Vox ha sufrido en poco más de quince días cinco bajas de dirigentes del partido a nivel nacional, provincial y local por desavenencias internas relacionadas principalmente con el estricto control que, a juicio de algunos de ellos, ejerce la cúpula presidida por Santiago Abascal.
Las últimas renuncias han llegado este jueves. La primera desde Zamora: el presidente de la formación en la provincia, Javier Alcina, ha anunciado su dimisión en una carta en Twitter argumentando que su marcha "hoy en día" es "mejor" que su "permanencia en el partido".
A Alcina se suma Rosario Velasco, hasta ahora presidenta de Vox Albacete, que ha dimitido de su cargo, si bien mantendrá su acta de concejal en el Ayuntamiento capitalino y seguirá asumiendo la Portavocía en el consistorio. Así lo ha dado a conocer a través de sus redes sociales, con un mensaje en el que además quiere agradecer la "labor brillante" realizada por su "equipazo". "No puedo estar más orgullosa de ellos. Me centraré en mi labor maravillosa como portavoz y concejal del Grupo Municipal Vox para centrarme en el Ayuntamiento", asegura.
Más dimisiones
Alcina y Velasco siguen la estela de la diputada nacional por Baleares, Malena Contestí, quien a principios de semana comunicó su decisión de no repetir en las listas electorales del 10 de noviembre y de darse de baja del partido.
Contesí dijo sentirse "traicionada" y "decepcionada" y describió a la formación como un "movimiento extremista y antisistema" que protege "la exclusión y el insulto constante".
Desde la dirección nacional, su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, atribuyó la renuncia a que sabía que no estaba previsto que repitiera candidatura por el "escándalo falso que montó este verano".
Contestí llegó al Congreso como número uno de Vox por Baleares gracias a una coalición electoral con la formación Actúa, que abandonó en agosto tras denunciar una serie de irregularidades contables que, según el portavoz en el Congreso, nunca demostró.
"Diferencias irreconciliables" con la dirección provincial y miembros de la dirección nacional alegó, por su parte, el concejal de Vox en el Ayuntamiento de Toledo Luis Miguel Núñez para abandonar el partido el pasado 18 de septiembre.
Según Núñez, el proyecto de Vox "no es un mal proyecto" y en "gran parte" sigue siendo "útil" pero "queda desvirtuado y anulado en el momento en que pasa de ser un partido político a una seudosecta" en la que las "imposiciones" son continuas y "la libertad de expresión no existe".
La salida del concejal se produjo solo dos días después de que su compañero, Alberto Romero, que lideró la candidatura del partido en las elecciones municipales del 26 de mayo, anunciara que renunciaba al acta.
"Vine y llegué a aportar y para intentar construir con gran ilusión pero me encontré dificultades y obstáculos con los que no contaba y lógicamente me fue imposible trabajar", explicó Romero.
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