalegre II, hace ya dos años y medio. Y hacerlo por la vía de "primero el país y luego las siglas", traducción mitinera de las palabras pronunciadas hace apenas dos semanas, cuando aún negaba que fuera a dar este paso: "Yo sí habría aceptado la oferta de Pedro Sánchez en julio".
A Íñigo Errejón le "duele España" porque estas elecciones "no tendrían que haber ocurrido", lamentó. "Nosotros no tendríamos que estar aquí, pero asumimos el reto contra la irresponsabilidad de quienes pusieron por delante sus intereses de los de los españoles".
Los mismos, pero domados
Entre la audiencia, algún niño de teta, una mayoría de treintañeros, y decenas de jubiladas extasiadas por el indudable atractivo del personaje. Un catálogo calcado de los que llenaron las calles de mareas en los últimos años de la crisis, los más duros, de los que jalearon en la plaza del Reina Sofía con globos morados a un Íñigo que entonces se abrazaba a Pablo, el del "tic-tac", el de la "cal viva", el que proponía "tomar el cielo por asalto"...
Y sin embargo, o eran otros -poco probable- o Errejón los ha calmado con su apelación a "evitar los insultos y las culpas" -al tiempo que calificaba de irresponsables a Sánchez e Iglesias-; con su mensaje en positivo -mientras azuzaba el muro de contención "para parar a las derechas"-; con su propuesta integradora -a la vez que celebraba que Equo esté rompiéndose para no seguir a su líder que quiere quedarse en Unidas Podemos, haberse llevado a Compromís a su lado y estar a punto de hacerlo con la Chunta-.
"Hemos venido a ser parte de la solución y no del ruido. Venimos a poner por delante las necesidades de los españoles que las de cualquier sigla. Venimos a hacer país", concluyó. Y mientras le gritaban de nuevo "¡presidente, presidente!", en la grada alguien le afeaba a Paco, el tornero de talleres con 50 años cotizados, su empeño en hacer ver que "la izquierda se divide", y que eso a él le da miedo.