Pablo Casado presume del legado de los presidentes José María Aznar y Mariano Rajoy: "Desde ellos, nuestra seña de identidad ha sido siempre la economía". Y por eso, la Convención Económica del PP le ha servido para dar el pistoletazo definitivo de arranque a la precampaña popular. "La anunciamos en un Comité Ejecutivo, y no pretendía ser en periodo electoral, pero al anunciarse el 10-N, teníamos que hacerla cuanto antes".
Y también presume de los 10 meses de gobierno andaluz: "Por primera vez Andalucía converge con el resto de España, podemos presentar hechos, que hemos bajado impuestos, que estamos batallando por recuperar los 5.000 millones de euros malversados en los años de gobiernos socialistas". Y con ello, "si ya lo hicimos dos veces", el salvar España de las crisis económicas en las que la sumen los socialistas, dijo, "lo volveremos a hacer a partir del 10 de noviembre en el Gobierno de España".
Improvisando un discurso, sin atril, sin papeles y con las manos libres, Casado fue repasando los nombres de todos los responsables económicos, industriales, europeos, medioambientales... desde los años de aquel PP que era casa común del centro derecha. Porque ése es el otro objetivo de Casado en esta campaña: demostrar que los populares son la única alternativa, recuperando votos a izquierda (Ciudadanos) y derecha (Vox).
El PP ya da por hecho que gobernará tras el 10-N. Explicaba Casado que "nos encontramos con una economía en retroceso", con la "frustración de la recuperación", con la "repetición de una historia que siempre ocurre, que ellos hunden la economía y nosotros lo arreglamos". En un esfuerzo por que la profecía sea autocumplida, el presidente del PP quiere que las urnas de noviembre sean "las de la esperanza".
Sánchez reconoce ahora tres cosas graves, dijo Casado: la primera, que viene una crisis económica, "que la negaba en los debates parlamentarios"; la segunda, que "es incapaz de pararla"; la tercera, que va a repartir "las cargas entre todos, es decir que cuando votaba a favor de las medidas de Zapatero lo hacían mal", y sólo se lo cargaron a los trabajadores... "¡Se reconoce incapaz! Es gravísimo", ha concluido.
"El PP tiene un plan para España", dijo, "y España no puede soportar otra crisis"!. Y por eso, ya que Sánchez admite que viene una crisis, "España nos necesita más que nunca".
Repasando cifras, el líder popular dijo que la inversión cae tres puntos, el consumo de los hogares "se desploma", el paro crece, los afiliados a la Seguridad Social bajan, la construcción se desacelera "y eso necesitamos viviendas en las grandes ciudades"; la inversión en bienes de equipo se desploma "y eso siempre es en anticipo de lo que viene"; y la venta de vehículos se hunden... "Ése es el legado de Sánchez", pero estas elecciones, que el PP no quería, como insistió, le dan a Casado "esperanza", porque, dijo, "estamos a tiempo de cambiarlo".
Casado insistió en que el PP quiere "generar riqueza" porque eso es lo que paga un país estable. Es decir, reformas económicas para financiar el bienestar. Porque "se puede vivir de las rentas un tiempo, pero si no renuevas las reformas, la economía se cae, como decía Jaques Delors con la metáfora de las bicicletas".
Las cinco reformas
Ahí Casado propuso cinco reformas: fiscalidad, reforma laboral, educación, trabnas administrativas y costes fijos. Los cinco pilares de la competitividad, "de la que ndie habla ahora". Ése es el círculo virtuoso que propone el PP: "Con buena gestión hay bienestar social".
En lo que llama el líder popular, la "revolución fiscal", recordó el compromiso del programa de abril, "pero lo repetimos porque tenía memoria económica y estaba medido", añadió. El PP ofrece, así, un IRPF por debajo del 40%, un impuesto de sociedades por debajo del 20%, eliminar por ley los injustos impuestos de sucesiones, donaciones y patrimonio, "que son anacrónicos". Eso sí, siempre de acuerdo con un nuevo plan de financiación autonómica, aseguró, para que las CCAA no sufran esa merma.
En los cambios laborales, casado ofreció una FP dual, una nueva ley de emprendedores que deje claro que "el fracaso no es un estigma, sino el impulso de una nueva aventura". Y la experiencia de crear empleos estables a tiempo completo.
El presidente del PP sacó pecho de los programas escolares bilingües implantados den las CCAA que gobierna el PP, "nuestros hijos lo van a necesitar"; propuso un impulso de las materias tecnológicas y la ampliación de la escuela de cero a tres años. Además, anunció la recuperación de la evaluación pública de los conocimientos adquiridos por los alumnos, una de las reformas de la Ley de Educación de Wert que se guardaronen un cajón.
Para reducir las trabas administrativas, Casado dijo que se han inspirado en el Reino Unido, en "esas oficinas que dicen business is great, donde se crean empresas en dos días". El PP propone que en cinco días, "porque somos realistas", un emprendedor ponga en marcha su idea con todos los sellos puestos, y crear una ventanilla única para el registro de empresas. Y en el plano de la unidad de mercado, Casado propuso aunar las diferentes regulaciones.
El ejemplo andaluz
Juanma Moreno había presentado a Pablo Casado como "el que seguro que va a ser presidente del Gobierno de todos los españoles", porque "necesitamos ya un cambio como el que representas, una alternativa clara y sensata a lo que los socialistas representan". Según él, "recetas caducas y viejas que nos llevan al paro y al caos administrativo".
"El 10 de noviembre sólo puede pasar una cosa", dijo Moreno, "y queda muy poco, somos la esperanza para millones de españoles, lo que necesita nuestro país, así que barramos cada barrio, con amigos y familiares". En el PP creen que hay partido, que la remontada les acerca al centenar de diputados, y están pisando el acelerador con fuerza.