Prácticamente tres cuartas partes de los españoles (76,2%) piensa que estamos en riesgo de llegar a un bloqueo político y cerca del 40% cree que la solución para evitarlo reside en implantar reformas legales que lo impidan. Esa es la valoración que se extrae del último barómetro del CIS de Tezanos, que corona al PSOE aunque con caída en la estimación de voto.
Ante la pregunta sobre qué habría que hacer para solucionar ese riesgo de bloqueo, el 37,8% de los encuestados (aquellos que habían visto o seguido de alguna forma el debate de investidura del pasado julio) respondió que la mejor solución era introducir las reformas legales necesarias para evitarlo. Además, el 53,1% defendió que hay que propiciar una cultura de pactos y acuerdos entre los partidos políticos y sus líderes. Solo el 1,7% aseguró que no se debía hacer nada y el resto no respondió o no sabía qué hacer.
La idea de las reformas legales es algo que ronda en los partidos desde hace unos meses. Tanto el PP como el PSOE han propuesto últimamente varias medidas para evitar lo que ahora es posible: que se establezca una mayoría de bloqueo en el Congreso pero no una mayoría en torno a un candidato.
Sin embargo, PP y PSOE optan por reformas legales distintas. Los primeros miran a Grecia. Allí, 50 de los 300 escaños del Parlamento no se reparten directamente con los votos, sino que son un bonus para el partido más votado. Por eso, aunque en las últimas elecciones griegas Kyriakos Mitsotakis, el candidato de Nueva Democracia, logró casi el 40% de los votos y solo aventajó a Alexis Tsipras, de Syriza, en ocho puntos, en el Parlamento la diferencia era mucho mayor. Nueva Democracia obtuvo 158 diputados (mayoría absoluta) frente a los 86 de Tsipras. Dos días después de las elecciones, Grecia ya había anunciado la composición del Gobierno.
Varias fórmulas
La Constitución española establece en su artículo para el Congreso que este puede estar formado por entre 300 y 400 diputados. Actualmente, la Cámara Baja está compuesta por 350. Según Pablo Casado, podría aplicarse una prima de 50 diputados al partido más votado en España, algo que resolvería la situación actual.
Sin embargo, el modelo que más convence al PSOE es el de impedir el voto en contra. Esta es una medida que ya existe en el País Vasco, donde los grupos parlamentarios pueden proponer a varios candidatos a la investidura y los diputados deben votar por uno de ellos o abstenerse. En el caso de que no haya mayoría absoluta, en la segunda votación sería elegido lehendakari quien obtenga el mayor número de votos.
Esta vía requeriría una reforma del artículo 99 de la Constitución que especifica que el candidato que no obtenga la mayoría absoluta deberá obtener la simple. Es decir, más síes que noes. Para impedir el voto en contra hay que cambiar el requisito constitucional de "mayoría simple".
Pero estos no son los únicos modelos de reforma. Hay quienes abogan por una regulación como la existente en Castilla-La Mancha, en la que hay un plazo de dos meses para negociar pero no puede haber repetición electoral. Si no hay acuerdo para una mayoría simple, queda designado como presidente el candidato del partido con mayor número de escaños. Otras opciones serían apostar por una doble vuelta, como en otros países de la Unión Europea, o copiar el sistema de los Ayuntamientos.