Cayetana Álvarez de Toledo lleva dos semanas en Barcelona, donde ha sido testigo de excepción de la escalada de violencia del separatismo en respuesta a la sentencia del procés. Este viernes, pocas horas antes de que las calles se convirtieran por quinta noche consecutiva en escenario de guerra, la portavoz del PP vivió esa violencia en primera persona cuando un grupo de estibadores portuarios en huelga la rodeó en la plaza de San Jaime.
Las imágenes del incidente se viralizaron en cuestión de minutos por la actitud de Álvarez de Toledo, que plantó cara a sus acosadores y les contestó con unas palabras que tuvieron el previsible efecto de excitar su agresividad: "Ley, democracia y libertad". La intervención de su guardaespaldas y el establecimiento de un cordón policial evitó una situación peligrosa.
En conversación con EL ESPAÑOL, Cayetana Álvarez de Toledo explica el contexto de esas imágenes. "A raíz de la huelga tomé la decisión de hacer unas declaraciones en el centro neurálgico del nacionalpopulismo, que es la plaza de San Jaime de Barcelona", dice la portavoz popular. "Nacional, porque a un lado está la Generalidad. Y populista, porque al otro lado está el Ayuntamiento de Ada Colau".
Lo que cualquier otro día del año habría sido un acto rutinario más se convirtió, sin embargo, en una odisea. Los cortes callejeros y la presencia de miles de manifestantes que ocupaban el centro de la ciudad dificultaron sobremanera la llegada a la plaza. "Sabíamos que había marchas que nos obstaculizarían el paso. Pero la calle no es suya y la democracia no hace huelga, así que empezamos a bajar hasta el centro de la ciudad, guiados por la Policía Nacional y, por cierto, también por la Guardia Urbana".
Odio y xenofobia
Cayetana pone especial énfasis en su mención a la Guardia Urbana por una razón fácil de adivinar. Agentes del cuerpo de la Policía local se han quejado a lo largo de esta semana -siempre de forma anónima- de la inacción de la alcaldesa Ada Colau, que los ha mantenido acuartelados y sin poder ayudar a los Mossos y a la Policía Nacional mientras los radicales incendiaban las calles.
Al llegar a la plaza de San Jaime se produjo el encontronazo con un grupo de estibadores, que la reconocieron de inmediato. "Al reconocerme arrancaron con el repertorio de insultos y gritos habituales: 'Zorra, puta, guarra, vuélvete a Argentina, vuélvete a España, estarías mejor muerta'. No me han sorprendido. Es el repertorio del odio, de la xenofobia y de la irracionalidad".
"Yo les repetía 'ley, democracia y libertad' y ellos cada vez se ponían más agresivos, hasta que la Policía hizo un cordón y nos separó", añade Álvarez de Toledo. "Luego se sumó al grupo una columna de chavales que llevaban una bandera comunista. Debían de tener unos veinte años. Ellos también me reconocieron y me insultaron. Yo me limité a decirles que se fueran a clase, que es lo que deben hacer para convertirse en personas civilizadas".
"Esta ha sido una huelga golpista, porque va contra la ley, la democracia y la libertad", subraya Álvarez de Toledo. "También es una huelga inútil, porque la democracia no hace huelga. Muchos constitucionalistas se quedaron en sus casas para no tener que mezclarse con los marchosos antidemócratas. Así que por la noche se limpiará la basura y al día siguiente la la vida continuará igual".
La cabeza de lista del PP de Cataluña para las elecciones generales del 10 de noviembre no duda cuando se le pregunta por el desenlace de esta semana de violencia. "Igual que fracasó el referéndum golpista, fracasará esta huelga golpista". Tampoco tiene dudas sobre los culpables de lo ocurrido en Barcelona. "El 10 de noviembre tenemos una magnífica oportunidad de sacar a Sánchez de la Moncloa y a Torra de la Generalidad".
Vans e Instagram
Pero es en el análisis político de largo alcance donde Cayetana se explaya. "En Cataluña hay dos problemas. Uno de orden público, que durará lo que dure, pero que son sólo los estertores histéricos de un proceso fracasado. El nacionalismo siempre acaba en violencia. Pero vas por la ciudad y ves a niñatos, pijos e instagramers. Es el problema de una sociedad mimada, de unos niños que no valoran nada y a los que, por tanto, les parece normal destrozar el mobiliario. Es la revolución de las Vans y el Instagram".
"Luego aparecen los comandos violentos, organizados, con ganas de reventarlo todo", continúa la candidata popular. "Y esos tienen conexiones con la política que hay que determinar. Pero hay también un problema de orden institucional. La gran anomalía catalana, lo que diferencia esto del País Vasco o de la violencia antisistema, es la convergencia de las instituciones y de los escuadrones. Y eso es un hecho diferencial, algo catastrófico para Cataluña".
Álvarez de Toledo no jerarquiza responsabilidades. Según ella, estas están entrelazadas, hasta el punto de acusar a Sánchez de mantener una "intimidad estructural" con los políticos separatistas que han alentado el clima insurreccional en Cataluña. "Torra es el que corta las autopistas. Y Sánchez es presidente gracias al que corta las autopistas, y también gracias a un prófugo de la Justicia. Sánchez tiene una relación de intimidad estructural con los incendiarios".
"No puedo más que agradecer a Pedro Sánchez que haya tomado, por razones egoístas, la decisión de llevarnos de nuevo a elecciones", dice Álvarez de Toledo. "Porque los españoles tenemos una extraordinaria oportunidad, y la inmensa responsabilidad, de poner punto final a este proceso y empezar de verdad a hacer lo que no hemos hecho en cuarenta años: democratizar Cataluña".