"Nos hemos quedado solos", arrancó Santiago Abascal en su gran acto este sábado en Colón. Bajo la bandera nacional más grande de la historia, de 1.000 metros cuadrados, 50 de largo por 20 de ancho y con unos 130 kilos de peso, Vox dio el pistoletazo de salida a su campaña electoral atacando a unos y otros.
Aunque los de Abascal hablaron de "reconstruir los afectos" y apelaron a la "concordia y a la unidad nacional", tuvieron munición para todos. Primero para los separatistas, “golpistas” y “terroristas de los CDR”, después para el Gobierno “arrodillado” de Pedro Sánchez -el "carroñero de la Moncloa y desenterrador de odios"-, pasando por la oposición “cobarde” de PP y Ciudadanos. Y con reproches también para el poder judicial, con unos magistrados “sordos y ciegos” que han condenado a “penas de risa” a los líderes del procés.
En ese sentido, Abascal acusó al PP, PSOE y Cs de "esconderse" detrás de "las togas" y las faldas del Tribunal Constitucional y el Supremo. “Eran registradores de la propiedad, abogados del Estado, pero cuando nos dieron el golpe de Estado no supieron pararlo porque no estaba en el temario de su oposición”, dijo en referencia a Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría. “Hoy padecemos las consecuencias de que el marianismo se haya instalado como forma de hacer política. Esa fórmula nos ha llevado a una Barcelona ardiendo”.
Vox marca perfil propio
En un momento en que las encuestas sonríen a Vox y vaticinan que mejorará sus resultados el 10-N llegando a dar el sorpasso a Cs y Podemos, la formación de la nueva derecha apuesta por marcar perfil propio y presentarse como la alternativa ante la “inutilidad del PP, el oportunismo de Ciudadanos, la traición del PSOE y el separatismo criminal”, en palabras del de Amurrio.
En esa estrategia de campaña, que según los sondeos funciona con éxito en el electorado de derecha y evitará una fuga de votantes al PP, Abascal prometió que Vox “no tiraría la toalla” porque “España merece ser defendida”. “Jamás nos rendiremos”, fue su compromiso, ante una plaza que congregó a más de 20.000 simpatizantes, según datos de la organización corroborados también por la Delegación del Gobierno. “Nunca renunciaremos a la preciosa herencia de unidad y concordia que nos dieron nuestros padres, a esa historia magnífica del pueblo español de la que muchas naciones querrían disponer”, manifestó Abascal.
"Resistir estoicamente"
En esa “conjura” bajo la bandera de Colón, y a los pies del almirante Blas de Lezo, el partido de derecha radical habló de “resistir estoicamente” ante una “Generalidad en absoluta rebeldía y un Gobierno arrodillado”. “No vamos a dar un paso atrás” ante el “rodillo separatista que intenta hacernos más pequeños sin éxito”, defendió el único representante de Vox por Barcelona en la Cámara Baja, Ignacio Garriga, que también intervino en el mitin.
Al igual que Abascal, Garriga, “el diputado negro de Vox” –así lo presentó de forma irónica el periodista Cake Minuesa, que hizo de animador en Colón-, también arremetió contra las formaciones de Pablo Casado y Albert Rivera. Y con duras palabras para los “constitucionalistas” de Societat Civil Catalana (SCC), asociación que este domingo se concentra en Barcelona y ha excluido a Vox. “En Cataluña los constitucionalistas nos pedían que escondiéramos las banderas españolas mientras mercadeaban con nosotros”, señaló Garriga. “Han sido los corresponsables de la muerte civil de muchos catalanes y de la inmersión lingüística”.
“Con nosotros no van a poder”. Frente a esa “cobardía” de los constitucionalistas, que han provocado que “millones de empresas” de Cataluña “se hayan ido al exilio”, llegó, según el diputado catalán, “un faro de luz”: Vox. “España entera tiene un futuro esperanzador y aquí estáis un buen puñado de patriotas. Que Dios bendiga nuestra patria y que Dios os bendiga”, concluyó.
Los jueces del TS, "prevaricadores"
Pero más duro fue el secretario general, Javier Ortega Smith, que fue más allá y calificó de “prevaricadores” a los jueces del Tribunal Supremo por no condenar a Oriol Junqueras y al resto de procesados por rebelión. "Cambiaron la verdad por la unanimidad en la mentira. Serán juzgados por no haber estado a la altura".
“Debe de ser la mayoría de los españoles estábamos ciegos y sordos”, arrancó el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, que defendió la existencia del delito de rebelión recordando a todos los que, como él, vieron rebelión en lo ocurrido en Cataluña.
“¿Estábamos todos equivocados? Entonces también lo estaba el fiscal general del Estado –el fallecido José Manuel Maza-, y también el magistrado Llarena y los tres magistrados de la Sala de Apelaciones, los cuatro fiscales del Supremo y hasta la Abogacía del Estado, salvo cuando se convirtió en la Abogacía del Gobierno del PSOE”, continuó Ortega Smith, que fue uno de los letrados en ejercer la acusación popular durante el juicio al procés. “Todos estábamos equivocados”, insistía, “también el Rey el 3 octubre de 2017”.
"¡A por ellos!"
"Ha habido una rebelión y esa rebelión sigue en marcha. Millones de españoles se han puesto en pie y sabemos responder con mucha más fuerza, determinación y coraje. Al final les venceremos. ¡A por ellos!”, alzó el número dos de Vox, logrando los vítores de la multitud. “A por ellos en las urnas, a por ellos en los tribunales, a por ellos en las calles. La victoria es de los valientes. ¡Viva España!”.
Y no faltaron descalificaciones para el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Markaska, "el ministro cobarde". "El ministro del Interior ni se sabe dónde está ni se le espera. No te mereces tener a los policías y guardias civiles valientes que están a tus órdenes. No respetas ni a tus hombres".