Sánchez compara a Rivera con "un alemán al que no le importa el Holocausto"

"Una de las cosas que más me dolió estos últimos días, o mejor dicho, que más me desagradó, fue escuchar al señor Rivera decir que el pasado no le importa porque él nació en democracia". El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, abría fuego contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y, en clave electoral, arremetía contra él por sus palabras sobre la exhumación del dictador Francisco Franco.

En un mitin celebrado este domingo en La Coruña, Sánchez ha asegurado que el comentario de Rivera es lo mismo que "decir que a un alemán que nació después de 1945 no le importa el Holocausto nazi porque nació después de 1945". La frase, arriesgada pero producto de la etapa preelectoral, ha arrancado aplausos encendidos de la concurrencia, los cientos de militantes que llenaban el polideportivo municipal San Francisco Javier de la ciudad gallega.

En concreto, Rivera dijo esta semana que a él "le daba igual" el traslado de los restos de Franco porque "nací en democracia", si bien matizó que los dictadores no le gustan "ni vivos ni muertos".

Asimismo, Sánchez ha recogido todos los réditos de la exhumación de Franco, asegurando que es una "victoria de todos". "Hace 44 años las mujeres no podían ni abrirse una cuenta bancaria, los homosexuales eran perseguidos, España estaba aislada... la España que quiso el dictador es completamente distinta de la de la democracia, y esa es una victoria de todos". 

En este contexto, ha aprovechado para vender su programa con respecto a la memoria histórica. "Todavía queda mucho por hacer. Vamos a pagar a las víctimas la deuda que aún tenemos con ellas, vamos a hacer eso uno de los motores del próximo gobierno socialista", ha prometido.

"España se ha construido gracias al perdón, es fruto del perdón, pero no va a ser producto del olvido. La memoria, la reparación y la dignidad seguirán siendo los motores de la acción del gobierno socialista", ha apostillado.

El PSOE, la única "fuerza serena"

Durante su discurso, el candidato socialista ha equiparado el independentismo catalán con la "ultraderecha" de Vox. "Les pasa lo mismo".

"Se creen que Cataluña es suya, pero afortunadamente es mucho más grande", ha afirmado Sánchez sobre los independentistas, tras lo cual ha agregado que lo mismo le pasa a la ultraderecha, que "se cree que España es suya, y solo suya".

Sin embargo, Sánchez ha estimado que "España es mucho más grande", de ahí que el 10-N se tengan que "unir todos en la única fuerza serena que asegura la concordia, la paz y la libertad", con el objetivo de "apartar este radicalismo que lo único que hace es confrontar y dividir".

Sobre la solución al conflicto catalán, Sánchez ha subrayado que "siempre" dirán lo mismo, "primero ley y luego diálogo", porque, en su opinión, "no puede haber diálogo fuera de la ley". Así, ha añadido que hay un "problema democrático" porque los independentistas "no respetan la ley", aunque la sociedad catalana "ha dicho 20 veces que no quiere la independencia".

Ataques a Iglesias, Casado y Rivera

Tras hablar de Franco, Sánchez ha hecho "un repaso del sistema político actual" pasando a hablar de sus "adversarios políticos". Contra el primero que ha arremetido fue Pablo Iglesias. "Ya le conocéis bien", ha empezado diciendo. "Se dice de izquierdas pero cuando viene una campaña electoral dice que el PSOE va a gobernar con la derecha. Y yo le digo: hemos estado 40 años en democracia, 20 de ellos en el Gobierno, y nunca hemos gobernado con la derecha".

"Que no se preocupe Iglesias, que nosotros no tenemos nada que ver con partidos que pactan con la ultraderecha", ha continuado, para pasar a criticar a Rivera, de quien ha señalado que "se dice muy liberal y, como persona graduada en Derecho, debería saber que hay una separación de poderes". El reproche viene después de que Rivera prometiera que "metería a todos los independentistas en la cárcel", según ha recordado Sánchez.

También tuvo munición para Pablo Casado. "Su innovación ha sido dejarse barba. Y dice que ahora es moderado porque ya no me insulta, ya no me llama felón. Eso, señor Casado, no es ser moderado, es ser educado. Ser moderado es no pactar con la ultraderecha".